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Josefina R. Aldecoa

"Hablaban de política. Las elecciones estaban encima y los pronósticos no podían ser más pesimistas.
_ Las derechas, una vez más se unen__ decía don Germán__, y la izquierda se fragmenta; así no hay nada que hacer. Pero habría que hacer algo..."
(De "Historia de una maestra" referido a 1931)
MARÍA ZAMBRANO, PENSAR Y NO PREOCUPARSE
Mauricio Vicent... por MANUEL VICENT


Sé muy bien que con el tiempo todo se desvanece, pero ni el tiempo ni la muerte podrán arrebatarme nunca el amor que sentía por mi hijo y el que él me regalaba con su furiosa alegría de vivir
Llegó la muerte sigilosamente de madrugada y con una certera puñalada se llevó al ser que más queríamos. Qué artera ha sido la muerte, que en vez de dármela a mí eligió solo herirme en ese punto que más me podía doler. Nunca hay suficientes lágrimas a la hora de enterrar a un hijo. Ningún dolor puede ser tan profundo. Sé muy bien que con el tiempo todo se desvanece, pero, mientras viva, ni el tiempo ni la muerte podrán arrebatarme nunca el amor que sentía por mi hijo y el que él me regalaba con su furiosa alegría de vivir. La gloria es la única inmortalidad que está en poder de los humanos. "No consientas__ dice Isócrates__ que toda tu naturaleza sea destruida a la vez; por el contrario, ya que te tocó en suerte un cuerpo mortal, intenta dejar el recuerdo inmortal de tu espíritu". Cuando empezó a ejercer de corresponsal en La Habana, mi hijo me pidió algunos consejos. Le dije:"Mauri, no uses adjetivos en los que podrías verte involucrado y y desprotegido. El verbo es la acción con que se definen los hechos. Así lo han usado siempre los grandes periodistas. El prestigio de un corresponsal consiste en estar bien informado. Sé leal, solidario y generoso con los compañeros. Por lo demás, hazme el favor de no vivir tan deprisa". Eso es lo que pasó, que el fuego de su vida encontró demasiado pronto sus cenizas. Vuela ahora mi pensamiento a los días felices del pasado, a los veranos compartidos con los amigos en que salíamos juntos a navegar. Esta vez la quilla partirá en dos su memoria y las olas batirán con ella los costados del barco. Llegará el otoño y su silueta se confundirá con una de las hojas doradas arrastrada por el viento y luego se irán alejando su voz y sus risas hasta perderse en la niebla de un extraño aeropuerto donde se embarcan solo las almas y allí, ante la última aduana, le diré: "Buen viaje, Mauri. Llámame en cuanto llegues a La Habana".
EMILIO PEDRO GÓMEZ
Emilio Pedro Gómez
Despedida
Con la edad uno se siente inacabado.
Juan Kruz Igerabe (Seudónimo)
Tras un sereno adiós
como una nieve lenta
diluyéndose
entre quienes me aman
que me lleve la tierra
de una sola vez
sin sobresaltos.
Que sea convertirse
en lo que nutre a las palabras
de transparente carne y hueso
y aprenda a leer de golpe
zurciendo abismo con abismo
un cielo en blanco.
Tal vez
morir sea despertar
hacia adentro del sueño
cerrar la cicatriz
de lo perdido.
(Dedicado a Áurea, que me lee)
ELOÍSA ESTÁ DEBAJO DE UN ALMENDRO

