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Aclaración II (Continuación)
II
**
El poeta
acaba de hablar,
de aclarar su voz y sus palabras
y suena en la distancia
como un eco,
ya no es pisada, es huella
ya no es lluvia, es río
ya no es piedra
que cae en el estanque,
son círculos concéntricos
que se acercan a la orilla...
Mariano Ibeas
Aclaración II (Continuación)
II
El poeta
viste en el teatro del poema
sus múltiples disfraces,
entra y sale,
__ mutis por el foro __
tras el telón de humo y sombras,
provoca tormentas desatadas,
dispara balas de fogueo,
se desangra en sangre de mentira,
aturde con efectos especiales...
y las palabras prestadas,
apenas aprendidas
y dichas una vez,
a veces repetidas,
se borran con cuidado
__ labor desmaquilladora del lenguaje __
son de quita y pon:
se aprenden y se olvidan fácilmente,
y aturden o adormecen...
Mariano Ibeas
Amigo lector:
Amigo lector:
Tendrás que admitir conmigo que el destino de un libro, o de un poema, no está en las manos de quien lo escribe, sino de quien lo lee.
Por eso dejo yo mis poemas en tus manos, para que sean tuyos también.
La poesía sigue siendo la más pobre de las artes, pero quizás la más necesaria.
Cuando el poeta griego Píndaro pregunta a Zeus qué le falta al mundo tras ser creado, Zeus le contesta: la poesía, es decir, el canto que exalta la belleza.
Mi poesía quiero que sea para tí algo de eso, porque quiero que mis palabras digan lo que no puede decirse de otro modo, serán palabras, nada más, pero tendrán sentido cuando sean tuyas,
polvo serán, más polvo enamorado (Quevedo)
Gracias lector, amigo.
Mariano Ibeas
Aclaración II (final)
II
El poeta dice su verdad
y al cerrar el telón
los espectadores están dormidos:
la farsa duró
el tiempo del sueño exactamente,
nadie abrió los ojos ni las manos:
no hubo aplausos,
nadie asiente.
Mariano Ibeas
El patio de Monipodio
.- ¿No lo entienden ? __ dijo el mozo__. Pues ya se lo daré a entender, y a beber, con una cuchara de plata. quiero decir, señores, si son vuesas mercedes ladrones. Mas no sé para qué les pregunto esto, pues sé ya que lo son. Mas díganme: ¿cómo no han ido a la aduana del señor Monipodio?
_ ¿Págase en esta tierra almojarifazgo de ladrones, señor galán? __ dijo Rincón.
__ Si no se paga __ respondió el mozo __, a lo menos, regístranse ante el señor Monipodio, que es su padre, su maestro y su amparo; y así, les aconsejo que vengan conmigo a darle obediencia, o si no, no se atrevan a hurtar sin su señal, que les costará caro."
Cervantes: "Rinconete y Cortadillo"
* Almojarifazgo = derecho por las mercadería importadas o exportadas
Aclaración III (y final)
III
Aquél que dice "yo"
en el poema,
a veces es mi hermano,
otras mi enenmigo,
mi sombra,
mi otro lado del espejo;
y yo,
que no sé quién soy,
me alejo
avergonzado:
no quiero encontrármelo
de frente
y no reconocerlo.
Mariano Ibeas
El jardín de Melibea
Cita 1:
CALIXTO: En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.
Melibea: ¿En qué, Calixto ?
CALIXTO: En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase y hacer a mí inmérito tanta merced que verte alcanzase y en tan conveniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese...
Sempronio: ¿Tú no eres cristiano?
CALIXTO: ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo
Fernando de Rojas, "La Celestina"
CITA 2 :
Pero,
por muy corta
que sea la distancia
de tu corazón
al mío,
tú no puedes sentir
mi sed
mi dolor
mi hambre;
no puedes reír mi risa
ni llorar mis lágrimas"
Marino Romero "La vida es así" en "Mujeres de carne en verso"
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS
"A las niñas les crecen largas piernas..." (Ángel Valente)
I.- Interminables columnas
Interminables columnas
del templo
de Afrodita,
__ Susan, Margot, Lolita __
extendidas en la hierba hospitalaria
al agua lustral
de las piscinas;
la escala de jacob
presumiendo cielos
y doradas moradas,
plegadas al ardor, plegadas
al amor
de la lumbre
en escalada,
alada ascensión,
angélica certidumbre,
arcangélica soledad
pureza inmune
al embate del tiempo todavía.
