DECLARACIÓN DE BUENAS INTENCIONES...
Declaración I
A partir de ahora,
señoras y señores,
dejaré de desnudarme:
ante ustedes...
¡un muñeco, un figurante!
No seré extraño ni extranjero,
seré un semejante,
y ustedes serán cómplices,
hipócritas conmigo.
Haremos como si
sin llamarnos a engaño,
porque ustedes y yo
sabemos
que sigue la tramoya
de la antigua farsa,
el trampantojo,
la trampa y el cartón...
no nos llamamos a engaño.
El poeta ya no se deja
la piel en los papeles,
el poeta está desdoblado
de sí mismo,
maneja los hilos
en las sombras
se disfraza
de payaso
o saltimbanqui,
o, mejor dicho,
ni se esconde ya siquiera;
se deja ver
y deja en el aire
la traza, el cañamazo...
la urdimbre
y la hilaza están presentes
en sus sedas;
tan sólo, alguna vez,
el poeta ejecuta sus
saltos mortales
en vivo y en directo,
pero no le va la vida en ello.
El poeta
es también
mortal de necesidad
declarado...
y no arriesga nada,
no se arriesga,
no pone nada en juego,
juega con ustedes...
el poeta payaso
¡que salga!
¡que empiece!
Mariano Ibeas
(Hace trece años ya que se publicó este blog por primera vez y, aunque sea a trancas y barrancas, sigue...)
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