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DESDELDESVAN

ADONIS

CUADERNO DE VERANO (Y SE TERMINÓ)

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XXII

El cielo desciende y se sienta también a meditar

cómo se asilvestra la vegetación humana

 cómo crecen los poblados como cardos o cactus del desierto,

 cómo arrancados los olivos de raíz,

 cómo cortados los almendros,

 cómo las acacias espinosas pasto de las cabras,

cómo en su lugar crece el cementorío de cemento

muros de cemento

vallas de cemento

cemento para separar en un viaje alucinante

lo que Dios unió o Dios no quiso

__ no metamos  a Dios en esta historia,

bajando o subiendo de los cielos__

no habrá monte

ni lugar de sacrificio

ni roca del templo, ni explanada

que no profanen las ruedas o las botas,

los tanques de cadenas, los monstruos de acero:

todo lo confundió el polvo

y la ruina de la historia,

se consumó a la vez el tiempo y su memoria

y el lugar santo

es un campo de batalla mancillado por la sangre

un altar de sangre

y el tiempo santo

un tiempo de disputas

una ocasión para el duelo y las injurias

           “donde todo crimen tiene su asiento”

Mariano Ibeas, verano de 2006  

 

CUADERNO DE VERANO (QUE YA SE VA ACABANDO)

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XXI

se sientan a las mesas dócilmente, dócilmente

cobran su pitanza

 y celebran los banquetes rituales

 y comen los amargos dulces de amigo invasor

mascan la goma del amigo americano

gustan sus brevajes

siguen expectantes los mitos y los ritos

de dioses y héroes extraños

que pasan del papel a las pantallas

y de éstas al cerebro,

liban el sacrosanto néctar de la globalización

y lo viejo ya no sirve.

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XX

         y les ofreciera las legumbres del alma

 y soñaran sólo con cebollas

cuando todos compartían la misma sed

y no había noticias de la tierra prometida

la que manaba leche y miel

la prometida a los profetas

la que sólo conoció hambre y destierro

y deportación

la de los enemigos que se llamaban philistin,

o palestinos

o persas, o iraníes, o afganos, o iraquíes,

o medas, o kurdos,

u otomanos, o turcos ...

hoy alzan sus manos empuñando lanzas

y cubiertos con yelmos y corazas

desfilan solemnes llevando enhiestas

lanzas y  moharras

se pasean orgullosos en la explanada

y dicen:

esta es nuestra tierra,

la que legó Dios a nuestros padres

y desde entonces nos pertenece en exclusiva.

                            

Mariano Ibeas

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XIX

   porque a continuación la borrabas

                 

¿Qué parte de tu vida quieres borrar?

 

¿Quieres borrar tu infancia?

 

¿Y adónde viajará tu perdido paraíso,

 

dónde tus sueños,

 

dónde las caricias y los besos?

 

El tiempo que has vivido

 

¿no será ya fruto maduro,


 

la semilla de la muerte?

 

Amasado estás con el agua de las lluvias

 

y en tus entrañas se cuece el pan

 

 

que te alimenta

 

queda en tu reposo y deja obrar

 

la levadura del tiempo

 

no apresures tus pasos

 

y que el lento respirar acompase los latidos

 

escucha al corazón y espera;

 

no será sino el fuego del hogar

 

quien queme tu corteza,

 

quien guarde en tus entrañas

 

la memoria de los días,

 

¿también querrás borrar las risas

 

y los juegos

 

y la salida de la escuela

 

y el canto de los pájaros…?

 

cada vez que borras algo

 

 te lanzas a ti mismo

 

 al  muladar del tiempo.

 

 

 

 

 

 

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XVIII

 

 

      porque a continuación la borrabas

                  

¿Qué parte de tu vida quieres borrar?

 

 ¿Quieres borrar tu infancia?

 

 ¿Y adónde viajará tu perdido paraíso,

 

 dónde tus sueños,

 

 dónde las caricias y los besos?

 

 El tiempo que has vivido

 

 ¿no será ya semilla la semilla de la muerte?

 

Amasado estás con el agua de las lluvias

 y en tus entrañas se cuece el pan

  

que te alimenta

 

 queda en tu reposo y deja obrar

 

 la levadura del tiempo

 

no apresures tus paso

 

 y que el lento respirar acompase los latidos

 

 escucha al corazón y espera;

 

 no será sino el fuego del hogar

 

quien queme tu corteza,

 

quien guarde en tus entrañas

 

la memoria de los días,

 

 

¿también querrás borrar las risas

 

y los juegos

 

y la salida de la escuela

 

y el canto de los pájaros…

 

cada vez que borras algo

 

te lanzas a ti mismo

 

al  muladar del tiempo.

