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DESDELDESVAN

ADONIS

CADAVRE... II

CADAVRE... II

Cadavre II

 

“y el cadáver ¡hay! siguió muriendo” *

 

 

Madrid es un desierto de cemento,

Hasta donde llega la sierra,

por donde corren un millón de cadáveres

Madrid es una urna funeraria:

Un millón de personas encerradas en un millón de automóviles

Los hombres están muertos:

los llamados vivos, los más espabilados

también han muerto, es evidente,

o están haciendo lo posible para seguir muriendo

“y el cadáver ¡hay! siguió muriendo”

 

Sigo contando los cadáveres y amontonando sombras  a mi  paso

No tengo lugar para colocar los pies

El suelo donde piso esconde una larga sucesión de sombras

No hay sitio donde las tumbas no escondan millones y millones de cadáveres.

Sólo su memoria queda

en los huecos de las piedras,

bajo la hierba fresca

en la arena del arroyo

en la cal y el yeso de los sasos

bajo las acículas de los pinos

 

Y no puedo detenerme

no hay tiempo ni lugar para el descanso

de los que estamos vivos…

 

 

Mariano Ibeas

                

 

 

  • Cita de César Vallejo

CADAVRE...

CADAVRE...

III

 

                 Cadavre, celle qui confond l’homme et le vêtement.

 

 

Mi memoria es un cadáver;

sólo es vida la que crece

y mi memoria se reduce,

se evapora,

torna en olvido lo que toca,

y lo que salva

no me salva de la muerte.

Todo lo demás es pasado, polvo, humo, podredumbre,

cristales rotos de un espejo

que multiplica hasta el infinito los cadáveres.

Recuerda a Dámaso cuando dijo “lo del millón de cadáveres”

Aquellos eran otros tiempos

Entonces podía decirse:

“Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres”

no lo eran entonces

y ahora ni se sabe:

hoy nadie los cuenta;

nadie cuenta los vivos

y los muertos son sin cuento, vagan silenciosos por campos y ciudades

refugiados, desplazados, exilados, emigrados, naufragados,

vuelan en el agua y en el aire los cadáveres

y son agua, y son polvo y son aire.

Nueva York es una ciudad de diez millones de cadáveres

Tokio es un pozo de cadáveres, el Cairo es un cementerio de vivientes

Shanghai es una torre de cadáveres,

se asienta sobre el fango

poblado de cadáveres…

el polvo del camino

poblado de cadáveres… de miles de millones

                                                        de cadáveres

“y el cadáver ¡hay! siguió muriendo”

 

EXTRAIT DE TOMBEAU... JE L'AI DÉJA DIT...

EXTRAIT DE TOMBEAU... JE L'AI DÉJA DIT...

II

 

Je l’ai déjà dit et le redis encore, mais

Beyrouth n’a pas entendu.

 

 

Lo digo y lo repito, pero nunca habéis querido entenderme:

no quiero que me recordéis mis años,

mis años no son míos

no tengo ni la propiedad ni los dominios

ni el usufructo

es un tiempo prestado;

alguien me pedirá cuentas

tal vez un juez,

me aplicará la ley:

las doce tablas,

los diez mandamientos

las obras de misericordia

las virtudes

los mandamientos de la iglesia…

no me recordéis mis años,

ya llevo perfectamente la cuenta, y aunque me equivocase, tampoco tendría importancia,

ni siquiera para mí

no me quitarán un día de lo vivido

ni adelantarán un día la fecha de mi muerte

Mi vida no es mía, y además no la recuerdo...

la vivo o la muero cada día

como un vestido nuevo

que me pongo

al despertar

hábito o mortaja, ¡qué más da!

Pero la memoria es la muerte,

 

y  recordar es morir de forma anticipada.

 

EXTRAIT DE TOMBEAU POR NEW YORK...

EXTRAIT DE TOMBEAU POR NEW YORK...

EXTRAIT DE TOMBEAU POUR NEW YORK

 

                           I

 

Dans ma quatre-vingtième année, je n’en aurai      que dix-huit.

