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AYER, EL NEOLÍTICO. 1

AYER, EL NEOLÍTICO. 1

Los trilleros de Cantalejo

 

            Era en la primavera cuando solían llegar por allí en previsión seguramente de las necesidades de lacosecha en el verano: la preparación de los trillos, las herramientas de la siega, los cedazos… Venían en una vieja tartana, donde guardaban materiales y herramientas y cualquier lugar era bueno para montar el taller.

Los trilleros venían de Cantalejo, Segovia, tierra de pinares; la madera era de allí, las sierras, de las viejas  retiradas de los aserraderos, de viejos trillos o vete a saber; las piedras de chispa, pedernal de no se sabe dónde n unos saquetes de arpillera y uno o dos trillos nuevos y relucientes.

Los trillos que había que colocar se situaban boca abajo, en un carasol, debían estar bien secos, después se rociaban con agua para ajustar mejor las piedras.

El proceso era simple, substituir alguna tabla, reforzar con hoja de lata los cabeceros, realizar agujeros con el escoplo, quitar las piedras rotas, substituirlas por otras nuevas. El trillero utilizaba piedras sin aguzar, en el momento de hincarlas en el tablero, un golpe seco del martillo hacía saltar en bisel la piedra y ya estaba el filo. Lo hacía de forma metódica y a ritmo: una piedra de sílex, un golpe seco, un buen filo y a por la siguiente.

Nosotros seguíamos el proceso con atención maravillados por el arte de los artesanos ambulantes.

Los cedazos eran otra cosa; decían que los construían con piel de perro; los cercos ya venían montados de origen con distintos tamaños; la piel tendida debía ser agujereada en espirales con un abocardador manual siguiendo una línea en espiral: golpe, agujero, golpe agujero… así hasta el final.

Un buen cedazo valía una fortuna y había que cuidarlo, un trillo no digamos… los beneficios del verano, pero ambos estaban hechos para durar…

 Mariano Ibeas

1 comentario

jose -

Excelente post

:D