DE SAL
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no limpian las sombras
el torrente de luz de las estrellas,
no siembras en el aire
el caudal sin fin de las palabras;
en algún lugar
el eco
te devuelve duplicados los silencios
eterna como el agua fluye
con el flujo y reflujo del mar
en las orillas
la canción eterna:
deja reposar el tiempo en las arenas
rompe el círculo
de niebla de tus miedos,
abre los ojos
y deja entrar el universo.
Mariano Ibeas
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