A Rosa y Fernando en la Habana...

Desde Cuba, "GENERACIÓN Y" de Yoani Sánchez:

 

Una nueva línea de ómnibus circula por las calles habaneras desde hace algunas semanas. Con un color rojo intenso, grandes anuncios y una insólita planta superior, esta nueva “nave espacial” se desplaza por las principales arterias en un recorrido que cuesta cinco pesos convertibles. Sus clientes son aquellos turistas interesados en un paseo condensado por los principales lugares de nuestra urbe. Magnífica oportunidad para esos que prefieren mirar desde el segundo piso lo que a ras de suelo se ve totalmente diferente.

Achicharrados bajo el fuerte sol de mayo, aprietan los obturadores de sus cámaras y se mantienen a salvo de las alcantarillas rotas, las aceras derruidas y los perros sarnosos que conforman mi paisaje urbano. Mientras, nosotros observamos la guagua biplanta como si hubiese salido de un folleto de viajes a New York o a Tokio. Desde los asientos de “allá arriba” los rostros felices de los viajeros nos hablan de una Habana que sólo ellos parecen ver. La verdad es que no me asombra tanta miopía, pues los efectos, sobre la visión, que ocasiona un refrescante mojito, son harto conocidos.

Al verlos en su azotea rodante, evoqué a un vecino que un día me interrogó “¿Cuál es la diferencia más visible entre un turista y un cubano?” En mi simplicidad, le enumeré las cremas solares, las guías Lonely Planet y los spray contra mosquitos… pero no. La respuesta era más evidente: “Un turista siempre mira hacia arriba. Se queda embobecido con la arquitectura, los vitrales, arcos y columnas; pero nosotros los cubanos caminamos atentos a los huecos que harían peligrar nuestros tobillos”. Aunque se trata de una de esas exageraciones que termina en cliché, me parece que este ómnibus de dos pisos se encamina en la misma dirección del chiste de mi vecino. Desde allá arriba, ya no hay nada que se interponga entre los ojos de esos turistas deslumbrados y los edificios de más de un siglo. Ni siquiera nosotros –meros extras en este decorado- somos un estorbo para que disfruten de aquello que está por encima de nuestras cabezas.

http://www.desdecuba.com/generaciony/

1 comentario

[Montse - 01 de junio de 2008 - 14:23]

Vaya! si cuando estuve allí hubiera tenido ese bus, seguro hubiera visto mucho más, aunque la calesa no estaba mal, más económico hubiera resultado. Desde luego que los turistas miramos hacia arriba, hacia arriba y de lado, a veces, paa no ver miserias que estropearían nuestras vacaciones. En Cuba, en Tunez, en Egipto y en la República Dominicana. Al igual que los primeros turistas (y no tan primeros) que llegaron a España con la apertura y casi de la mano de Mr Marsal.
Los seres humanos cuando vamos de turistas nos vemos en la obligación de mirar hacia arriba y delado y soportar soles imposibles y horarios sin fin.
Pero bueno, me encanta ese toque de modernidad habanero, aunque yo que a veces miré de frente, hubiera deseado que al fin arreglasen los edificios, que se intentase ofrecer una vivienda digna a todos, que en el pais de las NO DIFERENCIAS, dejase de haberlas entre los que viven en el Vedado y los residentes de La Habana vieja, por poner un ejemplo. Sería bueno que la apertura llegasem sin esperar a que un tal Marssal, o similar, aterriza en la isla en plan ANGEL SALVADOR y perpetrando la dictadura, que sin apenas cambios, cambiaría de chaqueta.
Saludos a todos los cubanos.

Montse.