DE MAR
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Te vas
y me dejas
el rastro de tu piel
como culebra
en el hueco de la mano
y en la almohada
el vacío que llenó tu cuerpo
y en el alma
un triste sabor de madrugada
porque no sé
si volverás de nuevo
de nuevo a la costumbre
inhabitada
y al calor del lecho.
Mariano Ibeas
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