ANA MARÍA NAVALES II
Retrato: Una mujer de palabra.
“Envuelta siempre en una nube de humo, no le preocupaba el veneno del tabaco. Decía que más fumaban los indios y todos llegaban a viejos. Rara era la tarde que no me mandaba a comprarle una cajetilla de Nobel, pero también le gustaban los cigarrillos excéntricos, y el tabaco de los demás, con tal que fuera rubio. Con la excusa de que necesitaba cambiar de sabor, saqueaba mi paquete de Lucky. Ana no se tragaba el humo, pero necesitaba tener las manos ocupadas.
El tiempo había cubierto sus manos de pecas y ella, rebelde y coqueta, se pintaba las uñas de colores adolescentes. Tenía una mirada llena de magia que atravesaba los libros y a las personas, y una risa explosiva y descarada. Sabía ganarse a los niños, aunque a veces los asustara. Fue una mujer valiente, generosa, arrolladora, y una escritora apasionada, rigurosa y anticonvencional que amaba la verdad tanto como la belleza.
J.J.O. (o sea Julio José Ordovás)
Publicado en el suplemento Artes &Letras de Heraldo de Aragón, 3 de Mayo de 2012
0 comentarios