MERCADO CENTRAL ... Y VII
FÉLIX ROMEO PESCADOR
“La humanidad se divide en dos clases: los que hacen el bien y los que hacen el mal. R.W. EMERSON”
"–¡Es un tifón! –grita desesperado el Delegado.
–Es un huracán –asegura el de la Meteorología.
–Es un acto castrense para limpiar de bodrios todas
las bibliotecas atosigadas.
–Es como un acto celeste de pureza aunque veo que
todos los ejemplares que vuelan por el aire son de nuestros
autores favoritos –se queja su eminencia.
–Fíjese: por ahí va Camino y todas sus ediciones.
–Y de tantos y tantos que no nos da tiempo a aseverar
qué es lo que está pasando.
–Creo –dice al final un sargento de la Guardia Civil–
que esto es un tsunami y que tiene nombre y dos
apellidos. Gesto de asombro por parte de toda la fauna.
–Se llama Félix Romeo Pescador.
–¡Él! –exclama el Delegado, y perplejo devuelve el
anillo episcopal al obispo–, esto es castigo de Dios, por
leer lo que leemos. La figura de Félix, remarcada al fondo del horizonte
del poniente zaragozano, contra la mole del Moncayo,
gritó hasta descerrajar los cielos quejumbrosos: ¡Leer a
Cervantes, rediós, y desfondaros por los últimos verdaderos
valores que son los que os voy a señalar!
Y al igual que en Babilonia, en la última cena del rey
Baltasar, en las paredes férreas del campo de fútbol de
La Romareda fueron apareciendo los nombres de los
autores señalados, mientras la voz poderosa de Romeo
Pescador anatematizaba a todo el bodrerío suculento.
Las aguas del Mediterráneo se llenaron de páginas
y páginas inútiles empujadas por el cierzo mientras alguien
recitaba aquel verso de Luciano Gracia que decía:
«ciudad mía, ciudad del viento». El ideario de los poetas
trashumantes se había hecho realidad gracias al gesto
airado de ese muchachón desempolvado y un tantico
agreste y socarrón".
(José Antonio Labordeta dixit)
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