Et jattends entre La Caire et Damas...
Et j’attends entre La Caire et Damas,
à mi chemin sur la route à parcourir…
¿Hacia dónde vas a huir?
¿Dónde piensas reposar más tarde?
¿Quién te marcará la ruta y el rumbo de tus pasos?
No hallarás ni sombra ni reposo
No hay lugar
Ni tiempo
Estallarás en pedazos cual granada
Como las bombas de fragmentación
en el aire de la tarde
Como el fruto de los aviones de combate
Como el rebotar de los cascotes tras las bombas
Tras el fragor, el humo, el polvo y las cenizas
Como el cemento y el ladrillo arrancados de los muros
Crepitando en el aire sordo de la tarde
En la sucia luz del crepúsculo
En el estandarte desgarrado de la noche
En el polvo y en el barro tras las lluvias
No reconocerás tu nombre, te sonará extraño y extranjero
Buscarás un punto de reposo
Y no encontrarás más que las sombras fugitivas
Eres uno
Recibiste la existencia cual fragmentos
Una vida fragmentada y rota no es el caos
No es un simple conglomerado amorfo
El fragmento revela la identidad del todo
Participa de algún modo de la totalidad del todo
Un pedazo, una huella, un trazo
Lo es siempre de algo
Vasija, camino, imagen, historia o tiempo
No te diluyes:
Tu identidad en la carne macerada, en el trozo de piltrafa
Sanguinolenta,
Despedazado, como cuerpo de Osiris, fragmentado
Te remite a la tierra,
Al grano sementado
Eres carne de identidad reconocible,
Un fragmento acaso
Desgajado de la totalidad del universo
Mariano Ibeas
Nota: Escribí este poema en 2008 y hoy sigue siendo por desgracia de rabiosa actualidad.
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