VEINTE MODELOS (DE ESCRITURA) PARA ARMAR
V.- El otoño
El niño entró corriendo desde el jardín, llevaba en las manos un montón de hojas secas sujetas por los peciolos.
__ Soy un árbol, dijo.
__ Pues entonces vuelve al jardín, no puedes crecer aquí.
__ ¿ No puede haber un árbol en el salón?
__ Un árbol pequeño como tú crece rápidamente y las raíces penetran en el suelo buscando el agua… romperán la alfombra; y las ramas crecen también buscando la luz y querrán salir del salón, romperán el techo.
__ Vale pues me quedo aquí y me regáis y mis ramas saldrán por la ventana abierta.
__ Eso será mucho más difícil en invierno.
Entonces el niño se puso serio, se enfadó mucho, dejó caer las hojas sobre la alfombra, cruzó los brazos y replicó.
__ Pues vale, ya no soy un árbol.
__ Pues ahora sí que eres un árbol, en otoño.
Mariano Ibeas
0 comentarios