__ Soledad, Virginia,
virginal María __
¡qué no poder mudar el tiempo
su costumbre!
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS II
2.- A las puertas del templo
"... delicadas orejas..." (Ángel Valente)
A las puertas del templo
se alzan
en mudas interrogantes
__ ¿no me oyes?__
pues no atienden sordas
a mis quejas;
velas desplegadas, alas leves
ofrecidas al viento,
laberintos,
caracolas atentas
al diapasón del aire,
a los embates del mar
contra las rocas,
saladas olas;
en el escalón del faro
trepa la música
por el zigurat del día
y luce el fuego del altar
en el templo de la diosa
albaluna,
en el silencio de la oquedad
reposa el sueño,
tácita caverna
a los pies de Orfeo,
el susurro del agua en las orillas
despierta al día
sorteando juncos,
aneas y espadañas,
sopla sutil
en las flautas de caña
en la siringa del pastor,
ronca zampoña en los rústicos dedos
extremada
en el pulso firme, la mano en el rabel
hosca mirada
vertida a los adentros...
y se encerró en su cueva de cristal
y allí durmió
un tiempo.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS III
3.- La flauta de Pan
"... incandescentes vellos..." (Ángel Valente)
La flauta de Pan
suena en la orilla del Leteo
y el vellocino
cubierto de oro
brilla a la salida del sol
mostrando su cosecha
en la corriente del arroyo:
no tendrás mejor tesoro
que tu piel dorada
entrevista entre las sombras,
al acecho
entre los altos carrizos
y los sauces de la orilla,
brilla el sol
y dora sin pudor
la piel inmaculada,
incandescente,
cede
al gesto de Penélope,
__ mujer araña __
tejiendo y destejiendo sueños,
gobernando su casa
con mano firme
y la moral intacta.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS IV
4.- Cúbreme con el aire.
"... moluscos sumergidos..." (Ángel Valente)
Cúbreme con el aire
de amanecer
en la playa solitaria;
tus pies perlados en espumas
calzarán espuelas
y la gloria de las olas
cubrirá tu desnudez
en la alborada;
cabalgaremos en el corcel del viento
en alas desplegadas
hasta el horizonte del mar.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS IV
4. (DOS) Cúbreme con el agua
Cúbreme
con el agua del rocío;
revolcados en el trigo
y en la hierba fresca
tejeremos de espumas,
de peces y de escamas,
una cota de malla
robada a los jirones del mar
y sobre faldellín dorado
el olor del nardo y la albahaca
se ajusta la coraza de arena
__ peto y espaldar __
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS IV
4.- Y TRES
Cúbreme con el fuego
Cúbreme
con el fuego de la tarde,
cíñeme tu cinturón de lunas
en los abismos encendidos;
volveremos a la orilla
__ alquimia de la mar __
recogeremos algas,
cosechas de zargazos
y con el aire nuevo
que roza las orillas,
dibujaremos la líneas
de la piel nueva.
Las huellas de tus manos
al alba renovadas
se anuncian entre brumas
como las ondas del mar.
Mariano Ibeas
Citando a Max Aub
"Toda la literatura no es más que hinchazón, las cosas son sencillas. Con la música pasa lo mismo; para hacer algo, los musicantes no tienen más remedio que hinchar el perro. Son unos aprovechados. Y los escritores. A éstos se les nota menos, porque hay más palabras que notas. Y sin embargo, las palabras, a fuerza de usarse, pierden sus cantos, su fisonomía particular, se convierten por sus encantos en cantos, y nos quedamos embobados, y nos la dan con queso."
"El laberinto mágico I "Campo cerrado" Ed. Alfaguara
CITANDO A : ROBERTO BOLAÑO
"¿Y qué libros suele leer?. Antes leía de todo, maestro, y en grandes cantidades, hoy sólo leo poesía. Sólo la poesía no está contaminada, sólo la poesía está fuera del negocio. No sé si me entiende, maestro. Sólo la poesía, y no todas, eso que quede claro, es alimento sano y no mierda".
