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DEBERES Y ASIGNATURAS PENDIENTES

Tengo que aprender del FUEGO

Tengo que aprender del FUEGO

DEBERES Y ASIGNATURAS PENDIENTES (Y FINAL PROVISIONAL)

7.7.-   Tengo que aprender del FUEGO

                        A Candi 

         Tengo que aprender del fuego
         que dora suavemente,
         rozándolos apenas
         los árboles caducos,
         que rompe la dureza
         del cráneo
         y de la piedra
         que se va despacio
         alimentando sombras
         como un dios muerto
         pagando en las cenizas
                            su contribución de polvo
         a cambio de la luz
                            y del calor
         generoso que me brinda…
        Tengo que aprender del silencio
         no hay ya lugar:
         mi escuela de mansedumbre
         se rebela y grita;
         grita al unísono
                   con el animal
         que ventea el rastro de la muerte,
         con el grito del amor
                               consumado...

Ya no hay lugar, ni tiempo, ni futuro

            sólo el presente doloroso, estremecido...

 

Mariano Ibeas              Marzo de 2006

*que se deja algunos deberes para más tarde y

             algunas asignaturas para septiembre.

ÚLTIMOS REGALOS

ÚLTIMOS REGALOS

Últimos regalos 

Dedicado a Áurea Samper, que, a las arañas, no puede ni verlas...!

Las arañas diminutas lanzan sus hilos invisibles al vacío, millones de arañas diminutas cuelgan boca abajo al extremo de su hilo y esperan con paciencia.

Hasta que sopla el viento; el viento favorable en el momento oportuno, rompe los hilos. Las arañas emprenden su peregrinación en alas del viento, sin rumbo conocido, o tal vez sí. Son millones, millones y millones de criaturas invisibles, salidas de millones de millones de huevecillos traslúcidos, unos días antes. Son arañas etéreas, casi invisibles como el cristal del aire, más leves que el viento, más fluidas que el agua, más puras que el hielo.

El rayo y la tormenta no les afectan: ni se inmutan, les iluminan el sol y la luna y las estrellas, las auroras boreales en los círculos polares; ahora se han descubierto auroras boreales en otros planetas, hay una nueva teoría sobre su formación, se habla de tormentas magnéticas. Sabemos que las pequeñas arañas están por todas partes, pero no sabemos de la existencia de arañas en esos cuerpos celestes.

Javier Tomeo se lo preguntaría a su amigo Ramón y seguramente tendría una respuesta para ello; pero mi amigo Ramón sólo entiende de coches, de mecánica y mucho, pero no creo que para esto tenga una explicación convincente.

Habría que revisar muchas teorías para encontrar una explicación, y pasará mucho tiempo hasta entonces.

Mientras tanto las arañas viajan con el viento, se les encuentra en el Tíbet, en los Himalayas, en los Andes, en el Atlas y en el Sahara ruedan con las arenas del desierto, vuelan y se cuelgan de las nubes.

Ahí está el secreto. Viajan con las nubes, encuentran su modo de colgar los hilos en cualquier acúmulo de gotitas de agua.

Algunas caerán con la lluvia, pero dejan en el aire sus hilos de viaje, como maletas abandonadas en una estación término. Son sus últimos regalos.

Yo creo que las nubes se lo agradecen, porque estos hilos las mantienen compactas, porque definen sus formas y colores, porque las arañas tejen nubes, porque anudan en las nubes las gotas de agua, como inmensas telarañas.

Tengo que aprender de la ARAÑA

Tengo que aprender de la ARAÑA

 Tengo que aprender de la ARAÑA V

                             Dedicado a Áurea Samper, que me lee.

 

 Tengo que aprender de la araña

y de su levedad aérea,

de su vuelo sutil en el vacío

__¡ y tan anclada a la tierra ¡__

 tengo que acechar su sueño

y el lento agonizar del tiempo,

         ingrávida, impávida,

mientras espera…

 

tengo que recuperar las gotas del rocío

en la mañana

y resistir la brisa

que azota entre las hierbas…

 

tengo que saber trazar

en los caminos etéreos

su  geometría sutil, los surcos del arado

que labran lentamente

el manto paciente de Penélope

en el telar del viento…

 

como un verso y otro verso,

inédito poema

bustrofedón del aire.

 

 

Mariano Ibeas

DEBERES Y ASIGNATURAS PENDIENTES

DEBERES Y ASIGNATURAS PENDIENTES

 Tengo que aprender de la ARAÑA V

                             Dedicado a Áurea Samper, que me lee.

 

 Tengo que aprender de la araña

y de su levedad aérea,

de su vuelo sutil en el vacío

__¡ y tan anclada a la tierra ¡__

 tengo que acechar su sueño

y el lento agonizar del tiempo,

         ingrávida, impávida,

mientras espera…

 

tengo que recuperar las gotas del rocío

en la mañana

y resistir la brisa

que azota entre las hierbas…

 

tengo que saber trazar

en los caminos etéreos

su  geometría sutil, los surcos del arado

que labran lentamente

el manto paciente de Penélope

en el telar del viento…

 

como un verso y otro verso,

inédito poema

bustrofedón del aire.

