VEINTIDÓS...
Es verdad que en San Petersburgo__ a diferencia de Moscú__ no quedan muchos rastros de le "era soviética" si exceptuamos las estatuas de Lenin que nos reciben en las plazas, los monumentos que recuerdan el "anillo del asedio de Leningrado", o la prisión Krestí, que no visitamos y en la que estuvo prisionero el hijo de Anna Ajmátova la gran poeta rusa hoy bastante olvidada:
"Una dama de porte grave y pelo cano, con un chal blanco echado sobre los hombros, se levantó despacio para saludarnos. Anna Andréievna Ajmátova emanaba una infinita dignidad, a través de gestos lentos, noble porte, hermosas facciones algo severas y una expresión de inmensa tristeza. Me incliné hacia ella, pues así me pareció apropiado, porque ella se movía y tenía la apariencia de una reina trágica..." (Isaíah Berlín)
Parece como si los habitantes de la ciudad hubiesen puesto más empeño en olvidar esa parte de la historia, que rconstruir un sinnúmero de palacios imperiales que hoy, también hoy me parecen una desvergüenza que no tiene parangón, o recordar, por ejemplo, el número de iglesias arrasadas... Hoy las que sobreviven estan concurridas e incluso de fieles jóvenes, algo que sorprende de veras.
Al paso del autobús conseguimos ver ese homenaje a los "soviets" en un edificio que destaca como si fuese un parque de bomberos. No conseguí sin embargo la foto de una pintada gigante en el chaflan de un edificio de cuatro pisos.
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