ALERA II
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diluida en sombras
grises, fugitivas
de la luz huidiza
y nacarada,
reflejos arcoiris
sobre la piel del agua
y en la orilla
un resplandor
de pájaros cenizos
robando sombras
a la tarde,
una hoguera el sol...
en tus ojos
nace el sueño
como nace la muerte,
a su manera.
Mariano Ibeas
1 comentario
Anónimo -
No te digo lo bueno que es ¿para qué?