DEDICADO A
La eternidad
Dedicado a “Beatus”, que ya no podrá leerme
Y con quien tanto queríamos…
La eternidad aquí
tiene luz fluorescente
pasillo de hospital
olor a multitudes;
sólo desfila el dolor
en cada rostro
y el tiempo deslíe los minutos
como en medicinas de sabor amargo…
vuela la luz tras las ventanas
hacia no sé dónde
hacia no sé cuándo,
tal vez,
tal vez mañana.
Mariano Ibeas
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