Postales de Navidad I
Aún no se lo he dicho a mi jardín,
no vaya a ser que me convenza,
tampoco tengo al fuerza suficicente
para comunicárselo a las abejas...
Tampoco lo diré en la calle, pues,
tras los escaparates, me mirarán fijamente,
a mí,
que alguien tan poca cosa, tan ignorante,
como yo,
tenga la osadía de morir.
No quiero que lo sepan las colinas,
por las que tanto paseé,
ni decírselo a los queridos bosques,
el día que me iré...
No lo diré en la mesa,
ni se me escapará por un descuido:
hoy, dentro del Enigma,
alguien seguirá sus pasos.
(Versión libre de Emily Dickinson, "Poemas a la muerte", Bartleby Ed.)
*Playa Águila, Asturias, invierno 2011.
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