OUROBOROS
III
Dibujo con mi cuerpo un círculo
me recojo sobre mí mismo
y trazo el cerco:
nada de lo que me rodea me puede penetrar
el enemigo acecha
y zumba la flecha en mis oídos
como viento en las colinas
cierro los ojos
como cepo que convoca las sombras
y la luz esperará
hasta el amanecer
no respiro
mi boca, labio contra labio, cierra en cicatriz convulsa
la frontera de los besos
no quisiera respirar
tan solo dibuja blanca sobre mi piel
la línea de horizonte
que no puedo ver, ni penetrar siquiera
todo es foso vertical,
muro , frontera,
una muralla de raíz inerte
que se llevarán las olas entre jirones
de espuma;
se cerraron los fosos y las fosas,
me he curado en salud del olor
del tomillo y la retama
no llega ya a mí
el gusto amargo de los días perdidos
en la niebla;
los troncos de encina no crepitan
ni calientan ya las brasas del hogar
sólo queda caliente la ceniza
nada me disturba
estoy a salvo
no temo el despertar.
Mariano Ibeas 20 enero 009
1 comentario
Candi -
Precioso poema, Mariano.
Saludos.