Blogia
DESDELDESVAN

A LA INMENSA MAYORÍA...

Blas de Otero, José Hierro, Carlos Edmundo de Ory, José María Valverde, José Manuel Caballero Bonald, José Ängel Valente, Jaime Gil de Biedma, María Elvira Lacaci, Claudio Rodríguez; Manuel Vázquez Montalbán, Ängel González...  algunos siguen vivos, y muchos están muertos, pero el poeta no puede morir...

 

Me llega en oleadas

 en los brazos del tiempo

 el polvo de los siglos

 y en este rincón del espacio

 tu mirada

me interroga

y el eco de tu voz cansada

me reconforta de nuevo;

tu aliento tras de mí

congela las palabras

__ “Ángel González ha muerto”

__ ¡Yo lo niego!

¡cómo si un poeta pudiese morir!_

Yo te siento más vivo

y más cercano;

ya lo dije una vez:

Quevedo siempre,

Hierro por la vida,

Ángel por la herida...

__¡ y tantos otros!__

por la herida que salva

de la muerte

y que nos deja inermes

en brazos del azar.

Estáis vivos y yo os pido

¡qué viváis para siempre!

Mariano Ibeas           

7 comentarios

noa -

xfavor me puedes dar el resumen de ese poemas.. te lo agradeceria

Antonio -

¡Hasta luego, Ángel! ¡Tu palabra sigue viva!
¡Abrazos, Mariano!

Mariano Ibeas -

Gracias a todos, Candi, Columna, Mucha desde el otro lado del mar, Candi de nuevo... por dejar aquí vuestro saludo; garacias por la visita
Mariano Ibeas

Candi -

Y el magnífico verso de Quevedo: «con mis ojos oigo hablar los muertos».

«Retirado en la paz de estos desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos
vivo con el comercio de difuntos
y con mis ojos oigo hablar los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos
o enmiendan o fecundan mis asuntos
los libros que, en callados contrapuntos,
al músico silencio están despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora
restituye, D. Juan, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
mas con el mejor cálculo se cuenta
la que en lección y estudio nos mejora.»

Saludos.

mucha -

Muy interesante tu blog, volveré

columna -

No muere nunca alguien que deja la buena huella.

Candi -

El poeta —que atravesó mares de sueños, rozó la intimidad de las nubes, inventó y reinventó la vida…—, cuando abraza el silencio, permanece.