Roberto Bolaño, "2666" Ed. Anagrama.
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS V
5.- Las columnas del templo (Uno)
"...muslos húmedos..." (Ángel Valente)
las columnas del templo
relumbran con la lluvia,
se asienta el verdín
al norte de los fustes,
orlada en jaramagos
la pila lustral,
las libaciones de aceite y vino
fecundaron las rocas;
del ara del altar surgió el fuego,
se elevó el humo de las piras
y fue grato a los dioses:
la tierra fue un vientre fecundo
y los pechos ubérrimos
exuberantes de leche y miel
amamantaron los cachorros de hombre...
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS V
5.- LAS COLUMNAS DEL TEMPLO (Y DOS)
ya no hay sacrificios:
se secaron las fuentes,
arreció el viento
y se llevó en torbellino
los últimos matojos;
queda apenas,
acunado al cuenco de las rocas,
un liquen primordial
devorado por el sol
y las cabras cimarronas
ramonean entre riscos
lamiendo las salinas.
No hay perdón para la tierra;
la tierra maldecida y maldita
engendró
al hombre y su miseria,
no se sació su sed
en el invierno
con la nieve y la ventisca,
no parió la nube
la lluvia en primavera
y cesó su manantial de frutos;
desde entonces
yermos de semilla
los surcos son barridos por el viento:
no queda más que la traza
del paso de las sombras
y en el barro
la huella amarga de Caín.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS VI
6.- Bate su cobre el sol
"... cabelleras doradas por el viento del otoño..."
(Ángel Valente)
Bate su cobre el sol
al yunque de la tarde
y el vuelo fugaz
que tejen los vencejos
enreda entre sus hilos
la torre de la iglesia;
arden a espaldas
del viejo cementerio
las tapias grises
y sólo avanzan entre brumas
las sombras de cipreses;
te he visto pasar
camino de los huertos.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS VII
7.- Todos los interrogantes
"...insondables ojeras ..." (Ángel Valente)
Todos los interrogantes
se encierran en tus ojos;
llevan el peso de la duda
y de la angustia,
llevan el horror de la muerte
y el fragor de la vida;
por ello se cierran
y se calman con el sueño
cada día
y no temen despertar
porque son nuevos
cada día:
porque guardan el amor
de la lumbre
y el brillo del rocio
en la mañana,
porque los hiere el sol
y la niebla,
tus ojos me toman
en sus brazos y me acunan
en el fondo de la cueva;
y son insondables
los pliegues de sus hojas,
un libro a ciegas,
el libro interminable
de tus párpados
que una vez y otra vez
pasan página
de tus luces
a mis sombras.
Mariano Ibeas
CITANDO A : MANUEL VICENT
"Todos nuestros juguetes se han roto, excepto los cuentos que nos contaron en la niñez y que de una forma u otra, nos llevan siempre a la isla del tesoro".
Manuel Vicent "El País" ,15 enero 2006
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS VIII
8.- El libro interminable
"...Párpados y pétalos..." (Ángel Valente)
El libro interminable
de tus párpados
se cierra tras de mí
y me cobija;
queda en el aire libre
la lluvia intermitente
de las lágrimas,
se cierran las puertas de la noche:
yo me quedo
encerrado en tus abismos
y no quiero salir
desnudo hacia el vacío
y temo
una mota de polvo,
un roce, un céfiro ligero,
un parpadeo
y ya no ser, no vivir
caer cual rosa deshojada
en hojarasca de pétalos sombríos
__ Sísifo
hundido en el Leteo __
y juntar en un punto,
en un solo parpadeo,
mi memoria y tus olvidos.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS IX
1.- Reloj de arena
" ... cinturas inasibles..." Ángel Valente
"Hago trizas las cintas que te ciñen
como un mar requerido"
José Luis Ferris, "Niebla firme"
Reloj de arena
tu cintura firme;
fluye a mi pesar
a lo largo de tu talle
el tiempo,
y yo, que no tengo ni reposo
ni alimento que me sacie,
me aferro
con miedo, angustia y desespero
a la dulce corriente de tu cuerpo;
en ansia inetrminable,
en loco afán,
quisiera detenerlo:
que no pare, que siga,
que no cese de fluir...
porque entonces, en este caso,
tú o yo __ o los dos tal vez __
habremos muerto.
