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SALUDA
SALUDA Un relato breve o un poema caben en el espacio de una cartulina, una tarjeta postal o un saluda, un “Saluda” de preferencia. En horizontal, un relato.
Asocia a la consistencia de la cartulina y al tacto del papel satinado la naturaleza y el tamaño del señalador de páginas perfecto para un libro, pero es también el soporte ideal para el primer borrador o el embrión de un relato corto, o ¿por qué no?, un poema.
Basta para ello con que los discursos o las presentaciones inviten a escribir en lugar de escuchar, antes de que los camareros den paso a las bandejas de canapés o las copas de vino.
Después de todo el discurso laudatorio del orador de turno no va a mejorar la calidad final del producto.
“El editor de las Editorial XXX le invita a la presentación del libro…”
No queda más que darle la vuelta y escribir…
En vertical, un poema.
DEBERES Y ASIGNATURAS PENDIENTES VII
Tengo que aprender del SOL
A Candi
“esta luz que suscribo”
Roberto Sosa
Tengo que aprender del sol
que vivifica
y de las sombras apacibles
que invitan al reposo
y al silencio de la siesta;
esta luz que me hiere
que guardo
entre los parpados entornados
me llega del invierno,
de la llama dulce,
de la ondulación del fuego,
de los troncos de encina
a la mansa luz estremecida
en la candela…
Mariano Ibeas
DEBERES Y ASIGNATURAS PENDIENTES VIII
Tengo que aprender del FUEGO
A Candi
tengo que aprender del fuegoque dora suavemente,
rozándolos apenas
los árboles caducos,
que rompe la dureza
del cráneo
y de la piedra
que se va despacio
alimentando sombras
como un dios muerto
pagando en las cenizas
su contribución de polvo
a cambio de la luz
y del calor
generoso que me brinda…
Tengo que aprender del silencio
no hay ya lugar:
mi escuela de mansedumbre
se rebela y grita;
grita al unísono
con el animal
que ventea el rastro de la muerte,
con el grito del amor
consumado...
Ya no hay lugar, ni tiempo, ni futuro
sólo el presente doloroso, estremecido...
Mariano Ibeas
que se deja algunos deberes para más tarde y algunas asignaturas para septiembre.
COMO UNA RESPIRACIÓN EN EL TIEMPO
Citando a:
“porque en la noche del sentido germina la aurora de la palabra.
La palabra que da vida por la luz” Luis Carlos Patraquim (poeta mozambiqueño) Como una respiración en el tiempo Como una respiración en el tiempo: Mariano Ibeas
María Zambrano De la Aurora
__ “¿rápido y voraz?”
__ Sí
__ “Porque ambos estamos sentados y nos miramos uno a otro, y porque ahora, esa coma forma parte de mi sabiduría”
__ Como una respiración en el tiempo.
y no me canso de alentar:
entiendo
hay que pensar las palabras
y hay que sentir los silencios;
por eso me paro
a pensar tras cada coma
coma, coma, carcoma
la que me roe el tiempo;
cada vez que las enciendo
las palabras
me estallan en las manos
y vuelan lejos…
a veces se van solas
en los brazos del viento
se van como palomas
rompiendo los deseos
libres ya de los sueños
que las habitan desde dentro
y sólo al final,
tras una coma, las recupero,
y a veces,
sin punto de reposo
escribo y respiro
al mismo tiempo en cada verso:
__ en los latidos del corazón __
se cuentan los misterios,
y solo vivo, tras una coma,
el ir y venir del péndulo.
CERO
Las imágenes son el camino; ayudan a recorrer la distancia, contemplan el fondo del estanque y permiten un salto en el vacío, de la mano de la lluvia tras los cristales y con el fondo sonoro de una grabación de “El cant dels ocells” de Pau Casals. llueve y llueve
1
llueve en la calle
como si nunca hubiese llovido
mientras suena
muy quedo un piano
y de fondo
Pau Casals
aquí, tras las cortinas
cortinas de cristal,
tras el cristal
cortinas de agua
el cielo se derrama
(tras el cristal)
llueve y golpetean
lejos las notas del piano,
bajan las sombras,
la tierra asciende en mares
al encuentro de las nubes
soledades de cristal.
3
llueve y llueve
las sombras
en la piel de los geranios,
el ánimo suspende
y se serena __cual Salinas__
y aletea
en las notas, muy al fondo
en “el canto de los pájaros”
el alma del maestro
… Pau Casals
MUJER
Uno. MUJER
(en homenaje a ti, mujer)
nada es nada es un punto fugaz
mujer , ¿dónde está tu secreto?
