ALERA ... DOS
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ya ves que te escribo
en rojo y sangre
el último atardecer desde mí herida,
y, al alba,
en tinta desvaída,
borran mis lágrimas amargas
las últimas palabras,
y ves que suenan
de golpe las alarmas
y el estampido seco
de la puerta que se cierra;
no temas tal vez
otra tormenta,
que luego, como siempre,
escampa.
Mariano Ibeas
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