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VEINTE MODELOS ( DE ESCRITURA ) PARA ARMAR

XIII.- Lo que echamos de menos (I)                                                       

                                                              *                   

                     “La decisión de Richard Serra de reponer la escultura perdida del Museo Nacional Reina Sofía, con la fabricación de  las misma planchas de acero cortén, es una práctica habitual en el arte actual… La fundición alemana que trabaja con Serra recibirá por correo electrónico los planos y las instrucciones para cortar dos bloques de 148,5 x 500 x 24 centímetros y otros dos de  148,5 x 148,5 x 24 centímetros para formar de nuevo la escultura Equal-Parallel /  Guernica-Bengasi ”                             

          (De “El País, jueves 27 de julio de 2006)                   

                    Le había dado muchas vueltas, porque era todo un enigma y un reto,  para terminar admitiendo que sí, que en efecto, que, a partir del conceptualismo y el minimalismo de los años sesenta, una obra de arte es un concepto, una pieza mental, algo muy alejado de los artefactos tradicionales de la escultura o la pintura. El original, la copia y el objeto industrial derivado de ellos, viene a ser una y la misma cosa. 

                   El artista ha dejado de ser el santón de turno y la obra ha perdido los tintes de lo sagrado, de un fetiche, un objeto de culto, si es que alguna vez los ha tenido. Una obra de arte se puede fabricar en serie, transportar de forma virtual, a la velocidad de la luz, de un extremo al otro del globo, incluso la imagen virtual preexistente a la propia obra digamos”material” tangible, es más perfecta en su pre-existencia, no es necesario ni siquiera fabricarla.

 

 

 

 

 

 

Mariano Ibeas

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