                           (Adonis, le chêne du Liban)

 

Dentro de cuarenta y cinco días contaré ya sesenta años,

lo que hace mis 19  multiplicados por tres

__ o más exactamente por 3,33

 y así hasta el infinito…__

el infinito no existe, se fabrica y se destruye cada día

mi vida es una tumba

una tumba que crece

que se cava cada día

cada día más profunda

que no conoce la luz ni el tiempo

que sólo cultiva sus pasos en la niebla y florece en otros pasos

como en eco…

al borde de la tumba

reposa mi sudario

no lo necesito

desnudo vuelvo a los orígenes

tierra a la tierra

polvo al polvo

el agua a las arenas con la terca insistencia del mar

en sus orillas…

 

 

 

Mariano Ibeas

      

CADAVRE, CELLE QUI SE COUCHE...

CADAVRE, CELLE QUI SE COUCHE...

LE CHÊNE DU LIBAN  IV

                IV                

 Cadavre, celle qui se couche comme un livre

et non comme l’encre. (Adonis)

 

 

Déjame reposar despacio entre las páginas de un libro,

polilla, falena, lepisma, pececillo de plata, escarabajo de oro,

cantárida, hoja de menta, pétalo de rosa, flor de azafrán,

botón de oro…

 Y despiértame cuando se consuman los tiempos

 cuando se agoten al fin los calendarios

 al final de los resortes, los mecanismos de cuerda,

las baterías, los acumuladores  y las pilas de litio.

 Cuando ya nadie recuerde la cuenta de las  horas

 ni trace en la pared el rasgo de los días,

el trazo transversal de las semanas,

el cuadro de los meses,

el círculo mortal de los años…

 Cuando ya nadie cuente

ni tenga en cuenta las fases de la luna,

el retorno de estaciones,

el régimen de lluvias,

el abrazo cruel del hielo y la ventisca...

Cuando la luna se desfase

y no traiga a su seno las mareas...

Cuando la tinta borre los registros

y no haya nadie que nos salve de la quema...

Cuando suenen las trompetas  y a contar tocan

el número y la cuenta de elegidos...

Cuando el silencio sólo sea el heraldo

que anuncie el despertar de sombras,

el levantarse las alfombras de los vivos

a un paso del cerco de la muerte...,

Entonces romperá el tiempo su candado

Y será el fin… 

                                         

MarianoIbeas

CADAVRE, CELLE QUI CONFOND L' HOMME...

CADAVRE, CELLE QUI CONFOND L' HOMME...

LE CHÊNE DU LIBAN III

       III                

 Cadavre, celle qui confond l’homme

                    et le vêtement.  (Adonis)

 

 Mi memoria es un cadáver;

 sólo es vida la que crece

 y mi memoria se reduce,

 se evapora,

 torna en olvido lo que toca,

 y lo que salva

 no me salva de la muerte.

 Todo lo demás es pasado, polvo, humo, podredumbre,

cristales rotos de un espejo

que multiplica hasta el infinito los cadáveres.

Recuerda a Dámaso cuando dijo “lo del millón de cadáveres”.

Aquellos eran otros tiempos.

 Entonces podía decirse:

“Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres”

lo eran entonces

y ahora ni se sabe:

hoy nadie los cuenta;

nadie cuenta los vivos

y los muertos son sin cuento, vagan silenciosos por campos y ciudades

refugiados, desplazados, exilados, emigrados, naufragados,

vuelan en el agua y en el aire los cadáveres

y son agua, y son polvo y son aire.

Nueva York es una ciudad de diez millones de cadáveres,

Tokio es un pozo de cadáveres,

El Cairo es un cementerio de vivientes,

Shanghai es una torre de cadáveres,

se asienta sobre el fango

poblado de cadáveres…

el agua anegada de cadáveres,

__el río y el fuego que consumen su ración diaria__

el polvo del camino

sembrado de cadáveres… 

                “y el cadáver ¡hay! siguió muriendo”, (César Vallejo)

Mariano Ibeas

JE L' AI DÉJA DIT ET LE REDIS...

JE L' AI DÉJA DIT ET LE REDIS...

LE CHÊNE DU LIBAN II

                      II 

 Je l’ai déjà dit et le redis encore,

mais Beyrouth n’a pas entendu.  

 

 

 Lo digo y lo repito, pero nunca habéis querido entenderme:

 no quiero que me recordéis mis años,

 mis años no son míos

 no tengo ni la propiedad ni los dominios

 ni el usufructo,

 es un tiempo prestado;

 alguien me pedirá cuentas

 tal vez un juez,

 me aplicará la ley:

 las doce tablas,

 los diez mandamientos,

 las obras de misericordia,

 las virtudes,

 los mandamientos de la iglesia...

 no me recordéis mis años,

 ya llevo perfectamente la cuenta,

y, aunque me equivocase,

tampoco tendría importancia,

 ni siquiera para mí;

no me quitarán un día de lo vivido

ni adelantarán un día la fecha de mi muerte.

