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FERNANDO AÍSA (IN MEMORIAM)

’CUANDO LA OIGO HABLAR…’ DE FERNANDO AÍNSA
[A Mónica]
Cuando la oigo hablar con los perros me conforto:
Sé que sigue ahí
-en la cocina, el porche o el jardín,
no importa dónde-
su presencia me asegura de muchas cosas,
Imponderables que mantienen la tela de araña donde me balanceo
sobre el vacío que me rodea.
Una tela que tejió con sutil sabiduría
en treinta y cuatro años de vida compartida.
Los llama,
dialoga con ellos,
porque de sus miradas obtiene la respuesta que yo,
avaro, por no decir egoísta,
eludo darle, cuando debería susurrarle:
“Todavía te quiero”.
ANTONIO CABRERA

Hoy se nos ha ido el poeta gaditano Antonio Cabrera.
Antonio Cabrera
In memoriam...
LA ESTACIÓN PERPETUA
El invierno se fue. ¿Qué habré perdido?
¿Qué desapareció, con él, de mi conciencia?
(Esta preocupación -seguramente absurda-
por conocer aquello que nos huye,
me obliga a convertir el aire frío
en pensado cristal sobre mi piel pensada,
y a convertir la gloria entristecida
de los húmedos días invernales
en la imposible luz que su concepto irradia;
esta preocupación, en fin, tiene la culpa
-y qué confuso y dulce me parece-
de que duerman en mí los árboles dormidos).
El invierno se fue, pero nada se lleva.
Me queda siempre la estación perpetua:
mi mente repetida y sola.
VICTORIANO CRÉMER

Hoy se cumplen 10 años de la muerte, en León, del poeta burgalés Victoriano Crémer.
Victoriano Crémer
EL AMOR Y LA SANGRE
.
El amor sube por la sangre. Quema
la ortiga del recuerdo y reconquista
el ancho campo abierto, la ceniza
fundadora, que la brasa sostiene.
El amor es herencia de la sangre,
como el odio, su amante, y se mantienen
íntimos, besándose, nutriéndose
de sus dobles sustancias transmitidas.
Nada podrá arrancarles de su abrazo:
La espada, el hielo, el tiempo, con sus filos
mezclarán sangres, que, lluviosamente,
germinarán odios, amor o nuevas sangres.
¿Cómo decir:
-"Aquéllos, que nunca conocieron
la sangre derramada, que separen
el odio del amor y reconstruyan
las viejas catedrales de la dicha…".
¿"Aquéllos"?, ¿son acaso otros que los murientes
trasvasados, hechos de sangre antigua?
No es posible lavarse el alma ni las manos
cuando fluye hacia ellas sangre y olor a sangre.
Si ha de hacerse el amor, será con sangre
trepadora, quemante, conocida,
pura sangre del odio, amante impávido
que el amor fecundiza.
Si ha de hacerse la paz…
-¡Callad, campanas!,
¡Ved la tierra, la tierra, que resume
su tempero sangriento y le convierte
en paz, en paz, a puñetazos puros…!