 

 

Mariano Ibeas

LUISO V ( Y final)

LUISO V ( Y final)

Luiso, una historia pergeñada por el autor de “Marcelino, pan y vino”,  y de la que más tarde se hizo una película, era una visión metafórica de la supuesta realidad española (con una metáfora de la guerra civil con la historia de la rebelión a bordo) que a través del viaje de Luiso durante las vacaciones de verano en un mercante que capitanea su padre, pretende enseñar y difundir los valores humanos, la responsabilidad y la moral de inspiración cristiana, la doctrina social de la iglesia, etc. etc.

 Y eligieron un libro que los niños leían en las clases de FEN (Formación del Espíritu Nacional que junto con Religión y Gimnasia componían las Tres Marías, religión, formación del espíritu nacional (política) y educación física (gimnasia)  unas asignaturas obligatorias que casi todo el mundo aprobaba.

Entre los compañeros se corrió la especie de que teníamos buenos resultados en educación física , por nuestra preparación espartana en el colegio… luego se dedujo que nos reconocían por el uniforme: las mismas zapatillas de lona y suelo de goma.

  Ya había pasado la época de los manuales de adoctrinamiento franquista puros y duros de la posguerra y con las preguntas de las vivencias y aventuras que narraba este libro (y que podría haber sido otro cualquiera) se debían de dar respuestas inspiradas en los principios de Movimiento Nacional, que era desgraciadamente el único ideario político entonces permitido.

El libro se llamaba Luiso y la verdad que a mí y a todos mis compañeros de 12 años de edad, los rollos de un asimilado profesor de aire marcial con lo de la convivencia en una unidad social y las teorías del nacional sindicalismo me traían al fresco, pero sin embargo este libro me gustaba con su vocabulario de frases repletas de palabras marineras y al final me apasionó su lectura y creo que fortaleció mi vocación marina.

(Citas y autocitas varias)



LUISO IV

LUISO IV

LUISO (“ MARÍA”, MATRÍCULA DE BILBAO) IV

O en dibujo.  Ahí el problema se complicaba: dibujos simples a mano alzada sacados de las láminas de Freixas o similares en primero, dibujo artístico en segundo, lineal en tercero, perspectiva en cuarto… una sola lámina y una hora o más para resolver la lámina, sin hacer borratajos,  raspaduras o “chinos” con el tiralíneas; realmente complicado…

También era complicado copiar o usar “chuletas”.

Yo lo intenté como todos en una ocasión; me fabriqué una libreta del tamaño de media carta de baraja y de unas 60 páginas de grueso recogía prácticamente el resumen de lo esencial del programa en Ciencias Naturales. No pude ni me atreví a utilizarla nunca, porque pillarte equivalía a una expulsión y un suspenso seguro; pero su confección me permitió dominar la asignatura. Faltaba la prueba práctica; había que presentar una caja de insectos, un herbario, o una colección de rocas y minerales, y bien que mal conseguíamos realizarlos de forma artesanal. El profesor, a pesar de la ojeada displicente que podía preceder al visto bueno, consideraba estas manualidades como una condición “sine que non” para aprobar la asignatura. Estaba además el Cuaderno de Ciencias y ahí sí que me lucí: había dibujado en las páginas centrales un corte de raíz y uno de tallo, con minuciosa precisión, a tinta, pelito por pelito y célula por célula. Antes de comenzar “entrené” el cuaderno abriendo y cerrándolo de manera que se abriese y cerrase precisamente por esas páginas. El truco funcionó: el profesor lo miró con detenimiento y el resultado en el examen y la asignatura: “matrícula de honor”. En griego sin embargo no me valió ningún truco: suspenso en junio y aprobado rasposo en septiembre. Fue el único tropiezo en todo el bachillerato.

Años más tarde tuve que rescatar mi título consignado en la Universidad de Valladolid a cuyo distrito pertenecía el instituto…


LUISO... III

LUISO... III

LUISO (“ MARÍA”, MATRÍCULA DE BILBAO) III

 

Recuerdo con horror la lectura de las listas interminables. Al principio, cuando iban por Ibáñez, yo me decía “pronto me toca”. Sí, sí… Ibañez, Ibarbia, Ibarburo, Ibarguren, Ibarrecolanda, Ibarsoro … Y decenas de nombres y apellidos vascos después, “Ibáñez”, Ibe…Ibeas…  y ya me tocaba.

En cada aula entrábamos un centenar, o tal vez sólo cincuenta, si el riesgo de copiar era mayor y había que dejar que el aire “respirara” entre las mesas. Había profesores muy maníacos y no permitían la más leve ocasión de copia… Nueva lectura de las listas, una vez sentados: siempre faltaba alguien o alguien se equivocaba de clase.

Respondíamos "presente", al estilo falangista, cuando nos nombraban; algunos nostálgicos no admitían otra respuesta.

