EL TIEMPO IDO
La leña del hogar
La leña del hogar,
tronco y hojarasca
y aliagas para encender …
soplo sobre los viejos troncos
dormidos de encina,
bajo las cenizas
un punto de rubí,
una resurrección en llamas
y el fuego
llama a la llama del hogar…
arrimar el puchero,
aviva la brasa
vivo el barbotar rumoroso
y ferviente del agua
__ siempre el agua hirviente
en el vientre negro del puchero__
y la abuela que se afana
tras su batería
de ollas, terrizos y arrimaderos,
rumor de arrastre
de trébedes y morillos,
rumor de rabia contenida
golpes de las coberteras,
tapar y destapar pucheros
por no poder detener el tiempo:
añadir la sal o el pimentón,
probar la sopa y el cocido,
__ no tardarán en llegar del campo
muertos de frío__
de frío y de hambre;
arrimarse a la lumbre,
arrimarse al puchero:
el esplendor de las sopas de ajo
de primero,
luego el cocido de legumbres
judías o garbanzos,
el bacalao y las patatas,
la gloria de las lentejas con chorizo,
el trago de vino
y el pan que se parte
de un golpe seco
como quien rompe el hielo
de la superficie del arroyo…
La leña del hogar que se amortece
y mientras tanto,
contemplando el fuego,
lágrimas de rosario
mirando más allá,
oyendo el viento que triza en el tejado,
ver pasar el tiempo
el tiempo ido…
Mariano Ibeas