DE SAL
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estos que veis aquí
calcinados huesos
son los restos de mi cuerpo
__ poco queda __
nacieron para sostener en vida
la carpintería frágil
de mi ser erecto,
se rodearon de músculos
ávidos de acción
y de reposo luego
y ya no son
cobijo de nada;
quise una vez enterrarlos
bajo la piedra dura
reclinados
al salir del sol
en las mañanas
mas no hubo tiempo:
los dispersó la lluvia, el viento
y las cenizas de otros huesos
innombrables
no esperan siquiera la resurrección
un día:
no admiten ni coyundas,
ni composturas,
ni componendas
__ poco espíritu __
son materia, escasa, insuficiente
de poco podrán servir,
tal vez un poquito más de cal
para esta ácida tierra.
Mariano Ibeas
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