__ “Y no me digáis “servidor” que a mí no me servís para nada”__ gritaba el profesor de dibujo, por ejemplo.

Entre nosotros había auténticos especialistas con la copia, el soplo, el pasarse papelitos, el guiño o los gestos ya previstos… como jugadores de mus, como si se tratase de avezados tahúres del Misisipi.

Había que aprobar. Nos jugábamos las vacaciones o el curso entero.

Algunos tenían particulares estrategias, como la de asomar solo una esquina del folio donde nos ponían el sello del instituto y llevar parte del ejercicio ya resuelto. O copiar en letra microscópica fórmulas o esquemas, escribir en el “bic cristal” con una aguja:  todo un máster de artimañas.

¿Y cómo lo adivinábamos?

Solían repetirse los ejercicios y, si ya se habían propuesto algunos el día anterior, era difícil que se repitiesen. Y teníamos un archivo de años y profesores bastante predecibles, aunque había cambios de catedráticos, o de profesores de última hora, por  ejemplo.

No era fácil desde luego. Adivinar si en latín tocaba la traducción de César, “De bello gálico” o si se trataría  más bien de Salustio, “De bello yugurtino”  era importante: una hora para hacer la traducción y responder a  algunas preguntas o unas frases en traducción inversa, pero nosotros estábamos bien preparados: en Latín, o en Matemáticas, realizar tres o cuatro problemas complejos en una hora, o una traducción del francés, un análisis sintáctico y una redacción sin apenas  faltas de ortografía en Lengua y Literatura, o en Geografía e Historia, con espacio y tiempo limitado, aunque se podía solventar con algo de paja…

LUISO II

LUISO   II

LUISO (“ MARÍA”, MATRÍCULA DE BILBAO) II

 

"El instituto Peñaflorida (Hoy IES Usandizaga-Peñaflorida- Amara) será derribado y sustituido por un nuevo centro escolar que ganará metros para patios y áreas de recreo, tanto por su configuración como por la cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento". (De una noticia reciente)

Con este derribo, se irá también un pedazo de mi memoria. Las pruebas que debíamos superar los alumnos libres en dos o tres días de infarto eran como los trabajos de Hércules. Si fracasábamos había que volver en Septiembre.

Acudíamos a la vieja estación de San Sebastián o a la de Amara en "el topo" y llegábamos andando al instituto por la orilla del río Urumea, pastoreados por algún profesor que hacía también de consejero y asesor técnico para alguna de las asignaturas. Ellos conocían mejor a los catedráticos, pero a la hora de la verdad no tenían ninguna influencia y tampoco las notas que habíamos tenido durante el curso.

Nosotros habíamos sufrido un entrenamiento feroz: exámenes  y notas semanales, notas y calificaciones mensuales y trimestrales que se enviaban a los padres, semanas de preparación intensiva y luego nos jugábamos cada asignatura y el curso a una carta en un examen del instituto Peñaflorida.

Los exámenes se solían concentrarse en dos días, a veces en sesiones de una hora o más por asignatura, mañana o tarde; en Educación Física ocupábamos también una mañana o una tarde en las viejas pistas de atletismo de Anoeta, en el lugar que hoy ocupa el estadio de fútbol de La Real Sociedad e incluían pruebas en formación cerrada, carreras de velocidad, saltos de altura y longitud y poco más; las marcas que se nos pedía eran modestas y solíamos superarlas con facilidad.

Para unos niños de 11 o 12 años, todos alumnos libres, encontrase en los pasillos del Instituto Peñaflorida, con una turbamulta de cientos de compañeros de tormento (sólo chicos) procedentes de todos los rincones de la provincia, era una experiencia singular.

LUISO...

LUISO...

LUISO (“ MARÍA”, MATRÍCULA DE BILBAO) I  (Segunda parte)

 

Como la magdalena de Proust, éste libro “Luiso” me lleva de pronto a los primeros años del bachillerato y al instituto “Peñaflorida” de San Sebastián.

Copio, por si la memoria no me acompaña lo suficiente, el Capítulo I: El capitán:

“Al Capitán del “María” no le interesaba ni poco ni mucho la Vuelta Ciclista a España. Pero se quedó junto a la radio de su camarote, que iba a dar noticias de la carrera, como si le interesara. Antes de que comenzara a hablar el locutor, habló él: “Luiso, ahora, estará con los cinco sentidos en el receptor; Luiso tendrá, lo que se dice, la carne de gallina pensando en Bahamontes;  Luiso no se imagina, de seguro, que yo estoy escuchando también, unido a él, identificado con él en esta cuestión que tanto le preocupa; Luiso es un muchacho espléndido…”.