Mi vida no es mía, y además no la recuerdo...

la vivo o la muero cada día

como un vestido nuevo

que me pongo

al despertar,

hábito o mortaja, ¡qué más da!

Pero la memoria es la muerte,

 recordar es morir de forma anticipada.


Mariano Ibeas

 

ADONIS... Le chêne du Liban...

ADONIS... Le chêne du Liban...

LE CHÊNE DU LIBAN... 

EXTRAIT DE TOMBEAU POUR NEW YORK 

I

 Dans ma quatre-vingtième année,

je n’en aurai que dix-huit.

   (Adonis, le chêne du Liban)


  Dentro de cuarenta y cinco días contaré ya sesenta años,

 lo que hace mis 19  multiplicados por tres

 __ o más exactamente por 3,33  

 y así hasta el infinito…__

 el infinito no existe, se fabrica y se destruye cada día

 mi vida es una tumba

una tumba que crece

que se cava cada día

cada día más profunda

que no conoce la luz ni el tiempo

que sólo cultiva sus pasos en la niebla y florece en otros pasos

como en eco…

al borde de la tumba reposa mi sudario

no lo necesito

desnudo vuelvo a los orígenes

tierra a la tierra

polvo al polvo

el agua a las arenas

con la terca insistencia del mar

en sus orillas.

                         

 Mariano Ibeas

UNA ISLA EN INVIERNO

UNA ISLA EN INVIERNO

UNA ISLA EN INVIERNO

 

Una isla en invierno
no es más que luz y mar
no hay nadie,
o casi nadie;
los mayores pasean por la playa
no hay niños,
se oye el rumor de las olas
el susurro del viento
el grito de las gaviotas
espanta las nubes
y una pereza como de siglos
se instala entre las rocas...
Vegetan los árboles
__ o más bien se suspenden
en el tiempo__
la bruma dibuja los trampantojos
de las colinas;
no hay nadie, casi
no hay nadie, nada,
todo es pasado fugaz
__ invierno / infierno__
mar a mar.

Mariano Ibeas

            20 febrero 2015

CORRES POR MI PIEL...

CORRES POR MI PIEL...

CORRES POR MI PIEL

 

Corres por mi piel

como un escalofrío

y es tu cuerpo

el sembradío

            la lluvia sementera

semen / símil

la semilla

aras la tierra con tus manos

que empuñan la mancera

y esperan abiertas

hacia el cielo

implorando los cuidados

del sol, del aire, del agua

y el tiempo

que distribuye amaneceres,

con parsimonia avara,

otorga

rayos y tormentas

plácidos sesteos,

granizo, nubadas y cenizas,

cierzo y regañón…

no ha lugar

para la siega

el tiempo va

y viene

de igual manera.

 

Mariano Ibeas                            14/03/2016

Mírate, hombre...

Mírate , hombre...

Mírate , hombre...

Mírate, hombre

Mírate despacio y mira a tu alrededor

Eres mirada,

La poesía es mirada

La filosofía es mirada

Vivir es mirar

Y dijo Dios:

__ “Fabriquemos al hombre nuevo”

y fue menester más barro,

el barro de la tierra,

amasado con barro, con barro y cenizas de hombre

de todos los hombres que cayeron al borde del sendero

de los que quemó el fuego

de los que arrastró el agua

de los que azotó el viento y cayeron después como árboles,

como arena,

como gotas de lluvia

como cenizas

como semillas

brotaron luego

y se encontraron sin raíz ni patria,

sin costa, ni playa de arribada

sin puerto.

 

Mariano Ibeas

SI POR DECIR UNA VERDAD. GABRIEL ARESTI

SI POR DECIR UNA VERDAD. GABRIEL ARESTI

 

SI POR DECIR UNA VERDAD.
GABRIEL ARESTI

Si por decir una verdad
han de matarme
las hijas,
han de violarme
la mujer,
han de derribar
la casa donde vivo.
Si por decir una verdad
han de cortarme la mano
con que escribo,
la lengua con que canto;
si por decir una verdad
han de borrar mi nombre
de las páginas
áureas
de la literatura vasca;
en ningún momento,
en ninguna forma,
en ningún lugar
podré callarme.
(Traducción del autor)

 

Mírate , hombre...

