DESDE LEJOS... 8
8.- Le cheval évanoui
“Il était un petit cheval blanc...
oh comme il avait du courage »
Bajo el peso de las varas
pena el jamelgo en la cuesta arriba:
hay barro y las roderas sacan al aire
los cantos descarnados,
apenas nieve sucia en la ladera del monte
viento frío y sol tímido de mediodía
grito y grito
carne de látigo y de juramento
blasfema y se da al diablo
el postillón-arriero
mermada está la carga y sin embargo
el animal se rinde
llegó el final, el descanso eterno
una vida de perro,
no, el perro no trabaja:
sigue cansino el rodar bajo el serón del carro
al ritmo de tartana y el dogal al cuello
el viejo perro no alienta siquiera,
ni olisquea,
mira indiferente las lados del camino,
ha dejado de reconocer los rastros familiares
__ ¿para qué? __
Si no podrá seguirlos un momento
y rehacer luego el camino
con trotecillo escorado y tuerto
__ come con los ojos el pan de los deseos
y ve llegar el fin del pobre caballejo__
porque no habrá un paso más;
todo se resolverá en medio
de un círculo de miradas expectantes:
__ malvender el carro,
__ despellejar al animal
__ … la piel, una vez curtida,
servirá para fabricar arneros…
__el cuerpo para los buitres
y para los otros perros…
el perro del arriero,
aún muerto de hambre,
no osaría jamás
hincar el diente en la carne magullada
de su eterno compañero…
Mariano Ibeas
En la foto: vista desde la Sacra de San Michele (Piamonte, Italia)
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