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LIBROS PARA PRESUMIR

LIBROS PARA PRESUMIR

LIBROS PARA PRESUMIR QUE NO HACE FALTA LEER

               Leo en este artículo de Patricio Pron, El País, 25 de julio de 2021, que vuelven con fuerza los Fakebooks, los libros falsos, más falsos que los euros de madera, y recuerdo__ mi memoria es recurrente__ los viejos tiempos de mi historia de vendedor de libros.

               Venían algunos clientes a comprar libros con el metro, altura, profundidad, ancho de lomo, encuadernación… era lo necesario para que pudiesen encajar en la nueva estantería de melanina del comedor, a juego con el color caoba del mueble, o de las cortinas.

               Los viejos clásicos de Aguilar encuadernados en piel__ un García Lorca, 750 pts. un Galdós a 600 pts. episodio__, resultaban un dispendio inasumible, pensando que no se iban a leer nunca. Había que buscar soluciones más baratas.  Un Quijote, una Divina Comedia, un Decamerón podían hacer el apaño, forrados en tela color burdeos o en polipiel, o en pasta española, cualquier título podía hacer el efecto.

               El ideal, lo más de lo más eran los libros falsos, las cajas de cartón primorosamente encuadernadas en forma de libro, con sus títulos y editoriales grabadas en oropel a fuego y a presión en el lomo. Todo por una buen lomo, si. Los fabricaban para colocarlos en las estanterías vacías de los muebles de las tiendas de muebles, y eran solicitados con un “esto es lo ideal, esto es lo que estoy buscando”, ligero, a la mano del ama de casa con el plumero.

               El ideal no existe. Hay que fabricarlo, a nuestra imagen y semejanza. Por ello he pensado en la nueva industria del libro. Si la influencer Maddy Burciaga vende cajas imitación de libros de lujo a 19,99 euros la pareja, hay que promocionar el producto. Si una profesora de renombre, Jessica Pressman publica Bookisness. Loving Books in a Digital Age, como una “invitación a la materialidad del libro, dentro de una cultura digital”, hay que hacerse eco y ponerse a la tarea.

               Nada mejor que un gran poster que cubra la pared de fondo de nuestros tik-tok, instagrames, facebooks, zoomers, youtubers y otras apariencias semejantes. Y nada de Enciclopedias Británicas, Espasas, Larousses  o Aranzadis y otros repertorios de jurisprudencia.

               Un libro, una portada, un buen título, una portada, una editorial inventiva… y nosotros nos encargamos del resto. Un libro vacío, relleno de corcho blanco o “porespan” leve, etéro y ligero. El resto, lo que quiera. Presentación, promoción editorial, publicidad en los medios,  ruedas de prensa, críticas positivas, fajas al gusto, incluidas “Fayas Bayona, la casa de las fajas”…  Nada que no podamos hacer por usted, por su vacuidad, por su irrelevancia, por su imagen. En una época digital y superhiperimaginaria no podemos dejar nada al albur de lo firme, estable y permanente, cambie usted de imagen como de camisa, que no le vean dos veces seguidas con el mismo libro. Van a pensar que lo estará leyendo y eso ya no es admisible. ¡Hasta ahí podíamos llegar…!

                                                           Mariano Ibeas, 27/07/2021

 

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