Mírate , hombre...

Mírate, hombre

Mírate despacio y mira a tu alrededor

Eres mirada,

La poesía es mirada

La filosofía es mirada

Vivir es mirar

Y dijo Dios:

__ “Fabriquemos al hombre nuevo”

y fue menester más barro,

el barro de la tierra,

amasado con barro, con barro y cenizas de hombre

de todos los hombres que cayeron al borde del sendero

de los que quemó el fuego

de los que arrastró el agua

de los que azotó el viento y cayeron después como árboles,

como arena,

como gotas de lluvia

como cenizas

como semillas

brotaron luego

y se encontraron sin raíz ni patria,

sin costa, ni playa de arribada

sin puerto.

 

Mariano Ibeas

PILAR MARTÍNEZ BARCA

PILAR MARTÍNEZ BARCA

FLOR DE AGUA

El sueño se pegaba a nuestros párpados,

en tanto que en las lomas clareaba 
una primera luz.
Debíamos ungirte con hierbas aromáticas
y el agua que manara en nuestro espíritu.
En sábado jamás se permitiera
atar dos cabos sueltos o encender las antorchas.
Llegadas al silencio, presentimos 
descorrida la piedra.
Nadie había en la sombra que dejara
tu ausencia inesperada, tu prematura muerte.
¿Quién perturbó de pronto la quietud?
«Aquél por el que un día os fueran dadas
lágrimas o alabanza, ternura o desazón,
no yace ya en lo oscuro.»
La voz iluminara nuestro centro,
al tiempo que el rocío se abría en las corolas.
Tan sólo tus amigos,
y aquella que por siempre hiciera germinar
tu vida en la esperanza,
tornaron más veraces nuestros sueños.
Brotaba ya la vid en la campiña.

(Pilar Martínez Barca, "Flor de agua", Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, 1994).

CORRES POR MI PIEL

CORRES POR MI PIEL

CORRES POR MI PIEL

 

Corres por mi piel

como un escalofrío

y es tu cuerpo

el sembradío

            la lluvia sementera

semen / símil

la semilla

aras la tierra con tus manos

que empuñan la mancera

y esperan abiertas

hacia el cielo

implorando los cuidados

del sol, del aire, del agua

y el tiempo

que distribuye amaneceres,

con parsimonia avara,

otorga

rayos y tormentas

plácidos sesteos,

granizo, nubadas y cenizas,

cierzo y regañón…

no ha lugar

para la siega

el tiempo va

y viene

de igual manera.

 

Mariano Ibeas                            14/03/2016

UNA ISLA EN INVIERNO

UNA ISLA EN INVIERNO

UNA ISLA EN INVIERNO

 

Una isla en invierno
no es más que luz y mar
no hay nadie,
o casi nadie;
los mayores pasean por la playa
no hay niños,
se oye el rumor de las olas
el susurro del viento
el grito de las gaviotas
espanta las nubes
y una pereza como de siglos
se instala entre las rocas...
Vegetan los árboles
__ o más bien se suspenden
en el tiempo__
la bruma dibuja los trampantojos
de las colinas;
no hay nadie, casi
no hay nadie, nada,
todo es pasado fugaz
__ invierno / infierno__
mar a mar.

Mariano Ibeas

            20 febrero 2015

ADONIS...

ADONIS...

ADONIS

“Cuando uno sigue la polémica que se desarrolla  en torno a ALÍ AHMAD SAID ESBER , más conocido por el seudónimo de Adonis , poeta eximio, tótem de la intelectualidad siria y candidato recurrente al Premio Nobel de Literatura. Adonis, que ha residido largo tiempo en Francia y se vincula al posmodernismo, lleva años pregonando la muerte de la cultura árabe y la esterilidad de sus sociedades. El mes pasado el escritor iraquí Sinan Antoon (profesor de Nueva York) publicó un artículo en el que denuncia a Adonis como un neo orientalista de los definidos por Edward Saïd, incapaz de percibir la vitalidad de sus conciudadanos y, por su pesimismo frente  a las revueltas, cómplice implícito de El Asad.”