__ en lo esencial
el secreto está en las formas
en la nada.
__ la negación de la nada
es el todo
la negación de las sombras
es la LUZ
la negación del espacio
el vacío
la negación del silencio
la música
la negación del tiempo
el MAR
la negación de mí mismo
el AMOR
la negación de la vida
la muerte
la negación de la suerte
el azar…
barrida por el polvo
y la ruina de la historia
un suspiro
un respiro
(entre dos alientos
creativos)
un sueño
sin dueño conocido
y nada más.
Mariano Ibeas
DOS
Mujer, dime...
mujer, dime,¿cuál es tu secreto?
dime, ¿cuál es tu secreto, di?
¿dónde reposa el eco?
¿dónde reside la voz?
¿de dónde surge el fuego?
¿quién encendió la luz
y dispersó los vientos?
¿cuándo iniciaron su curso
el sol y las estrellas?
¿quién convoca a la luna
cada noche?
¿quién le da su fuerza al mar
y firmeza a las orillas?
¿son los dioses, dime?
¡no son los dioses!, ¿verdad?
están sordos
no me oyen,
pregunto
y tampoco me responden
me remiten al origen
al principio y al fondo
a la piedra primigenia
a la luz de la caverna
al centro originario
de donde surgen las preguntas
al tiempo que enseñoreó la nada
silencian las respuestas
y solo me devuelven
el eco de mi voz;
me remiten a las sombras,
me arrojan a la arena
de las playas
y al polvo del camino,
me ciegan con el sol
me ahogan en las olas
y no tengo respuesta
no son los dioses, ¿verdad?
están ciegos,
no me ven,
son para mí
un nuevo Polifemo
… y vago noche y día
lanzando mis preguntas
cual piedras al estanque
y no hay respuesta
¿no hay respuesta?
¿cual es el secreto, di?
Mariano Ibeas
TRES
Paréntesis I
_ ¿me buscarás alguna vez?
_¿dónde?
¡dónde vertical te escondes?
_¿Quiénes duermen a tu lado
la piel contra la piel? Sentirás
el roce hosco de unos dedos
luego el choque
y la caída
y luego retornan en silencio
los chopos a la orilla.
Tuerce el río en la umbría
el barboteo de palabras.
_ ¿Dónde te escondes?
_ ¡Búscame!.
_ en los estantes ciegos de la noche
en los surcos del verso
en la llama tenue
de la hoguera:
a mi izquierda Juana (de Ibarbouru),
a mi derecha una tribu
de ilustres,
Al-Mutamid, Ibn Abbad
Ibn Quzman; Mosher Ibn Ezra,
tal vez a su lado Ibn Zayddun
… a su lado tal vez
encontrarás mi tumba.
Mariano Ibeas
TRES (PARÉNTESIS II)
Paréntesis II
Buscadme entre los libros,
ahí está mi vida
temblando en las caricias
de dedos silenciosos ;
mi vida está en las huellas
de todos los caminos
que tejen en mis versos
los pasos de mi vida.
Aquí estoy
vivo en mis versos
al claro de las noches
las sombras de los días…
Explorad conmigo
en la isla del desván
los sueños más antiguos
en viejos pergaminos :
« dado en Aoiz, a tantos de
tantos
de mil ochocientos tantos… »
Recitad conmigo :
« Una tarde parda y fría
de invierno… »
siguiendo en el cristal
las gotas con el dedo,
y luego, rectamente
labarando la besana
en el páramo yermo
y sembrando luego en el
barbecho
el pan de cada día…
Delinead conmigo
bajo los surcos del saber
antiguo
una frágil estela de grafito
recordando el sabor espeso
y amargo del café
ahogado en nicotina…
Gozadme en la alegría
de los amores nuevos
y en rosas encendidas
sepultas en papel, efímeras,
en páginas borrosas
cerradas al dolor,
abiertas al abrazo del sol
y a la pasión de un día…
Convocad en la pizarra,
en círculos de tiza,
a todos los espectros
y, a renglón seguido,
en turno abecedario,
seguidme a las orillas:
_ entre Juana de Ibarbourou
y Al Mutamid Ibn Abbad_
en medio está el océano
abierto
a nuevas singladuras.
Llenad este vacío.
Estoy en vuestras manos,
lector, amigo.
