ALERA II
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también es cómplice
mi silencio
y es testigo falso
que esconde mi traición,
mi cobardía,
y no puedo desplegar
los labios;
aunque los gritos me
rompan las entrañas
y pugnen por salir,
yo callo
y callan los fantasmas
que me corroen
lentamente por dentro.
Mariano Ibeas
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