__ La octava etapa de la Vuelta, corrida hoy, con buen tiempo, en el ya tradicional itinerario de los Puertos de Guadarrama, ha hundido al líder holandés De Groot, ha colocado a Bahamontes a la cabeza de los escaladores y ha supuesto para Van Looy otra victoria al sprint, en el Paseo de Coches del Retiro. A las once y treinta y cinco, con cinco minutos de retraso sobre el horario previsto…”

 (Comienzo del libro, pág 9)

LUISO. El libro de Sánchez-Silva y Luis de Diego, con ilustraciones de Lorenzo Goñi, recibió el Primer Premio "Virgen del Carmen" de 1960.

El ejemplar que tengo entre las manos, editado por la Delegación Nacional de Juventudes en la Editorial Doncel, tiene un sello de registro de biblioteca, con el nº 35 y otro sello circular con el yugo y las flechas como perteneciente a la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., Sección Femenina, Juventudes de Zaragoza.

Acabo de recuperar un fragmento importante de mi infancia.

Para empezar, el nombre del personaje nos parecía muy raro, un poco pijo diríamos hoy, y bastante alejado de aquellos, la mayoría hijos de la tierra adentro.

Los profesores no tenían muy claro lo que se podía hacer con semejante texto: lo usaban como libro de lectura, de pronunciación, de oratoria, en fin, de todo aquello que, ni de cerca ni de lejos, podía oler a formación política. En los centros como el nuestro los profesores eran políticamente correctos.

El libro propuesto como texto base para la asignatura de Formación del Espíritu Nacional __Para nosotros "Política"__ de 2º Curso de Bachiller, recomendado por el Instituto "Peñaflorida" de San Sebastián, hoy en la Calle Salaberría 8, a punto de ser demolido y donde debíamos examinarnos como alumnos libres, venía a substituir los famosos manuales de adoctrinamiento puro y duro de los años anteriores...

EL ESPÍRITU DEL RUISEÑOR

EL ESPÍRITU DEL RUISEÑOR

Dedicado a Blanca y a María y a...


El espíritu del ruiseñor
es el vacío de su canto,
es el silencio que sigue
cuando dejó de cantar...


no es la rama
en la que posó el pájaro,
es sólo el temblor
de la rama
cuando el pájaro
ya no está...

Mariano Ibeas.

MIS POESÍAS COMPLETAS...

MIS POESÍAS COMPLETAS...

Mis poesías completas

Mis “poesías completas” tienen una fecha de inicio, el 29-12-1960. Esa es al menos la fecha que figura en el primero de mis “poemas”, por llamarlo de algún modo. Las lecturas repetidas de “Las mil mejores poesías de la Lengua Castellana” (Ocho siglos de poesía española e hispano americana) (Edición preparada y seleccionada por Jose Bergua) Decimonovena Edición. Ediciones Ibéricas, 1958, Madrid me daban una munición inmejorable para mis ansias adolescentes de ser y de ejercer como poeta. Me leí con aplicación la Advertencia inicial y las “Breves indicaciones sobre Arte Poética y versificación” y ya me creí preparado para recorrer la aventura de la poesía. Hasta que se convocó un concurso poético en el colegio. La ocasión lo requería. Se trataba de rendir un homenaje a unos hermosos tilos centenarios que cerraban el recinto del patio y que alguien había decidido abatir para ampliar el campo. Había sobre todo dos hermosos ejemplares unidos por un “larguero” y que servían cada año como fondo para realizar la foto institucional de todos los miembros del colegio y también de portería, contra cuyas raíces se estrellaban los balones y los porteros dando lugar a épicas discusiones sobre un gol que había entrado o no era válido. Los tilos fueron desarraigados, para aprovechar mejor la madera y luego abatidos sin compasión. Todo un espectáculo. Yo escribí un primer soneto. Éste:

A un tilo (A golpes)


El pico ha confirmado la sentencia

de tu próxima muerte con sigilo;

los golpes de hacha de aguzado filo

darán fin presto a tu larga existencia.

Mágico en forma, huracán en potencia,

fortaleza, majestuoso tilo,

¡oh! Ya la muerte de tu vida el hilo

va a cortar derribado con violencia.

Apresúrate, arranca las hojas

de tus fuertes ramas, del tallo tierno…

apresúrate, así te despojas

de un traje inútil en tu sueño eterno:

¡ la nueva habitación en que te alojas

Son los brazos helados del invierno!

 

El soneto fue premiado con el Primer Premio del Concurso Colegial de Poesía; el premio se entregó el 7 de Diciembre de 1963, me colocaron en la cabeza una corona de laurel… y este fue el segundo ridículo más espantoso de toda mi vida. Aún me pregunto cómo seguí escribiendo poesía. No debí escarmentar mucho, porque poco tiempo después me pareció que no era suficiente y sobre el mismo tema escribí otro soneto titulado: “A un tilo” (Cae)… que ni siquiera me atrevo a reproducir.

Alguien me aconsejó que leyese poesía, que esperase a las primeras lecciones de teoría literaria y que luego, si acaso, si la vocación persistía, que me pusiese a escribir. Nunca he seguido estos sabios consejos… y así me ha ido en la vida como poeta.

