DE LUZ
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que nadie me detenga,
ebrio de mí,
perdido en el vacío
golpeo con los puños
los límite estrechos
del cuerpo de ataúd
que me habita por dentro
soy muerto vivo:
he recibido
como todos los vivos
el don
de la ebriedad:
_(en palabras de Claudio
Rodríguez) _
cada día me emborracho
de mí mismo
y me duermo en los rincones
estrechos de la existencia,
me basta un abrigo
del cierzo,
unos cartones,
un reparo
contra las lluvias de palabras
y las miradas
que me taladran
con desprecio:
no quiero dormir
por miedo a despertar
y encuentro cada día
desgarrada
entre las zarzas
la vieja piel de culebra
que me cubrió un tiempo.
Mariano Ibeas
2 comentarios
Mariano Ibeas -
Mariano Ibeas
pepe montero -
Es decir, sensacional.