VEINTE MODELOS (DE ESCRITURA) PARA ARMAR
XVIII.-TUVIERA ELLA UN CABALLO (II)
**
Comenzó con un viejo chinchorro, y no fue tarea fácil ponerlo de pie… la popa forma un ángulo inclinado respecto de la vertical; no, no es fácil erigir un barco, o una barca y colocarlo con la quilla en posición vertical; hizo un nuevo esfuerzo aprovechando un hueco en la arena pero se le derrumbó como castillo de naipes, completamente descuadernado.
Pero no se dio por vencido y lo intentó de nuevo, con la siguiente barca tuvo algo más de suerte, consiguió tras duros esfuerzos colocar de pie la vieja carcasa; esfuerzo inútil, la barca se partió en dos a lo largo de la quilla como una raja de melón.
Entonces decidió que era eso lo que andaba buscando; era un problema de orientación; el destino de las viejas barcas era el regreso al bosque, el retorno al árbol, la vuelta de la materia, el retorno de la madera a sus orígenes, al árbol primitivo.
Y en la orilla de la playa empezó a crecer un bosque, un verdadero bosque de barcas, las quillas apuntadas al norte, esperando un ligero viento que les permitiese hinchar las velas y tomar el largo…
Sólo entonces se sintió satisfecho y se sentó a contemplarlas; pensó en su hermana: “¡Si ella tuviera un caballo!”
Mariano Ibeas
0 comentarios