                 Mariano Ibeas (Cincuenta años después)

VALORES ETERNOS... (y V)

VALORES ETERNOS... (y V)

 

 

VALORES ETERNOS (Quinta parte... y final)

 

En un aparte le confesé a la autora de la tesis, o memoria de licenciatura… o lo que fuese,  lo que yo sabía:

 

Item más:

 

“ que todo ello, que había sido guardado y custodiado celosamente por los adictos al régimen, por los fieles guardianes de las esencias, por los predicadores laicos, por las damas de la sección femenina, por los funcionarios y funcionarias del servicio social, por los apóstoles de acción rural, por los ejecutantes de los coros y danzas… todo  ello terminó por los suelos después de servir de arma arrojadiza y munición abundante en las batallas campales que organizaban por las tardes los alumnos de la residencia… Habían sido felices durante unas horas,  habían tomado aquello como un refugio, un club particular de la memoria histórica, un salón social, donde también se fumaba…

         “yo sabía que le director de la Escuela, temiendo que las ideas disolventes o tal vez mejor, que allí pudiera surgir un día un incendio pavoroso, de proporciones gigantescas dada la profusión de materiales inflamables, y que amenazase todo el recinto,  tomó la decisión de llamar al servicio público de limpieza…

         “que el servicio público de limpieza procedió a vaciar la nave y posiblemente a incinerar el contenido en el vulgarmente conocido como “guano”, o sea, el vertedero público…

 

         Y terminé sentenciando “sic transit gloria…”

Creí un momento ver en los ojos de la autora apuntar dos lágrimas, pero continué diciendo:

         “Reconozco que es una catástrofe, pero no hay vuelta de hoja;  puedes, en la próxima edición, hacer una alusión a estos hechos, pero yo no he dicho nada, soy un simple confidente… no podía admitir, sabiendo lo que yo sabía, que continuases investigando inútilmente… ahora ya sabes el final de la historia”.

 

         Nunca me ha gustado contar el final de las películas ni decir cómo acaba una novela, por eso creí oportuno ofrecer una explicación; un investigador tienen derecho a saber, y la verdad, o lo que creemos que es la verdad, no siempre se hace patente. Toda aquella memoria desapareció para siempre.

         Si fue o no una muerte digna, el tiempo lo dirá.

 

                                             Mariano Ibeas

 

VALORES ETERNOS... IV

VALORES ETERNOS... IV

VALORES ETERNOS (Con fecha de caducidad)

 

(Cuarta parte)

 

Daba pena verlo. A casi medio metro del suelo se alzaba una alfombra de libros y papeles, muebles desvencijados, archivos y cajoneras, escritorios con cierre de láminas de persiana, viejas sillas de despacho pesadas y brillantes por el uso…

         Incluso recuerdo unas hermosas verjas de forja que desaparecieron con rapidez… no se sabe si fueron a parar a la chatarra o lucen todavía sus curvas de filigrana como puertas de algún chalet o adosado de prestigio en los alrededores de la ciudad. Las máscaras antigás todavía guardaban algún cristal en la ojeras… los viejos transmisores y emisoras de campaña que se podían cargar de electricidad a vuelta de manivela, los guiones, banderines, banderas o pancartas no había perdido aún el viejo lustre de la pintura… un revoltijo de viejas glorias, que algún día estuvieron “al sol con la camisa nueva”

         Recuperé algunos libros, y cuando quise regresar de nuevo,

ya no hubo modo de recuperar gran cosa… recordaba viejas fotografías, algunas fichas, algún rostro incluso conocido…

 

  (Continuará)

VALORES ETERNOS... III

VALORES ETERNOS... III

 

 

VALORES ETERNOS (Con fecha de caducidad)

(Tercera parte)

 

         En una entrevista y en la presentación del libro, la autora se lamenta de la dificultad de encontrar testigos vivos  o testigos vivos que quieran dar testimonio de su labor en la época y sobre todo documentos de primera mano sobre aquellas actividades que pudieran ser de relevancia o arrojar luz sobre esa parcela de la historia… “y esta tarea  se hace más difícil conforme pasan los años y desaparecen quienes podrían dar testimonio, y aportar datos ya que, en muchos casos no contamos con documentación escrita o esta es muy incompleta, porque lamentablemente no he podido dar con los últimos archivos” y las personas que lo vivieron, no quieren hablar…

         Yo estaba presente en el acto de  presentación  en la que fue una “librería de mujeres” en la calle San Juan de la Cruz y sólo dudé un momento. ¿Debía dar información o permitir que la autora siguiese investigando inútilmente?

