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DESDELDESVAN

KEPA MURÚA

KEPA MURÚA

EL DÍA QUE MUERA

El día que muera
no me enterréis con los míos,
dejadlos en paz.

Dejad a los Aurizenea con su timidez y su belleza
alzarse sobre una colina
con el apellido a cuestas.

Dejad a los Murua descansar por fin
con su inteligencia
y sus ojos ruidosos.

Dejad a mis amigos en su descanso.
A mis enemigos, dejad que sus huesos
les coman los gusanos.

Disfrutad de la fiesta el día que muera.
Prohibid exequias, negad mi buen nombre,
bebed un vaso de vino.

Leed algo, quizá un poema, pero no mío.
Y ahuyentando mi memoria
con una bengala detrás del horizonte, olvidadme.

Aventad mis cenizas el día que muera
en un círculo hecho silencio.
Ese día descansad y dejadme.

Y si alguno de vosotros llora
decidle que si es triste el recuerdo
la vida mereció la pena.

Del libro de Kepa Murúa, "No es nada"

http://www.facebook.com/kepamurua

 

Mi comentario en Facebook:

“!Déjalo ahí, que el día que alguien muera no tendrá humor para recitarlo... y que la última voluntad es la única que no se cumple, porque, aunque se hable y se escriba otra cosa, la última voluntad es siempre "seguir vivo".

2 comentarios

Mariano -

Gracias, Thierry.
Mariano Ibeas

THIERRY VERA -

Cada persona es un mundo y por cada uno de esos mundos pasan miles de personas. Todos somos diferentes. Nadie sabe qué va a sentir cuando llegue el momento y nadie puede saber lo que sienten los demás. No vayamos de listos. Habrá quien llegue en paz y con los deberes cumplidos, asumiendo errores y aciertos; sabiendo que morir es parte de la vida. Habrá quien en ese ese momento solo tenga pena y remordimiento, porque ha causado dolor y ya es tarde para dar marcha atrás. Habrá quien solo haya vivido para sí mismo y quiera seguir haciéndolo (¿porqué yo y no el vecino?) a costa de lo que sea y de quien sea. Etc, etc... .Hay personas y mentes para todos los gustos. Pero creo que hasta que nos llegue el momento no sabremos donde encajamos cada uno de nosotros. Una cosa es imaginarlo y otra cosa es vivirlo. Yo sé de alguien que se ha ido feliz, que lo único que desea es que los suyos queden bien. El poema de Kepa me parece acertado porque él conoce lo que piensa y siente ahora. Cuando le llegue la hora solo él lo sabrá si es que le da tiempo a ello. Pero esperemos que para eso resten todavía algunas décadas.