            De el suplemento “Domingo de El País”, “Primavera inquietante, Sangre a las puertas de Europa, por Enric Gonzáles,  28-08-1011

Ver alguno de estos sitios:

http://amediavoz.com/adonis.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Adonis_(poeta)

http://grandespoetasdelmundo.blogspot.com/2009/11/adonis-ali-ahmad-said-esber-1930-siria.html

Nota: La foto está tomada de aquí:

http://www.lamajadescalza.com/etiqueta/adonis-ali-ahmad-said-esber/

LE CHÊNE DU LIBAN IV

                IV                

 Cadavre, celle qui se couche comme un livre

et non comme l’encre. (Adonis)

 

 

Déjame reposar despacio entre las páginas de un libro,

polilla, falena, lepisma, pececillo de plata, escarabajo de oro,

cantárida, hoja de menta, pétalo de rosa, flor de azafrán,

botón de oro…

Y despiértame cuando se consuman los tiempos

cuando se agoten al fin los calendarios

al final de los resortes, los mecanismos de cuerda,

las baterías, los acumuladores  y las pilas de litio.

Cuando ya nadie recuerde la cuenta de las  horas

ni trace en la pared el rasgo de los días,

el trazo transversal de las semanas,

el cuadro de los meses,

el círculo mortal de los años…

Cuando ya nadie cuente

ni tenga en cuenta las fases de la luna,

el retorno de estaciones,

el régimen de lluvias,

el abrazo cruel del hielo y la ventisca...

Cuando la luna se desfase

y no traiga a su seno las mareas...

Cuando la tinta borre los registros

y no haya nadie que nos salve de la quema...

Cuando suenen las trompetas  y a contar tocan

el número y la cuenta de elegidos...

Cuando el silencio sólo sea el heraldo

que anuncie el despertar de sombras,

el levantarse las alfombras de los vivos

a un paso del cerco de la muerte...,

Entonces romperá el tiempo su candado

Y será el fin… 

                                         

MarianoIbeas

LE CHÊNE DU LIBAN III

       III                

 Cadavre, celle qui confond l’homme

                    et le vêtement.  (Adonis)

 

Mi memoria es un cadáver;

sólo es vida la que crece

y mi memoria se reduce,

se evapora,

torna en olvido lo que toca,

y lo que salva

no me salva de la muerte.

Todo lo demás es pasado, polvo, humo, podredumbre,

cristales rotos de un espejo

que multiplica hasta el infinito los cadáveres.

Recuerda a Dámaso cuando dijo “lo del millón de cadáveres”.

Aquellos eran otros tiempos.

 Entonces podía decirse:

“Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres”

lo eran entonces

y ahora ni se sabe:

hoy nadie los cuenta;

nadie cuenta los vivos

y los muertos son sin cuento, vagan silenciosos por campos y ciudades

refugiados, desplazados, exilados, emigrados, naufragados,

vuelan en el agua y en el aire los cadáveres

y son agua, y son polvo y son aire.

Nueva York es una ciudad de diez millones de cadáveres,

Tokio es un pozo de cadáveres,

El Cairo es un cementerio de vivientes,

Shanghai es una torre de cadáveres,

se asienta sobre el fango

poblado de cadáveres…

el agua anegada de cadáveres,

__el río y el fuego que consumen su ración diaria__

el polvo del camino

sembrado de cadáveres… 

                “y el cadáver ¡hay! siguió muriendo”

Mariano Ibeas

LE CHÊNE DU LIBAN II

                      II 

 Je l’ai déjà dit et le redis encore,

mais Beyrouth n’a pas entendu.  

 

 

 Lo digo y lo repito, pero nunca habéis querido entenderme:

no quiero que me recordéis mis años,

mis años no son míos

no tengo ni la propiedad ni los dominios

ni el usufructo,

es un tiempo prestado;

alguien me pedirá cuentas

tal vez un juez,

me aplicará la ley:

las doce tablas,

los diez mandamientos,

las obras de misericordia,

las virtudes,

los mandamientos de la iglesia...

no me recordéis mis años,

ya llevo perfectamente la cuenta,

y, aunque me equivocase,

tampoco tendría importancia,

ni siquiera para mí;

no me quitarán un día de lo vivido

ni adelantarán un día la fecha de mi muerte.

Mi vida no es mía, y además no la recuerdo...

la vivo o la muero cada día

como un vestido nuevo

que me pongo

al despertar,

hábito o mortaja, ¡qué más da!

Pero la memoria es la muerte,

y  recordar es morir de forma anticipada.

Mariano Ibeas