En un aparte le confesé a la autora de la tesis lo que yo sabía:

 

 “… que los archivos estaban, más bien estuvieron, arrumbados en los sótanos de la vieja residencia “El Hogar Pignatelli”

         “… que cuando se procedió a la reforma del edificio para convertirlo en la sede central de la Diputación General de Aragón, los archivos y todo lo que les rodeaba fueron transportados a unas instalaciones en la Escuela de Capacitación Agraria del barrio de  Movera y arrumbados de nuevo en una nave, antiguo gallinero…

         “que allí fueron a parar archivos, fichas de afiliación, parte o toda la biblioteca, aparatos y herramientas usadas en las concentraciones, viejos archivos fotográficos, el fichero completo del Servicio Social…

             (Continuará)


 

VALORES ETERNOS... II

VALORES ETERNOS... II

 

 

VALORES ETERNOS... (Con fecha de caducidad)

 

(Segunda parte)

         Cuando quise volver de nuevo, me encontré con que el viejo gallinero había sido asaltado por los alumnos de la residencia que habían llevado a cabo una batalla desigual. No les faltaron municiones. Toneladas de papel esparcido por el suelo, fotografías, archivos, ficheros del S.S. (Servicio Social). Incluso disponían de viejos radio-transmisores y emisoras de campaña, caretas antigás,  un verdadero festín a cargo de la memoria histórica que regresa. Debió desarrollarse una batalla campal en toda regla, una batalla que no figurará en ninguna crónica  aparte de ésta.

Y sin embargo… aquello representaba el equivalente a un almacén de dinamita por un doble motivo: por el contenido ideológico que destilaba y por el riesgo de incendio…

Así que el director del centro optó por llamar a los empleados de la recogida de basuras y cargados los camiones, todo terminó en el punto de reciclaje…

Años más tarde una recién doctorada universitaria que presentaba la edición de su memoria de licenciatura… sobre “El servicio social en la mujer… etc. etc.”

 Todo ello perdido para siempre.

 Años más tarde… y no precisamente “ante el pelotón de fusilamiento”__, algo parecido debió pensar una prestigiosa y estudiosa alumna de historia de la Universidad de Zaragoza__,  pongamos que podría ser María Pilar Rebollo Mesas, autora entre otros trabajos de “El servicio social en la mujer en la provincia de Huesca, (1937-1978)”__ pero de estos datos no puedo asegurar el rigor de mi memoria__; publica un libro, basado en la citada memoria de licenciatura, sobre la Sección Femenina en Aragón y la organización del Servicio Social (S.S.) en Huesca.

En el prólogo del libro antes citado se dice:

“A la altura de este inicio del siglo XXI, aún hay pendientes en la historiografía española del franquismo un buen número de temas escasamente desarrollados. Temas cuyas limitaciones han provenido no solo de la dificultad que presentaban los archivos, cerrados o inexistentes, sino también por parte de la sociedad española de asumir determinadas partes de su pasado reciente…”

(Continuará)


VALORES ETERNOS...

VALORES ETERNOS...

VALORES ETERNOS... CON FECHA DE CADUCIDAD... I

 

I .- Viejas glorias

         Del montón de escombros  y documentos que alfombran el antiguo gallinero he conseguido recuperar algunos libros:

         .- “Obras completas” de José Antonio Primo de Rivera

         .- “Ha estallado la paz” de José Mª Gironella

         .- Algunos títulos de editorial Doncel de la colección “La ballena alegre”:

                   .- “Luiso”, o “María Matrícula de Bilbao” de  J.Mª. Sánchez Silva y Luis de Diego

                   .- “El niño, la golondrina y el gato” de Miguel Buñuel

                   .- “El bordón y la estrella” de J. Aguirre Bellver

y otro montón de libros más.

Todos los libros llevan dos sellos; un sello circular de “Falange Tradicionalista y de las J.O.N.S., SECCIÓN FEMENINA, Juventudes de Zaragoza” y otro rectangular con un número de registro de Cultura y otro de Biblioteca, ambos sellos con el emblema del yugo y las flechas.

         Además del montón de libros variados y variopintos, también conseguí rescatar viejas fotografías __ recuerdo una de ellas con ocasión de una concentración anual en Alcubierre de las fuerzas vivas del movimiento, los uniformes de falangista, con sus camisas y correajes, los automóviles oficiales, negros y solemnes, la masa desplegada a lo largo de la carretera y la explanada… brazo en alto. Me volví asqueado, pero prometí regresar.

         Y también documentos, muchos documentos.

         Llegué a reconocer  fichas y estadillos de la Sección Femenina, del Servicio Social… una de las fichas correspondía a un despacho laboral bien conocido por mí  donde  una antigua alumna mía había realizado las prácticas, en los últimos años en los que las “prácticas en empresa” fueron a sustituir las antiguas canastillas del Servicio Social con labores de punto de cruz.

         Todo ello perdido para siempre.

DE HABLA Y DE FÁBULA... ( y VI)

DE HABLA Y DE FÁBULA... ( y VI)
De habla y de fábula
El habla, la competencia de los hablantes, es la protagonista de varios tiempos y espacios a los que Ibeas llama exilios. “Un simple viaje en autobús o tranvía puede transformarse en
una torre de Babel”.

 “ De la lengua, el habla y otros exilios…” por Mariano Ibeas Gutiérrez

Publicadoen la revista "CRISIS" Nº 4.

