VEINTE MODELOS (DE ESCRITURA) PARA ARMAR
XIII.- LO QUE ECHAMOS DE MENOS (II)
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El hecho en sí, no dejaba de tener su ironía, sin embargo. Lo que ocurrió primero fue la desaparición de la obra “original”; y una pieza de 38 toneladas de peso y otros tantos millones de coste en dinero de la época, no se evapora, ni el acero cortén es material perecedero… La empresa que se hizo cargo del almacenamiento, la empresa constructora, el patronato del museo, nadie asume la desaparición, ni se hace responsable: la escultura existe, pero no está.
Tiempo después el autor y el museo decidieron fabricar “otra obra original” que debía colocarse en su emplazamiento original, allí donde solía, y si con el tiempo aparece la primera, ésta se destruye y santas Pascuas... “La obra resultante será considerada como original a todos los efectos y, de aparecer la primera, escultor y museo decidirán cuál de ellas será destruida”.
El mismo día y en el mismo periódico otra noticia le llamó la atención: “La Fiscalía Anticorrupción investigará la gran urbanización que se levanta en Seseña (Toledo), una nueva ciudad de 13.508 casas en bloques de 10 pisos…”
(De “El País, jueves 27 de julio de 2006)
No recuerda muy bien si lo ha soñado, pero dentro de 10 años alguien descubre en la plaza mayor de la citada urbanización una escultura “original” de Richard Serra… dicen que ha sido colocada allí a expensas de un constructor apodado “Pepe, el Chatarrero”.
Mariano Ibeas
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