Mariano Ibeas
CUATRO
“El poeta no tiene más argumentos que sus sueños”
León Felipe
El poeta está ciego
y desarmado,
no tiene voz
_ ni voz ni voto
en el desconcierto de las plazas_
no supo distinguir
entre las voces y los ecos,
el poeta se quedó sin voz,
solo en lo oscuro
se mueve, como en sueños,
se ha quedado a vivir
entre las sombras;
sólo quiere dormir
para poder soñar;
para poder vivir
el poeta eligió el silencio:
recogió todas sus palabras
extendidas en el suelo
y las enterró en un libro.
De todas las palabras
que llenan los espacios
escogió los ecos,
de todas las luces
separó las sombras…
En la ruleta de la vida
la rueda se quedó parada
en un punto negro
y le tocó el silencio:
ahora sin voz, el poeta
no tiene más argumentos
que sus sueños.
Mariano Ibeas
CINCO
“Nacimiento” I
Creación … o recreación
Creación:
de la materia de los sueños
haremos un velo que nos cubra
a los dos,
haremos un cielo
con un velo azul
y el agua con las sombras
del lado del mar…
haremos el aire
suave de la tarde
y el frescor de la mañana
con la luz del amanecer
al trasluz de la niebla,
botaremos una barca sin remos
con un gobernalle
y una vela al viento
dejaremos la tierra
con sus dos orillas,
y las arenas infinitas
arrojadas al aire
serán las estrellas,
haremos el fuego
con polvo de piedra,
convocaremos
a todas las aves
… (sin concluir)
.... ( tiempo más tarde, sin concluir todavía)
Mariano Ibeas
CINCO BIS
NACIMIENTO II
“Cosmos”
cosmos
somos cosmos
polvo, piedra, lluvia, sol
somos cosmos
y vivimos al límite
de una estrella.
somos polvo
un momento, un destello
un instante
un silencio
en el inmenso concierto
del tiempo y las estrellas
polvo, humo, agua, barro,
somos barro
barro y agua
quebradizo
barro y humo y agua
cuarteado
somos barro al sol
recocido
en millones de soles
millones de veces
en la historia de la nada
cosmos somos
agua
aire
tierra
fuego … y luego, nada.
Mariano Ibeas
SEIS
1.- Aire, Sombra, Ángel”
Alado
vino el ángel a mi ladoal otro lado de la luz
al lado de las sombras
látigo del viento
y encendido a veces
ondulado suavemente otras
a la luz de atardecer
besó mis labios
cerró mis ojos
selló mis párpados
y ya no está…
envió luego el viento de la tarde
a desenredar mis cabellos
vistió su armadura de luz
cabalgó luego desbocado
y sentí su espada:
un golpe seco, hendido
un rayo de dolor en mi costado
y se alejó de nuevo…
en el hontanar del sueño
quedó el hueco de sus pasos,
en mi frente una caricia
y en mi mano
la forma del pomo de su espada
_________
el ojo en sombras
se abrió a la luz
__la ventana al fondo amanecía__
y un resplandor de sábanas revueltas
dibuja las últimas colinas
los íntimos valles
el abismo en sombras
__bosque, lluvia, hierba y limo__
se agolpa en las orillas
y lucha con las ondas
suavemente…
la arena infinita de las rocas
excava paciente la caverna
cámara, vaso, útero primordial
abismo de ternura
pozo sin fin de los deseos,
prisión oscura…
_________
el ojo vago
volvió a la luz
horizontal del día
al lado del ángel de los sueños
volvió a soñar
la sábana revuelta y las colinas.
Mariano Ibeas
SIETE
SIETE
“Bajo el signo del aire” 2
Sólo sombra, Ángel
sólo sombra,
ni cuerpo ni presencia
sólo ausencia
ágil y danzante
sombra alada
en la pared de la caverna
sombra eterna
al pábilo tenue de la luz
de amanecer,
teatro de sombras
en la pared
lavada de la infancia
estancia vacía
y la sombra asombrada
por la luz
desangelada
danzando al ritmo
del candil del día:
el ojo vago y lento
al despertar
alarga el sueño en la pared
inasible el aire
golpea la luz en el cristal
baile de sombras,
que siga el baile, ¡que siga!
Mariano Ibeas
OCHO
Bajo el signo de fuego I
El ángel ciego
Tan sólo por volar
el ángel ciego
formuló un deseo: ver amanecer
un cielo limpio y terso
hasta el horizonte en llamas.
Y sintió el vacío bajo sus pies
y la angustia de la tierra,
a no se sabe qué distancia,
en caída a pico,
mas no cesó en su empeño:
aprestó el oído_
abajo el mar
y las rompientes en las rocas
y luego el grito
de gaviotas asustadas_
y sintió el vacío
como negra nube a sus pies,
luego un torbellino
de ráfagas de viento desatadas
y un olor fuerte y acre,
sofocante,
de plumas chamuscadas.
