DE MAR
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Compro mi vida
a plazos,
retazos de existencia,
extiendo sobre el suelo
mi cuerpo hecho pedazos,
veamos qué tenemos:
algunas piezas sueltas
salvadas del naufragio,
un balbuceo de palabras
inconexas,
apenas expresadas
y ya muertas,
un cargamento de
deseo insatisfecho y un edicto:
“condenado a muerte” _ dice _,
un torbellino de sueños
no cumplidos,
y una esperanza ciega
aún por estrenar,
por menudo quedan
algunos abrazos furtivos,
un amor que nació muerto,
y un disfraz de saltimbanqui,
_ ¿nada más?
_ nada más,
eso compro,
eso vendo, mi vida,
tan sin vivir
y ya vivida.
Mariano Ibeas
1 comentario
columna -
Un gran acierto.