FRUTOS DE OTOÑO VII
Des bleus à l’âme (1971)
Mi alma está llagada
supura su dolor por el costado
los golpes vinieron todos
en tropel
golpearon en seco
con nocturnidad primero
luego con más ruido,
después fue la tormenta
la lluvia de granizo
el fuego graneado cerró
todos los caminos:
la brecha en la muralla,
el puente levadizo,
el foso y los paseos de ronda...
no hubo escape, ni salida
contra la piel del muro
se cerró el círculo
y no hubo escapatoria…
encerrado en el medio de la nada
el vacío, la oquedad, el agujero
ciega de luz y ciego de esperanza
mi alma queda y yo me quedo.
Mariano Ibeas
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