 

 

            VI

Para terminar con otros exilios, uno de los últimos serían los formados por los medios de comunicación__ o de incomunicación. __¿ Habla usted mi idioma?__ era la pregunta de turno que el protagonista americano realizaba en las películas de indios o de salvajes que veíamos en esa época.

Aquí se doblaban las películas, se doblaba el no-do, se doblaba la información, ”el parte” era uno, único y uniforme; se traducían malamente los libros de literatura en otras lenguas, y cuando llegó el boom del turismo, “el landismo” y otras yerbas que se reflejaban en el cine nos parecieron de lo más curioso y racial, lo más de lo más para evitar la contaminación.

”Prohibido asomarse al exterior”, el cartel que figuraba bajo las ventanillas, en los vagones de la RENFE de entonces, parecía una metáfora de un estado de cosas, el miedo al otro, para la conservación de las esencias, lo que se llamó también “reserva de Occidente” y más exactamente por parte de Machado “la España de cerrado y sacristía”.

La ignorancia, la falta de atención al “otro” que habla distinto, que tiene un deje particular, que habla raro o simplemente “que no habla cristiano”, no están tan lejos de nuestra experiencia y al grito de “que inventen ellos” de Unamuno se puede añadir el “que se esfuercen ellos por entenderme”. Aquí cuando ignorábamos una lengua elevábamos el tono de voz, creyendo que nuestros oyentes eran sordos. “No estábamos dotados para los idiomas”, y nosotros que en los tiempos gloriosos enseñamos a hablar a medio mundo __ “la lengua ha sido siempre compañera del imperio” que decía Nebrija__,  quedamos mudos frente a los que llegaban a nuestras costas desde el extranjero.

Así solía ocurrir con los primeros encuentros en las ciudades o en las playas repletas de turistas en verano… hasta que se vio la necesidad de aprender idiomas, aunque no fuese más que para poder trabajar de camarero en una playa o por la necesidad de los trabajadores que acudían a los países de Europa con la maleta de cartón atada con una cuerda.

Poco a poco nos hemos abierto a otra realidad, e incluso hemos caído en el extremo opuesto: “Loin de l’anglais, point de salut”, expresión esta que me niego a traducir, porque los pocos que aprendíamos un idioma extranjero en la época era el francés, con unos viejos sistemas, bien alejados de la práctica por cierto y que no nos servían de gran cosa al traspasar la frontera.

Aprendimos la lengua de los comerciantes, primero, justo lo necesaria para poder comer cada día y no se trata de ninguna metáfora.

 

                                  Mariano Ibeas Gutiérrez

 

DE HABLA Y DE FÁBULA... V

DE HABLA Y DE FÁBULA... V

"De habla y de fábula"

El habla, la competencia de los hablantes, es la protagonista de varios tiempos y espacios a los que Ibeas llama exilios. “Un simple viaje en autobús o tranvía puede transformarse en una torre de Babel”. “

De la lengua, el habla y otros exilios…” por Mariano Ibeas Gutiérrez

Publicado en la revista "CRISIS" Nº 4.

 

 

V

Pero éste no es el tema: Hablemos del quinto exilio. Para mí, la experiencia internacional, fue una ocasión única: el descubrimiento de una lengua, una cultura y también de otros exilios, los emigrantes políticos  republicanos, que a su vez no miraban con buenos ojos  a los emigrantes “económicos” que llegaban desde España con sus maletas de cartón para ocupar los trabajos más duros junto con argelinos, portugueses, turcos o marroquíes. Muchos de ellos no lograron integrarse nunca y menos en el lenguaje; seguían refugiados en sus pequeños guetos y soñando siempre con volver. Es verdad que mi francés no era entonces muy académico: sucesivamente se me achacaba mi acento español, pirenaico, aquitano, parisién, limosín… hasta llegar a la pregunta clave:__ ¿Vous êtes espagnol ou basque?

Para mí fue una oportunidad y un refugio, unos aires de libertad, un terreno de oportunidades; además de dominar la lengua y de “pensar en francés” el regreso a mi país me pareció casi un nuevo exilio, el país aún no había salido de la dictadura.

El sexto exilio es el que constituye la vida profesional, el lugar o el medio en el que ejercemos nuestra actividad diaria y los personas con las que nos cruzamos. Profesionalmente me he dedicado a enseñar lengua básicamente, incluso cuando he impartido otras materias, la  mayor parte de mi tiempo ha sido dedicada a las herramientas básicas instrumentales con alumnos de todo tipo y condición. Mis alumnos no aprobaban ciertas asignaturas porque no entendían lo que leían. Tampoco sabían “expresarse con facilidad y eficacia en su propio idioma”, según la definición de “analfabeto” de la UNESCO.  Así de sencillo. Así, pues, sé de lo que hablo.

