ELKARTROPIAK (XI)
Tu bebé (1)
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“Llora y di palabrotas, patalea con fuerza, porque la superficie de la tierra es solo una corteza...”
Pero también tu cráneo es una corteza, un puñado de placas sueltas, un conjunto de huesos finamente soldados como en una cremallera, un conjunto de placas tectónicas que flotan sobre el magma frágil de tu cerebro y no sabemos si termina de estar soldado o es un conjunto flexible y dúctil como el de un niño, no sabemos si los huesos están consolidados, si todavía quedan por cerrar algunas fontanelas, si las calcificaciones necesarias le confieren la suficiente dureza, si las uniones soldadas son fiables, si entre los intersticios, además de la conjuntiva y el material de soldadura, quedan algunos poros, o restos de la oxidación o de la cascarilla, o de la soldadura, o restos de otros restos...
“Estos huesos, unidos entre sí por suturas, con una estrecha y sólida imbricación, en el recién nacido, estas suturas no están cerradas, quedando entre ellas espacios membranosos, no osificados “las fontanelas”.
No lo sabemos bien, ni nos das permiso para penetrar en tu cerebro, para invadirlo con instrumentos de cirugía __ no invasiva, ni violenta por supuesto __, no una trepanación, ni una radiografía ni un barrido, o un TAC, no, simplemente tu propio testimonio.
Tu cráneo, el cráneo de un bebé, a flote sobre el magma, difuso y confuso, circunvolucionado, ordenación del caos, sede de la anarquía, del desorden y de la confusión de las ideas, un reducto de magma primigenio, de materia incandescente, del fuego y las llamas del infierno.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
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