DORITA PUIG...
De aquellas horas tristes
De aquellas horas niñas,
de aquellas horas solas,
conservé el temblor sagrado
y la oceánica gravidez
de lo que callo,
aprendí a silenciar
las voces tristes,
a dejar las lágrimas
del lado del llanto
y a escuchar
la respiración del aire
por esta abertura escrita.
Dorita Puig
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