Yo aprendí a hablar en las faldas de una señora mayor, mi abuela, casi analfabeta, que apenas era capaz de escribir su propio nombre. Sin embargo,  leía aunque  con dificultad, parsimonia y fidelidad religiosa cada día la hoja del taco-calendario del Mensajero del Corazón de Jesús, pero que me acunaba con viejos romances, cantares de ciego, adivinanzas y consejas que sabía de memoria y repetía con asiduidad y precisión en un ejercicio de memoria envidiable y que transmitía toda una tradición oral aprendida en los campos de Castilla.

 

 

(Continuará)

DE HABLA Y DE FÁBULA... IV

DE HABLA Y DE FÁBULA... IV
De habla y de fábula
El habla, la competencia de los hablantes, es la protagonista de varios tiempos y espacios a los que Ibeas llama exilios. “Un simple viaje en autobús o tranvía puede transformarse en
una torre de Babel”.

 “ De la lengua, el habla y otros exilios…” por Mariano Ibeas Gutiérrez

Publicado en la revista "CRISIS" Nº 4.

IV

Hablo de la especialidad de Filosofía y Filología,  Lengua y Literatura, claro. A mi catedrático lo conocí en una ocasión en la que fuimos a protestar a su despacho por la falta de organización y coherencia en la impartición de las clases. Debo decir que terminé mi Licenciatura y nunca en ninguna clase, se me habló de Cervantes, por ejemplo. Debo decir también que mi catedrático terminó de Director de la Real Academia Española y yo de profesor de enseñanzas medias, pero esta es otra historia.

En los años a que me refiero,  el estructuralismo y las doctrinas de Ferdinand de Saussure hacían furor y los profesores repetían como loritos las famosas “dicotomías” sobre el Signo lingüístico: Significante/Significado o Lengua/Habla esta última mejorada por las afirmaciones de Noam Chomsky que habla más bien de “competencia lingüística” o la capacidad de los “hablantes” de manejarse dentro de un sistema de lengua determinado… Podríamos ir más lejos y hablar de formalismos, de sociología y de psicolingüística,  e incluso de las “cajas de enseñar” de Skinner… pero basta de citas; los resultados prácticos fueron aquellos años de la Ley de Educación de Villar Palasí de 1970 con todas sus consecuencias sobre los futuros engendros pedagógicos y didácticos que se sucedieron en el país hasta la última “Ley de Wert” , séptima de la serie, que acaba de aprobarse, contra todo y contra todos, por obra y gracia de una mayoría absoluta en el parlamento.

(Continuará)


DE HABLA Y DE FÁBULA...III

DE HABLA Y DE FÁBULA...III
De habla y de fábula
El habla, la competencia de los hablantes, es la protagonista de varios tiempos y espacios a los que Ibeas llama exilios. “Un simple viaje en autobús o tranvía puede transformarse en
una torre de Babel”.

 “ De la lengua, el habla y otros exilios…” por Mariano Ibeas Gutiérrez

Publicado en la revista "CRISIS" Nº 4.


III

El tercer exilio me llegó a los once años con el bachiller, el internado,  a 200 km. del domicilio de mis padres, era un microcosmos, con profesores que tenían a gala hablar un castellano “mejor que el de Valladolid”. Mis compañeros del Norte, desde Galicia a Aragón,  venían cada uno con un acento particular y todo se barajaba en un “totum revolutum” con un medio ambiente alrededor, hoy desconocido,  en el que sólo hablaban “euskera” los “casheros” y los “arrantzales”,  o sea, agricultores y pescadores. Era la entrada a una “aldea global”.

El cuarto  exilio suponía un nuevo choque, el servicio militar obligatorio. Para la mayoría era la primera ocasión en la que se entraba en contacto con los “otros jóvenes” se realizaban grandes amistades pasajeras, se despertaban rasgos de solidaridad y se descubría al otro en forma de “polaco” o catalán,  “cántabro” o “castellano” por ejemplo, que a veces sonaba como un insulto. El diferente, pasaba a ser próximo, prójimo, mío o nuestro, y éste fue también un buen elemento de socialización o a veces de confrontación. Nadie parece echar en falta esta etapa que actualmente para los jóvenes, se ha transformado en el movimiento “Erasmus” ampliando horizontes y experiencia en Europa y con resultados dispares que van desde el “viaje iniciático” o el turismo a una oportunidad profesional.

Pertenezco a una generación que se educó en la Universidad en los años del estructuralismo, también en los del existencialismo, la nueva novela, el Mayo del 68  y el boom latinoamericano. O sea, para ser más preciso,  en los años en que las cátedras eran mantenidas a distancia por los catedráticos y los “penenes” se ocupaban de llenar los huecos en las clases; cada uno se ocupaba de impartir parte de su “tesis doctoral” recién estrenada que era realmente en el ámbito donde se encontraba más seguros y sus conocimientos eran todavía frescos y más o menos actuales. Corrimos el peligro de integrarnos en un nuevo exilio en el que la lengua era ante todo un artefacto teórico sin ninguna conexión con la realidad circundante, el mundo de los libros, de la literatura, de lo que algunos llaman en la actualidad “lo viejuno”.

 

(Continuará)