LAS PEQUEÑAS ELEGÍAS... III
Las pequeñas elegías
III
te cegaron la puerta, tapiaron las ventanas,
el cura y el barbero
se dieron mucha prisa en quemarte
los libros y las naves
y ya no pudiste regresar;
te hiciste náufrago, huérfano, caminante
y pordiosero
desvalido...
nada valía ya para el regreso,
desnortado y ciego te hundiste en el refugio
de los convencionalismos;
te dejaste crecer:
creció por dentro
y por fuera tu piel de niño.
Mariano Ibeas
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