ALERA DOS ...
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ved cómo el tiempo
arrastra las palabras
y las cáscaras vacías
en lento rodar
de nuestros sueños;
el eco de la voz herida,
sumida en el silencio,
se pierde estremecida
entre las rocas de los dedos;
no quedan ni lágrimas ya:
los labios están secos,
de tanto golpear la sangre
en las arterias;
se agrandó el túnel
y es una cueva sin final:
no se ve la luz al otro lado,
no hay guía
ni la mano encuentra otra mano amiga:
en un océano de nada,
se funden nuestros huesos;
son polvo en torbellino
y barro en el torrente,
tan sólo el vacío,
la cóncava soledad
del hueco...
Mariano Ibeas
2 comentarios
Mariano Ibeas -
Sabía que vendrías, sabía que estabas ahí al otro lado del escrito, pero no tenía ni evidencias, ni confirmación: Hoy me has dado una gra alegría y quiero sentirte ahí como lector; porque, a partir de ahora, sabré que alguien, con nombre y rostro conocidos, me responde.
Un abrazo muy fuerte a tí y a los tuyos, como siempre.
Mariano Ibeas
Beatus ille -
la he seguido y reseguido
lento, en silencio
y ya paciente,
de patiens, Mariano,
mientras se nos escapa el tiempo
o vive con nosotros
sus postreros momentos.
Me encuentro contigo,
en el diálogo de la poesía,
y no puedo por más callar.
Hoy ha sido ella,
la que mi vida llena,
la que sabe cómo te siento
y contigo consiento,
quien me ha invitado a escribirte
para no estar triste contigo,
aunque sea sólo de vez en vez
una palabras ( )
para sentir todavía el corazón
despierto.
Este corazón ya casi tecnológico
maltrecho sigue vivo,
aún siente
y sabe que amistad
y amigo de amor
vienen.
un día de estos,
a ambos, enamorados de la vida,
se nos acabará la historia
para ti
y para mí,
mientras seguiremos bateando
la sangre en las arterias,
para vivir amando.
No puedo que estar triste contigo
ni quiero que estés triste conmigo.
Un abrazo múltiple, sigue escribiendo, nunca dejes de hacerlo