RAYUELA 3
“Qué obras de la literatura española son mis favoritas?
Demasiados siglos, demasiados títulos, demasiados nombres. Observo, además, que, como todo el mundo, he cultivado filias y fobias pero que ni unas ni otras responden a una estética asumida sino a fuertes fijaciones, a menudo contradictorias, de mis entusiasmos como lector, o, dicho de otro modo, mis gustos literarios son más viscerales que susceptibles de raciocinio.
Tampoco tiendo a los dualismos tan característicos de un país de simpatías siempre apasionadamente divididas; yo no puedo elegir entre la virgen de mi pueblo y la del villorrio vecino, el equipo de fútbol del norte o el equipo del sur, entre Góngora y Quevedo, pongamos, entre Valle-Inclán o Galdós. Cómo seleccionar, entonces y de manera justificada, los textos que prefiero. ¿Recurrir al expediente de un largo listado diacrónico?
Se me ha ocurrido utilizar la evidencia de la frecuentación de lecturas: los libros que más veces he leído son el Lazarillo, la Celestina, el Quijote, y sin duda son favoritos míos y obvios favoritos de cualquier lector medianamente culto. Pero, al fin, recurriendo al viejo tópico de la isla desierta a la que sólo te puedes llevar un volumen, me he decidido: mi obra favorita de la literatura española no existe aún pero la puedo empezar a componer mañana o esta tarde, por si acaso.
Se trataría de una antología muy particular, que acogería, acogerá, todos los poemas de la historia de la literatura española (desde las jarchas y la lírica tradicional hasta mis contemporáneos) que me han emocionado en algún momento de mi vida y cuyos versos me bailan en la memoria durante las noches de insomnio, las horas muertas de esperas en hospitales y oficinas, el minuto de desdicha que han aliviado unas palabras de San Juan o de Cernuda. Ningún otro género combina de tal modo la brevedad con la intensidad, ninguno resiste tantas visitas repetidas sin perder sus estímulos de placer. Y como la antología la hago yo a partir estrictamente de mi gusto privadísimo y de mis peculiares manías, este libro favorito es el único que en rigor puedo considerar mío de forma absoluta y exclusiva.”
(De José María Conget, “Espectros, parpadeos y shazám!” Ed. Point de Lunettes)
NOTA:
Corto y pego, simplemente digo que estoy de pleno acuerdo con José María Conget.
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