DE SAL IV
IV
se fundió en la tierra
en polvareda
con la lluvia creciente
con la sangre y con el barro
renació
en la raíz del árbol
abrazada y terca
y vuelve desde entonces
en el frescor de hierba
vuelve a la vida
en el agua
en la luz
en el aire
en la flor de los almendros en primavera.
Mariano Ibeas
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