Mariano Ibeas
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS X
10.- ¿Quién leerá
"precipitados límites del cuerpo..." (Ángel Valente)
¿Quién leerá
cerrando bien los ojos
estos poemas míos
sin eco y sin palabras?
¿Serán también los frutos
desgajados de los árboles
y arrojados sin piedad
al fluir eterno
de los días?
¿Se alzarán despacio como sombras
o brillarán a la luz
como renuevos?
No lo sé.
Y acudo entristecido
una vez más a las palabras
que me acogen
y me salvan
de la muerte...
¿Tendré tal vez la suerte
de vivir
entre tus manos?
Mariano Ibeas
CITANDO A: Alberto Méndez
"No es justo que comience la muerte tan temprano, ahora que aún no ha habido tiempo para que la vida se diera por nacida... "
"Además yo sólo sé escribir y conta cuentos. Nadie me enseñó a hablar estando solo ni nadie me enseñó a proteger la vida de la muerte. Escribo porque no quiero recordar cómo se reza ni cómo se maldice..."
"El niño no vivirá y yo me dejaré caer en los pastos que cubrirá la nieve para que de las cuencas de mis ojos nazcan flores que irriten a quienes prefirieron la muerte a la poesía."
Alberto Méndez, "Los girasoles ciegos", Ed. Anagrama
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS XI
11.- CERCARÉ TU CUERPO
"... hacia la lenta noche del amor..." (Ángel Valente)
Cercaré tu cuerpo
como una fortaleza
inexpugnable;
rodearé tus muros
con escalas
o esperaré la aurora
agazapado en sombras...
Si el sol tarda en salir
llamaré despacio
a tus postigos
disfrazado de mendigo;
usaré la voz y la caricia,
susurraré tu nombre
y seré testigo
cuando se abran
las puertas y ventanas,
cuando el alféizar
recorte tu figura
cuando bajes por la escala
de los sueños
yo te esperaré
y, si es preciso,
hasta que venga la noche,
hasta que llegue el invierno.
Mariano Ibeas
SOMOS UNA SÁMARA
... Somos una sámara... o quizás disámara, o dos disámaras unidas por el tronco a la altura del ombligo.. pero no hemos olvidado nuestra naturaleza vegetal proclamada en el tronco o la semilla, a veces en el fruto.
Mientras estábamos en el árbol, nuestra raíz y nuestro tronco, de naturaleza terrestres, nos mantenían unidos, coherentes, atrapados en el barro.
Sin embargo un día quisimos volar, y nuestros antepasados simios se ejercitaron en el arte del salto de árbol a árbol; otros no quisieron andarse por las ramas y soñaron con el mito de Ícaro y recibieron su justo castigo... si entender que la máxima libertad posible consiste precisamente en la locura o el desvarío de querer volar, algo que luego algunos llamaron suicidio... Los que al fin lo consiguieron no lograron transmitir su aprendizaje.
Sólo al volar, al recuperar la naturaleza aérea, al ser plenamente libres, recuperamos también nuestra naturaleza original... por nuestra desgracia, ésto último sólo acontece en sueños, pero lo seguimos intentando: ser sámaras desperdigadas por el viento.
Mariano Ibeas
CITANDO A : JAVIER CERCAS
"ESTE OFICIO NO ES PARA COBARDES"
La gente tiene una idea muy equivocada de los poetas. Un poeta no es una damisela asustadiza que se pasa la vida oliendo flores y soltando remilgos de monja o flatulencias sentimentales. Un poeta es un peligro público. Me refiero a los poetas de verdad, claro está, no a los meros versificadores o a los trileros que expenden logomaquias. ¿Que cómo se reconoce un poeta de verdad? Nada más fácil: un poeta de verdad es aquel que se juega el pellejo en cada uno de los poemas que escribe, lo cual significa que no hay nadie tan valiente (o tan temerario) como un poeta de verdad, quizá porque tampoco hay nadie tan vulnerable... El poeta de verdad está siempre en paz con los demás y en guerra consigo mismo, o en guerra consigo mismo y también con los demás... Por lo demás tampoco sé si son buenos o malos, y la verdad es que me importa un rábano; lo que sé es que son necesarios, que es lo que tienen que ser los poetas.
