DOS GIRASOLES SOBRE EL ASFALTO
DOS GIRASOLES SOBRE EL ASFALTO
En la terminal de ferrocarriles
sentada con mi madre,
dos girasoles sobre el asfalto.
Su mano borra todo sucio paisaje.
Nunca he comido sino de esa mano
nunca
sino de ese fruto macerado.
Me enseñabas un sendero
para que no me extraviara.
Y siempre regreso, pequeño afluente,
buscando un poco de sosiego
como se le da al enfermo
una cucharada de sopa.
Y la cuchara hace frías,
metálicas promesas
hasta que la cabeza se queda
recostada contra el velador.
Una oruga cantándole a un gusano
___la canción de la morfina__
la cabeza roída por dentro
el tallo esplendente conectado al tubo de oxígeno.
El mar, como un patrullero,
pisándome los talones.
Thalassa, thalassa
he intentado vivir siete veces.
Damaris Calderón, (La Habana , 1967)
(De “Mujeres como islas II” Ed. Unión)
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