DE LUZ
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a Manuel Carrión, in praesentia
El primer surco de hoy, será mi cuerpo
Claudio Rodríguez
compañero del alma,
compañero
que me acompañas
desde siempre,
_ desde el comienzo,
antes de nacerme, creo _
mi cáscara, mi voz, mi máscara
mi “prosopon”, mi entraña
mi cárcel en que me encierro,
fiel, siempre fiel,
hasta la muerte... espero.
desde lo vivo vivido,
próximo, extraño, expósito:
un traje a la medida
urdido sin cesar
en lenta y afanosa espera
de Penélope,
ajustado al día a día
mi perro fiel, mi fiel porquero
que me reconoce a mi llegada
en el mar de Ítaca...
me he hecho a su calor,
su olor, su tacto
su pesadez cansada,
su porte vertical
su duda ante el espejo,
y su dolor a veces,
me lleva y me trae
cuantas veces solicito,
le llamo a la tarea
y se me queda dormido
y sueña con crecer despacio
o de despierta sin mí
lejos de mí, enajenado...
noto que me tira la piel,
que encogen las costuras
que se retuerce con temor
que responde con odio
y se me niega:
sufre y siente,
goza y disfruta
y no me da tregua ni respiro,
mi otro yo
compañero, mi sombra viva,
vivo entero,
alter ego, mi cuerpo
compañero.
Mariano Ibeas
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Cristina y José -