Se muestran los artículos pertenecientes a Abril de 2006.
DIECISIETE
“Colinas”
Suaves colinas I
suaves colinas
de luces encendidas
oro rojo en el cristal
amanecida
tiembla enfebrecida la luz
algas
líquenes
sargazos
jugando en los cabellos
naufragios
derrotas
conquistas
una sombra apenas
un guiño de puntillas
guijarros al sol
una roca lustral
ofrecida
al embate de las olas
empujando la arena
una vez más a la orilla
__¿anochecida
o amanecida?__
suaves colinas
geminadas
doradas por la luz
levemente asombradas
un momento ofrecidas
de sal y de sol
__¿al orto
o al ocaso?
Siempre amanece por el Este
islas desiertas
rehusada luz
vencida primavera
muerte triste de Venus
en la concha de las olas
Mariano Ibeas
DIECIOCHO
Suaves colinas II
“Son de mar”
Manuel. Vicent
Uno, dos,
son de mar,
son de sal,
uno, dos, uno;
las colinas son de mar
las olas son de sal
Dos, uno, dos,
las espumas son de luna,
son de luz, de sal, de sol,
de mar, de agua,
suaves colinas
enhiesto el horizonte
sol poniente
en la cima, en las colinas
uno, dos,
son de sol, de mar, de espuma,
son soles las dos
al sol poniente en las colinas
al roce de mis dedos
son de sal
tus dos colinas
Mariano Ibeas
TRIGONOMETRÍA I
SENO
“cierra los ojos, es sólo
un sabor dulce y caliente”
Cierra los ojos
y recuerda estremecido
el sabor dulce y caliente
entre los labios
y luego ruda, golosa y cruel
dentellada
casi un duelo, o una apuesta
con la muerte…
¿No queda nada de aquel instante
en ningún recodo de la piel ?
¿sólo sabor de cenizas
y polvo
entre los dientes ?
Amarga fue la vida
y el sabor de las caricias
más tarde ya se olvida
entre el roce torpe de su mano
encallecida
_ no hubo casi afectos,
sólo distancias, años infinitos
estirando inmisericorde
la cuerda del tiempo_
y labrando
el profundo surco de los años
en la frente
Hoy,
sólo el dolor y la rabia
están presentes.
Ahora,
el saldo final es la amargura.
MARIANO IBEAS
TRIGONOMETRÍA II
COSENO
“cierra los ojos,
es sólo un sabor ácido y fresco”
Me estalla entre los labios
el fresco sabor de las cerezas
y el lento sopor de amanecida
se abandona entorno a mis caricias;
hay un temblor de alas
y de hojas
en el hueco de tus ojos;
y mano en la mano,
en cuenco se vacía
el licor de los instantes,
la huella removida en las arenas
del tiempo en el reloj
no nos convida.
No hay prisa:
El día nos contempla
a través de los cristales
un instante
y luego, lluvia fina,
recorre los espejos,
se escuchamos el parloteo juguetón
del agua en los aleros
tarde en la tarde…
puede venir la noche agazapada
en sombras,
puede llegar el día
y transcurrir despacio,
a pasos de serpiente,
(Versión I)
arrastrando los instantes;
sólo la risa estalla
de vez en cuando,
sólo el amor convoca
en el sopor del sueño…
y basta un roce, una caricia
para seguir viviendo,
el hueco en el hueco
acompasado,
el grito y la caverna
y la carne
ahíta reposa entre los pliegues
de la piel contra la piel
con la sal y el sudor
de tu cuerpo
ácido y fresco.
MARIANO IBEAS
TRIGONOMETRÍA II
Coseno II
(Versión II)
... puede atarnos a ratos la mordaza
del silencio
y estallar la risa
o liberar el llanto…
sólo el amor convoca
en el sopor del sueño
y basta un roce, una caricia
para echar a andar la vida.
En el hueco del hueco acompasado
el grito y la caverna,
y la carne ahíta reposa entre los pliegues
de la piel contra la piel,
con la sal del sudor,
y el sabor de tu piel
ácido y fresco.
MARIANO IBEAS
TRIGONOMETRÍA III
III
TANGENTE
“cierra los ojos, es solo un sabor, salado y suave”
Tango, tetigi, tactum
Sólo un instante
en el vuelo veloz
de una mirada
se iluminó tu rostro
te fuiste
luego entre la gente
como en el bosque
_ en mi bosque adolescente
la huida de la Corza Blanca_
la herida mortal
de una mirada,
sicut cervos ad fontes,
arrastrando un rastro de sangre
esa mirada
juega conmigo cada noche
y me visita fugaz
de amanecida;
del rostro no queda
sino una luz
que flota en los cristales…
y un temblor de escalofrío
que me recorre la piel
¡era tan bella!,
tota pulchra,
cuando el azar no quiso
cerrar de golpe la puerta,
_ fue tan solo un instante
en un sueño febril_
y dejó la puerta entreabierta
que daba al paraíso.