Se arrastró como pudo
en la arena de la playa
en un rastro de tortugas
tras la puesta.
Lo encontraron al amanecer
del siguiente día
cubierto de algas
y de escarcha,
sucias las plumas remeras,
requemadas,
y apenas un rastro de espuma
en los labios…
Alguien intentó saber quién era:
dedos sin huellas,
rostro sin ojos,
no calzaban sandalias
sus pies desnudos,
tan sólo el cinturón apenas
sujetando el jubón de escamas
y jirones de seda
en la desnudez del alba.
A la salida del sol
un viento suave
barrió las últimas plumas
de la orilla
escamando la sal
en gotas desprendidas;
y luego las olas
borraron suavemente
una tras otra,
las huellas de sus plantas
encendidas.
Mariano Ibeas
NUEVE
Bajo el signo de fuego 2
El profeta
Tronaba la voz,
la voz hueca del profeta
mensajero de los dioses:
traía la luz
y el fuego…
Recaló en el desierto
y su voz
quebrantaba las peñas
y devoraba las zarzas
y cambiaba las piedras
por rosas de sal
y el sol por sombras
en pleno día,
en la frescura de la tarde
el agua es polvo de oro
y el viento
tormentas de arena
navegando entre las dunas
Un día cambió su voz
por el silencio…
se fue despacio
a la caída de la tarde,
recogió algunos matojos,
una piedra,
y al abrigo de su mano
se encendió el fuego:
oscilante brilla aún
de día
y de noche es un signo
interrogante en el vacío
de las sombras.
Desde entonces, ya no hay duda
hay luz y sombras
y fuego al despertar del sueño
y luego entre los leños
un vuelo de cenizas
de pavesas al viento:
se fue el profeta,
y se llevó la voz
y nos dejó el silencio.
Mariano Ibeas
DIEZ
“Sueño”
Mi mano, tu mano…
En el hueco de mi mano,
en la curva de tu seno
mi frente compartida
en el hueco de tu almohada
tus labios
en el hueco de mis labios
tu lengua
prisionera en la caverna
tus ojos
en el fondo de mis ojos
mi cuerpo tras tu cuerpo
tus manos enlazadas
en el hueco de tu sexo
en el hueco de mi sexo
tu cuerpo denso
espeso monte, monte espeso
húmedo
y cálido
y tierno…
En tu cuerpo, mi abismo,
me abismo
sin fondo y sin deseos,
y son deseos de perderme
en el fondo
rocoso
tembloroso y lento
Mi cuerpo tenso,
me llamo vacío
tembloroso y dentro
me tienes a tu merced
a voluntad
mi corazón de barro
entre tus dedos
savia nueva, sangre nueva,
cera, pasta de pan, manteca
en horno nuevo,
como un embrión
de nuevo.
Mariano Ibeas
ONCE
Bajo el signo de tierra I
Páramo yerto
La nieve febril de los cerezos
febrero cela
un ascua inflamada
enciende atardecer
en las colinas
_viejas arcillas viejas
en tierras de Teruel_
afila el cierzo
su peine de cuchillas
rizando de cenizas las encinas
vuelo augural de pájaros cenizos
y sal en la piel
surcos de sudor al frente
y detrás
la tierra estéril,
ahíta de sequías,
no duele sin más el golpe seco
del azadón en los terrones
hay miles y miles
de causas y razones
para maldecir la tierra
que lleva la muerte cereal
en las entrañas
y entierra,
vida tras vida,
como suplicio de Tántalo
interminable,
en el páramo eterno
páramo yermo
páramo yerto
Mariano Ibeas
DOCE
“Tierra” Mira mis manos
Mira mis manos
vacías;
mira las cuencas de mis ojos
vacías;
mira las nubes en el cielo;
no llueve
desde hace mucho tiempo
la tierra reseca
rezuma de sol al mediodía
nada en sombras
sólo el alacrán entierra
bajo las piedras calcinadas
su impávido aguijón
_ la muerte acecha_
mira mis huesos
de cal y sol de piedras asombradas;
tierra a la tierra,
sólo el ojo cenital
sin párpados,
alerta,
vigía
silencio mineral
cautivo intento por vivir
ahogado en el vacío
en algún lugar
tenso el aire
un estallido
…/…
paso la página,
despierto
desierto
un estridente concierto de chicharras
sierra las ontinas:
era un sueño
el sueño de la tierra
que se soñó desierto
y que no quiere despertar…
lo entiendo.