Sigue el texto en Javier Cercas El País Semanal, nº 1529, Domingo 15 de enero de 2006
UNA DOCENA DE IMÁGENES TARDÍAS (y XII)
12.- Adónde me lleva
"... su infinita mirada." (Ángel Valente)
Adónde me lleva,
dorada geografía,
el río de tu cuerpo,
adónde la caverna
y el laberinto en sombra,
labor de zapa en la muralla.
Te cerco y me resigno,
espero la luz de amanecer,
un signo nuevo,
una señal en las alturas.
Adónde me lleva
el triste rumor del viento,
¿qué me trae de ti?
Pastando soledades voy
y no me doy reposo
ni sosiego ni alimento.
Te espero junto al río
y espío tu mirada tras de mí,
tan sólo me sorprende
el grito de Narciso
y el eco de las garzas.
Adónde me lleva esta luz
de amanecida
que dibuja en sombras
la piel de mis deseos
y sólo se me alcanza
disuelta en la neblina
una leve lágrima
que no sé si es de rocío.
Sólo te espero
y se pierde en el vacío
tu cálida mirada:
no espero el despertar.
Mariano Ibeas.
CITANDO A : MAX AUB
"No hay gran escritor sin cárcel o destierro, o poltrona ministerial. Digo escritor y no poeta. Los poetas son bichos que lo mismo cantan en invernaderos que en muladares..."
"Escribir, para mí, es luchar contra la muerte. Y lo mismo lucho de una manera que de otra"
Max Aub "Campo cerrado" ED. Alfaguara
EL DINOSAURIO SEGUÍA ALLÍ (Recordando a Monterroso)
Cuando se quedó viuda, tomó de inmediato algunas decisiones; lo primero que dispuso fue la venta del todo-terreno, luego la moto,la cortadora de césped, el equipo de esquí, los palos de golf... buscó alguien que se ocupase de sacar el perro de paseo dos veces al día; canceló varios eventos y compromisos sociales pendientes, anuló la Visa Oro...
Y se compró un coche descapotable, un hermoso automóvil rojo brillante de dos plazas, un sueño de toda la vida, que le entregaron llave en mano a la puerta de su casa,
Se arregló un poco, tomó las llaves dispuesta a ponerlo en marcha... y cuando salió,... su marido seguía allí, al volante, como siempre.
Mariano Ibeas
CITANDO A: MAX AUB
" Y no se trata de dejar rastro, que eso está al alcance de cualquiera, sino de seguir siendo uno mismo tras la muerte. El rastro o el rostro es cuestión de pies o de narices. La inmortalidad, amigo mío, la inventó Caín, el primer académico.
__ Un intelectual es un hombre que deja su estilo por el mundo. Sea el que sea.
__ Sí, la cuestión es que cuando defeque Leonardo todo el mundo conozca la mona por el olor."
De Max Aub "El Laberinto mágico, Campo Cerrado" Ed. Alfaguara
PENÉLOPE
Cuando se quedó viuda...
Se prometió que no volvería a salir de casa..., tantos años trabajando, de casa a la oficina, cuidando de los hijos, del marido, de sí misma...
Se dio cuenta de que apenas se había ocupado de sí misma, de sus aficiones o pasatiempos...
¿tenía alguno?... ¡menuda faena los pasatiempos! Ropa, plancha, limpieza, ropa, comida, fregar, poner y recoger el lavavajillas... ¡menuda faena!
Era joven todavía, se dijo.
Se propuso no hacer nada. Lo tenía prometido: nada.
Ni siquiera ver la televisión y los culebrones, ni leer un libro o escuchar música, nada, absolutamente nada.
Hasta que descubrió el encaje, el encaje de bolillos.
