VUELVE LA POESÍA
AMOR ADOLESCENTE
Deshojan margaritas, y el coloso
los llama en cada esquina, está impaciente,
se posa un pajarillo, como ausente
en los labios de un tiempo misterioso,
por descubrir si caso el amoroso
se encuentra ilusionado solamente,
mas viene con pureza transparente
recio en la mirada, en el porte hermoso.
Tiembla de emoción como frágil rosa
por la mano infantil acariciada;
una fuente expectante, luminosa
se abre en el cristal de su mirada,
y rinde tras un beso, presurosa,
su torre de marfil ya conquistada.
Soneto "a cuatro manos" entre Miguel Ángel Marín y Mariano Ibeas
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