Mariano Ibeas
TRECE
“Cueva”
“Un ojo, una mirada…
“Polifemo”
el ojo es una isla
en medio de la frente
una suerte de boca
abierta al infinito
un sexo horizontal
apenas ofrecido
al asombro de la luz
un ara en la colina
en busca de la ofrenda
el ojo es una sima
sin fondo y sin entrañas
una puerta de entrada
al misterio de la cueva
las sombras infinitas
el jardín perfumado
de las últimas lluvias
al correr de las cortinas
cegado por el sol
el ojo es una estrella
inscrita en el azul
temblando en el pozo
de todos los deseos…
el ojo es una llaga
colmada en el vacío
supurando sombras
y aguas estancadas
el ojo es una fuente,
fuente y manantial,
alfaguara,
río lanzadosin rumbo hacia el vacío
palor indefinido
amanecer de añil
el ojo es una herida
poblada de infinitos
universal incendio
y fuego sin cenizas
un bosque sin salida
un laberinto espeso
la huella a cielo abierto
del paso de Luzbel
el ojo es lo que queda,
la huella de los pasos
en la arena de la playa
que llenan de conchas
los últimos naufragios
el ojo es la batalla
feroz y en campo abierto…
etc. etc.
Mariano Ibeas
CATORCE
La sombra
(Homenaje al cine… hace ya más de un siglo)
La sombra
que me nombra
que danza a mi alrededor
y me fija a la tierra
es un rayo de luz
congelado de la noche,
el despertar de un sueño,
un sueño azul, eterno,
destilación de sombras.
Estalla de nuevo en el cemento
el baile de Arlequín:
Picasso redivivo
vuelve en sombras, aturdido;
un tridente de pinceles en la mano
acosa en el vacío el lienzo
“mujer de saltimbanqui”
“extraña familia”
humana y animal al tiempo;
al soplo de la brisa
Salomé se desmelena…
Y el círculo de sombras
frenético y cambiante
dibuja sueños excitados;
manchas de humedad en la pared
sueños húmedos,
sábanas de sangre, de lluvia,
de rocío, flujo seminal
volcánico y cautivo,
congelado en vida
sudor y sangre por la herida abierta
a todos los vientos
y los sentimientos,
la imaginación, el gesto en la palabra
y un leve viento
que levanta polvo de la historia
entre las ruinas
y un temblor de gritos y de llantos
vuelven las sombras
por las esquinas
y al final la luz
que mata el sueño.
Mariano Ibeas
QUINCE
QUINCE.
“Mar”
CONTRAMAR
“El mar, y nada más…
… ¿quién podría vivir en la tierra,
si no fuera por el mar?
(Luis Cernuda: El joven marino)
“este mar lleva dentro mucha música,
mucho amor, mucha muerte, y también mucha vida”
(José Hierro: Cuaderno de Nueva York)
Más allá del mar
está la muerte
del tiempo
y su correr de olas y suspiros
que se hunden en la nada.
Más allá del silencio
está el abismo del no ser
sintiendo
el amargo sabor de las arenas.
Más allá del amor
que llevo dentro,
se ocultó el poeta
tejiendo y destejiendo versos
en una puesta de sol.
Más allá de la música
que me llama
hay un islote de palabras
y sirenas
y yo en medio
náufrago de derrotas
y de sueños
a los que me arrastró el viento.
Mariano Ibeas
DIECISÉIS
“Isla”
En la fría losa,
piedra primordial,
oscura roca,
el círculo primigenio
de tu cuerpo
dibuja el elipse
elemental del huevo,
la curva que sustenta
el firmamento
la aguja que dirige
el rumbo de los astros
y el brillo de la luna
siempre fiel _ a la cita_
gira en su centro
fecunda fuente
en tu frente la luz de las estrellas
trazó
el círculo mágico de tiza
en fuerte trazo
eternizado instante
del orto hasta el ocaso
quedó rodando
como eterno firmamento
el curso de las aguas
y no las separaron
ni el dedo de dios
ni su voz de artesano en el vacío;
se quebró el viento
doblando sin parar
(en las esquinas)
en torbellino ciego
y se congelaron las estrellas
antes de estallar en polvo
de hielos desbocados
y colocaron la primera piedra,
la del escándalo en un punto
equidistante
que terminó siendo
el gozne de la puerta
la clave del arco
en el edificio de tu cuerpo
el punto inicial
el parteaguas
la piedra del pretil, los tajamares
donde confluyen
los ríos de la vida.
MARIANO IBEAS