MARIANO IBEAS
TRIGONOMETRÍA IV
COTANGENTE
« como un sabor, amargo y tierno,
a veces excesivo »
nunca nuncas,
siempre siempres ;
es mejor recordar
y no decir : « mirar
atrás no sirve »
ni siquiera contemplar el mar
y la ciudad dormida
como una estatua de sal
al mediodía;
mirar al mar siempre
es enfrentarse al tiempo
y al futuro
con el ardor de la esperanza
y la fe que da la muerte
como afirmación absoluta
de lo efímero;
nunca la negación
fue fértil en tierra estremecida
mejor decir que sí
aunque la herida
sangre sin cesar.
MARIANO IBEAS
TRIGONOMETRÍA V
SECANTE
La flaca memoria de los vivos :
los muertos también morirán, algún día,
según dijo el maestro Unamuno.
Al olmo viejo
y muerto de grafiosis
no le partió el rayo :
resistió de pie,
cuanto pudo…
Tampoco le cantó ningún poeta
nieto de Machado,
muere de pie,
al pie del cementerio abandonado
cercano al Pirineo
con la dignidad triste
de los héroes de Casona ;
no le dio su abrazo
verde y mortal, la enredadera,
ni tejen en su entraña,
su tela sutil de Penélope insomne
las arañas…
ni ejército de hormigas, etc. etc.
comido de xilófagos
se asoma al escueto cementerio
al féretro comunal de lajas de piedra
que celan cruces
y retratos
viejos de viejos muertos ;
la flaca memoria de los vivos :
« muertos que también morirán
algún día »
... según Don Miguel de Unamuno.
En Morillo de Tou (Huesca)
Mariano Ibeas
TRIGONOMETRÍA VI
VI Cosecante
La tarde es una vasta conspiración de sombras...
Ada Salas
Al hilo de los días
el reducto se cierra
como un dogal
sobre mí mismo
y no puedo respirar
tan sólo hurgando en el vacío
encuentro en las tinieblas
los límites de mis sentidos.
Oigo mi voz
helada entre los labios
despedazo migajas de pan
entre los dedos
y el olor de la muerte
me llega en vaharadas,
como neblina helada
una cellisca
un escalofrío
que alerta los poros de mi piel,
saboreo el miedo
como un somnífero
y me duermo temblando
al borde del abismo
al borde de mí mismo.
MARIANO IBEAS
Nanopoemas I
Amanecer evanescente
secreto primordial de la inocencia
¿perdida para siempre ?,
no fue una vez un paraíso
ni la manzana,
ni la herida
ni la espada ardiente,
fue la vida
que no quiso contentarse
con vivir simplemente
sino sintiendo
el peso permanente
de la muerte,
MARIANO iBEAS
NANOPOEMAS II
2.- ADN,
Adán,
Adanecer
en el camino de la vida
solo Adan, Adamah
la locura de un dios loco
envanecido de repente
ante su espejo
imagen de sí mismo, dijo :
y no halló donde mirar
de otra manera
por ello buscó
nueva compañera
en la que reposar dulcemente
la mirada…
y vino al atardecer también
el ángel de la espada
a romper el hechizo
y convocó a la muerte.
Mariano Ibeas
NANOPOEMAS III
Cuadros de una exposición
(Casipoemas)
“Aprisa, Aprisa,
que tengo versos que decir
y se me olvidan”
(J.A. Rey del Corral)
y el viento de la tarde
que labra la tierra
también devuelve
a la tierra,
las hojas de los árboles
MARIANO IBEAS
NANOPOEMAS IV
2. TEORÍA DE LOS SUJETOS
Y PRÁCTICA DE LA VIDA COTIDIANA
saber que hay ricos,
muy ricos
saber que hay pobres,
muy pobres
saber la diferencia
¡saber por qué!
Mariano Ibeas
NANOPOEMAS V
las palabras
en silencio me acompañan
y en el azul de los espejos
el eco de la tarde
MARIANO IBEAS
NANOPOEMAS VI
. en blanco y negro MARIANO IBEAS
el polvo ahoga cada día
los gritos de Yenín
la vergüenza de Ramalá
NANOPOEMAS VI
... en blanco y negro
el polvo ahoga cada día
los gritos de Yenín
la vergüenza de Ramalá
MARIANO IBEAS
NANOPOEMAS VII
MARIANO IBEAS
y te estira la correa
y corres mientras tanto
¿hasta cuándo?, ¿hasta dónde?
¡ perra vida!