A Arcángelii
Y TÚ
Y tú vuelves conmigo,
de nuevo a la ribera,
a la tierna sombra estremecida
de antiguos yermos olivares
y lavamos en agua las heridas
del tiempo muerto
__ a nuestros pies la vida
nos contempla sosegada
en el cuenco de la mano__
hay rumor de tórtolas cenizas
encima del ciprés
y al lado, en la arena del montón
fluyente entre los dedos,
trepa insensata una hormiga
en suplicio de Tántalo.
¡Vámonos, anda!
la tormenta se avecina.
Mariano Ibeas
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