Colocaba el mundillo contra el respaldo de una silla de enea y ahí le daban todas las horas del día, hasta que le dolían las manos. Cubrió los muebles de labores primorosas, los cabeceros, los brazos del sofá, las mesitas de noche, el aparador, la cómoda... hizo una serie de juegos de bautizo, de comunión, de confirmación, ligas de boda para regalar a las novias, a las vecinas, para sus hermanas, sus sobrinas...
Participó tambien en una docena de concentraciones, en fiestas patronales, en días de exaltación de la artesanía y las tradiciones populares; recibió felicitaciones, expuso en la casa de cultura, enseñó en el hogar del pensionista, __ con poco éxito, es verdad, que las señoras no estaban muy por la labor __ y éstas fueron sus únicas salidas...
El resto del tiempo seguía encerrada en su casa... hasta que llegaron las vecinas. Aquellas reuniones de sutiles tejedoras de espumas fue creciendo y creciendo. Por la mañana, apenas los niños entraban en la escuela, se dejaban caer por la casa cuatro o cinco amas de casa ociosas, tomaban café, apuntaban algunas ideas, copiaban al calco un modelo de encaje, y volvían por la tarde a la faena. A las cinco se tomaban el té, charlaban y charlaban y el grupo crecía tanto que ocupaba el salón, dos dormitorios y a veces el pasillo... alguien propuso entonces montar un taller y trabajar en serio o en serie, comprar juntas el hilo, vender a los turistas...
Y el entrtenimiento pasó aser su forma de vida... hasta que se transformó en un trabajo y en una dura faena... empezó a tener problemas en las manos, muchas preocupaciones... algunas de sus socias la abndonaron poco a poco y un día se dijo:
__ ¡Menuda Odisea!
Cerró de golpe las persianas, dió un portazo y ya no volvió más.
Algunas dicen que la vieron por ahí... acompañada, pero casi nadie lo cree; serán como siempre,
habladurías.
Mariano Ibeas
SUEÑOS... O NO TANTO
Soñé que me perdía en un laberinto y daba tantas vueltas, dudaba tanto en cada cruce de caminos... que al final me encontré cara a cara enfrente de mí mismo...
Y no me reconocía.
Mariano Ibeas
CITANDO A: MAX AUB
"El arte son ganas de verse, de verse venir, un laberinto de espejos. Ver y ser visto. Lo peor que le pueden decir a un artista es: "si te he visto, no me acuerdo". Esa es la cuestión, parir algo que no se mueva, parir muerte. que el movimiento sólo es de Dios".
De Max Aub: "El laberinto mágico. Campo cerrado" Ed Alfaguara
CITANDO A: MAX AUB
__ ¡No, hombre, no! Los poetas no tienen nada que ver con las circunstancias, se adaptan a lo que sea y, si son buenos, las cantan bien; tanto monta que glorifiquen a un capitán como a una ensalada más o menos putrefacta."
Max Aub, "El labreinto mágico. Campo cerrado". Ed. Alfaguara.
´SUEÑOS... O NO TANTO II
Estaba leyendo un libro. El ruido y el bullicio a mi alrededor se iban disipando poco a poco, como entre las brumas del sopor que precede al sueño, pero seguía concentrado en la lectura.
Anocheció y, por un momento, me pareció que los edificios se iban haciendo más escasos; yo seguía enfrascado en la lectura. Se fueron bajando pasajeros en las distintas paradas y en un momento dado me pareció que se producía un silencio sospechoso. No había problema, la mía era la última parada.
El autobus dió un giro casi en redondo, recorrió un tramo recto, hizo alguna maniobra hacia delante y hacia atrás y se paró finalmente.
Me puse de pie; alrededor, dentro y fuera, nadie.
¿Y el conductor?
Me acerqué a la cabina. Nadie.
Un centenar de autobuses aparcados, alineados de forma rigurosa, semejantes a éste... y éste cerrado a cal y canto.
"Salida de socorro", "Puerta de emergencia", "En caso de accidente..."
Pulsé todos los botones, observé el martillito colgado junto a la salida, creo que grité... y nada.
Acurrucado en un rincón esperé el nuevo día.
Mariano Ibeas