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ME DESBOCO

ME DESBOCO
“Río de lava.
En la boca del volcán,
una palabra.
(Ángela Serna, “Solitudine”)
Me desboco
por la boca del volcán
que funde lava
que cubre lentamente
la ladera, de colada
no hay destino fatal:
el gigante late, respira
y come y digiere
y, de vez en cuando,
por las malas digestiones
vomita…
¿Y qué le importa del hombre
que lo habita?
Hubo otros hombres antes
creciendo por sus laderas
mucho tiempo ha
tiempo atrás
del tiempo tal
no hay memoria…
y otros vendrán después
de igual manera.
Mariano Ibeas
21 /03/2016
FRANCISCA AGUIRRE...

HACE TIEMPO
Recuerdo que una vez, cuando era niña,
me pareció que el mundo era un desierto.
Los pájaros nos habían abandonado para siempre:
las estrellas no tenían sentido,
y el mar no estaba ya en su sitio,
como si todo hubiera sido un sueño equivocado.
Sé que una vez, cuando era niña,
el mundo fue una tumba, un enorme agujero,
un socavón que se tragó a la vida,
un embudo por el que huyó el futuro.
Es cierto que una vez, allá, en la infancia,
oí el silencio como un grito de arena.
Se callaron las almas, los ríos y mis sienes,
se me calló la sangre, como si de improviso,
sin entender por qué, me hubiesen apagado.
Y el mundo ya no estaba, sólo quedaba yo:
un asombro tan triste como la triste muerte,
una extrañeza rara, húmeda, pegajosa.
Y un odio lacerante, una rabia homicida
que, paciente, ascendía hasta el pecho,
llegaba hasta los dientes haciéndolos crujir.
Es verdad, fue hace tiempo, cuando todo empezaba,
cuando el mundo tenía la dimensión de un hombre,
y yo estaba segura de que un día mi padre volvería
y mientras él cantaba ante su caballete
se quedarían quietos los barcos en el puerto
y la luna saldría con su cara de nata.
Pero no volvió nunca.
Sólo quedan sus cuadros,
sus paisajes, sus barcas,
la luz mediterránea que había en sus pinceles
y una niña que espera en un muelle lejano
y una mujer que sabe que los muertos no mueren.
Francisca Aguirre.
LAS PALABRAS

AH…! LAS PALABRAS
“Ah, las palabras
más maravillosas: “rosa”, “poema”, “mar
son “m” pura y otras letras”
(Blas de Otero)
Ah, las palabras,
Blas de Otero
que me escuchas,
no son nada
y ahora menos
__ en los tiempos digitales__
Un impulso en un teclado,
una luz en la pantalla…
no se quedan
permanentes,
no son tinta que se fija en un papel
vuelan, vuelan,
en el aire, hojas secas
arden, fuego, en las pavesas
son cenizas, polvo, tamo
de las eras
diluídas en el agua
como agua de lluvia, como río,
pasan, fluyen, no se quedan…
las palabras, escaleras
hacia la nada
puro soplo __ espíritu sin sombra__
las palabras que me nombran
__ indefinible esencia__
articuladas apenas
son ya grito
inútil contra la piedra…
escupe tus palabras
arrójalas al viento al vacío:
son semillas
de la muerte
abonan
el silencio de la tierra.
28/ 03 / 2016