ELOÍSA ESTÁ DEBAJO DE UN ALMENDRO
En la década de los 70 del siglo pasado apareció una famosa colección de libros baratos__ 25 pesetas de entonces__ de Salvat Editores, S.A. con la colaboración en algunos casos de Alianza Editorial, S.A. y la de Radio Televisión Española. Era, o fue, un lanzamiento de éxito, apoyado por la publicidad machacona y los bajos precios. Yo trabajaba entonces en una librería y tuvimos que soportar pacientemente las continuas visitas de los futuros clientes que preguntaban si teníamos “La tía Tula” de Unamuno.
Era el primer número de la serie que se vendía conjuntamente con el nº 2, un sencillo libro ilustrado sobre arte, “Cien obras maestras de la pintura”, por el módico precio ya señalado. Era una edición masiva en un papel de segunda mano, sin coser, solo encolado, en rústica y de bolsillo, precisamente por eso al alcance de todos los bolsillos. “Vamos a poner al país a leer”, decía la publicidad. Hoy se cotiza la colección de 100 títulos a uno o dos euros el ejemplar en la tiendas de segunda mano.
Leer no estaba de moda, ni lo ha estado nunca en este país, donde casi nadie leía, pero los libros de bolsillo de la colección Austral, y más tarde Alianza y otras editoriales los pusieron al alcance de los lectores con menos recursos. Se sabía que detrás de una novela, encuadernada en cartón con tapas duras, un premio Planeta, por ejemplo, vendría una edición más barata y a los buenos lectores no les importaba esperar. Yo tenía mi colección también, un poco arrumbada y cogiendo polvo en una estantería. Me propuse leerlos todos poco a poco.
Hoy he elegido uno: E. Jardiel Poncela, “Eloísa está debajo de un almendro”, Biblioteca Básica Salvat, nº 13, Col RTV, 1969
Un pequeño fracaso.
Llego a la página 48 del Prólogo__ la obra incluye un Prólogo y dos Actos__ y paso de la página 48 a la 61, donde me quedo colgado; faltan pues, 12 páginas, la extensión de un cuadernillo. Por una vieja costumbre de librero, doblo la página correspondiente con una esquina que sobresale en la parte superior. Es el mensaje para almacén de: “Devolución por defectuoso”.
Sigo leyendo y antes de terminar, en la página 146 se me desbarata el libro que se convierte en una baraja.
Bien que mal, consigo terminarlo. Los libros que termino de leer van a parar a la biblioteca municipal más próxima donde se quedan o en las estanterías, si a juicio de los bibliotecarios merecen la pena, o en un cajón de intercambio gratuito de libros.
Este no merece la pena; se ha suicidado, va directamente a la papelera.
Lo siento, Sr. Jardiel Poncela; y además éste es el nombre de la citada Biblioteca. Hemos cerrado el círculo.
Mariano Ibeas, 28 / 06 / 2023
LASCIATEMI CANTARE

Lasciatemi cantare
Lasciatemi cantare /Con la chitarra in mano / Lasciatemi cantare /Sono un italiano / Buongiorno Italia, gli spaghetti al dente E un partigiano come presidente Con l’autoradio sempre nella mano destra Un canarino sopra la finestra Buongiorno Italia, con i tuoi artisti Con troppa America sui manifesti Con le canzoni, con amore Con il cuore Con più donne e sempre meno suore Buongiorno Italia, buongiorno Maria Con gli occhi pieni di malinconia Buongiorno Dio Lo sai che ci sono anch’io Lasciatemi cantare Con la chitarra in mano Lasciatemi cantare Una canzone piano piano Lasciatemi cantare Perché ne sono fiero Sono un italiano Un italiano vero Buongiorno Italia, che non si spaventa Con la crema da barba alla menta Con un vestito gessato sul blu E la moviola la domenica in TV Buongiorno Italia, col caffè ristretto Le calze nuove nel primo cassetto Con la bandiera in tintoria E una Seicento giù di carrozzeria Buongiorno Italia, buongiorno Maria Con gli occhi pieni di malinconia Buongiorno Dio Lo sai che ci sono anch’io Lasciatemi cantare Con la chitarra in mano Lasciatemi cantare Una canzone piano piano Lasciatemi cantare Perché ne sono fiero Sono un italiano Un italiano vero Lasciatemi cantare Con la chitarra in mano Lasciatemi cantare Una canzone piano piano Lasciatemi cantare Perché ne sono fiero Sono un italiano Un italiano vero
Toto Cutugno (1983)