MAR FLORÍA GUISASOLA
EL CHAL TRANSPARENTE
Partir sin rumbo y apresuradamente,
en la maleta todavía quedan huecos.
Coge solo lo indispensable, le dijo al teléfono.
Samara arroja dentro de la valija el neceser y
repasa mentalmente: cepillo dental,
perfume, i-pad, el antihipertensivo,
laca de uñas.
Algo se le escapa en este atropello organizativo:
el chal transparente de lirios cristalinos
y color de la lluvia, fue un souvenir que la abuela
Dalia trajo de Paris en los años 40.
Ella lo utiliza como instrumento erótico,
se lo ata a la cintura cuando sale de la ducha,
aún mojada, a modo de pareo maorí.
Le falta solamente un hibiscus blanco en el pelo
para completar la escena de cuadro de Gauguin.
Ahhhh! Si Dalia levantara la cabeza…
Marcella Floría Guisasola, "Pompeia est", Ed. Círculo Rojo.
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