LA ISLA
LA CONSTRUCCIÓN DEL CÍRCULO
“La isla”
“No habrá una sola torre en esta isla,
ni la iglesia, ni el faro , ni tu alma”. Olga Bernad
Para que exista la isla, el atolón en la laguna de coral, es necesario el esfuerzo conjunto de muchos individuos, la colonia de corales… el ritmo en la corriente de las olas de barlovento y un agua transparente, pero fértil, una sopa primordial rica en nutrientes, el paso de los tentáculos de estrellas y pólipos y el abanico sutil de las gorgonias.
De ahí nace la isla, un cuarto creciente en los orígenes, que surge del mar como la luna, que va emergiendo lento de sus aguas.
Luego se cierra el cerco, el empuje regular de las olas y mareas, el calcio se transforma en arenas blanquecinas donde hunden su raíz los cocoteros de la orilla.
La isla está desierta. Nadie ni nada levanta la voz, su voz al cielo, ni siquiera el grito de los pájaros, el chiar de las gaviotas o el vuelo moscardón de los insectos… pasarán años hasta que algún lagarto temple su cuerpo al sol en el roquedo… y mientras tanto, .
Ni una torre vigía, ni una iglesia, nadie vendrá a perturabar el ritmo solemne del silencio.
Porque no hay nadie.
Desde lo alto el cielo se curva inmisericorde sobre el círculo de horizonte.
La arquitectura de la playa se cierra con el mar llama incruenta que funde ne azul las brisas y las olas.
Sola la mirada se pierde alrededor bajo la soledad cubierta por el cielo… no hay nada que me retenga la mirada: ni torre, ni iglesia, ni luz ni faro, nada…
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