Mariano Ibeas

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XVII

Dedicado a Ángela Serna Basoa

         No solamente esbozabas su escritura

        

Intentabas llegar más lejos

 

más lejos que las palabras,

 

prolongar el tiempo delgado de los sueños

 

ensanchar los márgenes y las riberas,

 

ocupar la superficie del barbecho

 

labrar a golpes de imágenes las lindes del vacío

 

y sólo conseguiste cerrar el círculo,

 

encerrar en el estrecho cofre de los días

 

las ansias de infinito

y la luz de atardecer

 

 

 

 

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XVI

El Lugar es un torrente salobre

        

El Lugar es un terreno salobre, inhóspito,

no podremos ya conducir allí nuestros rebaños

 no apagará la sed del peregrino

 no podrá recoger su aguada la caravana del desierto

 desapareció el Lugar de los mapas y los planos,

se olvidarán las historias que se contaban bajo las tiendas de lana

 

o pelo de camello,

cuando el tiempo transcurría contando las estrellas

 ya no brillará el agua bajo la luz de la luna

 estará maldita y seca

 ya no acuden las bestias y los pájaros a apagar su sed

no se oyen sus trinos y sus cantos

ya no vigila el ave rapaz, ni acecha la gineta

y las comadrejas abandonaron sus guaridas

y los lagartos su puesto al sol

y los alacranes su refugio bajo las piedras

no tejen  las serpientes su ovillo gordiano

y la maldición se extiende como una mancha negra,

como un velo o una nube negra

no se apartan nunca de su lado las nubes de tormenta

y el viento parece soplar con insistencia.

 

MARIANO IBEAS  

CUADERNO DE VERANO

ES LA MUSICA DEL SIGLO

 XV

La historia es un torrente

que baja de las montañas

 

 

 

Hemos dicho:

La historia es el torrente

 Que baja presurosa devorando la montaña

 es el agua que fecunda las tierras de barbecho;

 proclamad sus cualidades,

 agua insípida o dulce

 de sabor suave y fresco,

 agua que bulle en la tetera al fuego

 agua de sal, que cura

 agua de salsa y condimentos tejiendo el alcuzcuz

agua que limpia y que purifica en la fiesta del cordero

agua de miel

agua de hiel

agua amarga y fuerte

agua de té dulce como el amor,

amarga como la vida,

fuerte como la muerte.

 El tiempo es un torrente de líquido salobre

que no apaga la sed

que siembra las piedras de cardenillos y de herrumbres. 

El agua sigue avinagrada

podrida de sangre

es un zumo de muerte


que viaja por las venas,


que penetra en las entrañas


bombeado con fuerza en la oscuridad

que corrompe lo que toca.

A veces el torrente cambia,

lame con desesperación las rocas y decimos:                  

                  El  Lugar es un torrente salobre

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XIV

Hemos prestado mucha atención a los sermones

 que instruyen sobre la inmolación por degüello 

 

 La sangre derramada es un reloj de arena

 fluye con el tiempo gota a gota

 en sacrificio

 la sangre se convierte en sangre

 engendra hijos

 buenos para derramar la sangre en los próximos decenios

 hay que prestar atención a las inmolaciones por degüello

 oíd el sermón  tras la plegaria de los viernes

 prestad atención después del rezo

no se degüella sino lo mejor de cada casa

aquello que se ama  por encima de todo

el mejor cordero del rebaño

sin falta y sin tacha,

limpio y presto al sacrificio

atended y oíd el ejemplo del carnero

con el que se redimió a Ismael

y aprestad el cuchilloque corta el cuello

que secciona la yugular de un corte limpio

que ofrece la sangre generosa

bebe el polvo,se derrama por las losas de los patios

el degüello es un acto de devoción

y la sangre sirve para escribir un capítulo de la historia:

escribid con reflexión sobre las calles y los patios

sobre las aceras pobladas de enemigos e invasores,


que caminan encorvados al abrigo de las fachadas


que dominan en los terrados

 

y disparan y disparan y disparan.


Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XIII

los arroja a diestra y siniestra ante él

 

  Ahmed ya no mira

 no le dejan el odio ni la rabia

y la muerte ni el miedo de la muerte,

la sombra de la muerte

ya no frenan sus pies,

su brazo es libre

libre y suelto de lazos y ataduras

las correas labraron su piel

las esposas surcaron sus muñecas

las bridas de nylon atenazan sus brazos

las trabas de sus pies arrastraron el polvo

los grillos y los cepos lo aplastaron al dorso de las sillas

sólo su lengua era libre

para callar hasta que la sed ocupó el arco de su boca

y sólo era un agujero

por donde respirar,

por donde mendigar el aire y el soplo de la vida

su cuerpo no recuerda

su cuerpo era un herida

que le anclaba a la tierra y ahora es libre,

ya no es ya

 

Mariano Ibeas

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XII

Mira cómo recoge guijarros

para saludar al Lugar

 

  Y aquí está Ahmed,

 pastor de cabras,

 que apacienta entre cardos

 y arbustos espinosos su escuálida tropilla,

 elige las piedras y guijarros al fondo del torrente,

piedras lisas, cantos rodados,   

no cualquier guijarro

 sino los alargados y terminados en punta


 son los más adecuados para la honda

__ piedras para la honda,

piedras para la rabia,

piedras para la rabia honda __

para la rabia y para la honda

no sirve cualquier guijarro,

son mejores los lisos y alargados,

o tal vez los más pulidos,

suaves al tacto,

no importa el color, importa la rabia

y el poder del brazo:

y no se han trastocado los papeles

ahora no es David el que golpea

y los gigantes van blindados

no ofrecen fácilmente al blanco su frente descubierta.

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

XI

¡Quién es  éste           

que aparece ahora entre nosotros? 

 __  ¿Quién es éste que aparece

 bajo el nombre de Enviado?

 __  ¿Enviado de quién?

 __ ¿Y cuál es su mensaje?

 No parece sino el ángel de la muerte

 el que siembra destrucción

 y ruina cada vez por donde pasa

 no trae a la verdad ningún mensaje

 Él mismo es el mensaje,

mensaje y mensajero,

 se llama “Destrucción”

 y su semilla es polvo,

 polvo de los siglos,

 y sangre, y sudor, y muerte

 es el gigante philistín

 que reta a muerte

que se anuncia en el estruendo de la tarde

a golpes de fusil y ruido de cadenas


y probará tu fe


tu fuerza y tu destino:


su nombre es Destrucción.


  Mariano Ibeas  

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

X

         El Lugar        

dondequiera que te dirijas

 es santo        

es lugar de inmolación 

 es aquí donde se levantaron las piedras

 donde creció el árbol

 donde surgió la fuente que no se extingue

 donde se cavó el pozo

que da de beber a los sedientos

inclínate de nuevo        

tienes que sacar provecho del polvo

que recoja tus últimas pisadas,

que se no admitan dudas,

te diriges sin vacilación al lugar del sacrificio

y tus pasos serán agradables a lo Alto

caminan sin vacilación tus huellas,

una tras otra,

marcadas en el polvo

ni dudan ni regresan

avanzan

y no vas a volver sobre tus pasos

que sean las líneas rectas escritas en el libro

tú ya no regresas.


Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

IX             

             y cúbrete                   

  no corras presurosa

 tú también

 domina tus impulsos

 debes acercarte hacia el lugar

 como fantasma

como salteador de caminos

como guerrero que espía tras los cerros

el momento preciso del asalto

debes esperarque nadie conozca tu impaciencia

que no se note tu ansiedad

sécate las lágrimas,

pinta tus manos y tus pies,

no calces sandalias

pero apréstate,

párate como para una fiesta,

como para una boda

que sólo te vea por dentro

tu bienamado,

conserva para él tus galas

y cúbrete

cúbrete.

Mariano  Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

 VIII

Conviene que  evites los saltos     

 mejor los pasos rápidos del peregrino 

 

 aquél , el que esperas,

 no forzará sus pasos

 ni correrá presuroso tras las sombras

aquel, al que deseas,

está a punto de llegar a su destino

no tardará en hacerse presentea

quel, que olvida ya las fatigas

y las penas del camino

está cruzando la línea imaginaria

que le separa de ti

y de su destino

cubre su cara de alegría

y ensancha su sonrisa,

despeja su frente de las dudas

y abre sus brazos

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

VII

 

conviene que tus pasos sean consecutivos 

 que no se tuerzan tus caminos

 que la vía siga recta mirando al horizonte

 no mires atrás

 que no sean tus pasos presurosos,

saborea la paz mientras llegan temblando al horizonte

los últimos rayos de la tarde

el fuego te espera

en lo más oscuro del rincón

en la cabaña,

podrás cerrar la puerta

y abandonarte al sueño

sabrás que un amanecer te espera

tras la muerte dulce de los sueños

pero no entres todavía,

inclínate en la puerta

y besa el suelo cuantas veces sea de precepto

y luego,

antes de tomar tu magra cena,

otea el horizonte por si llega el huésped

que premiará tu hospitalidad

y rezará por ti, será tu sombra

mientras viva

Mariano Ibeas 

CUADERNO DEL VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

VI

camines lo que camines 

 te siguen como la sombra,

 no podrás esconderte,

porque nunca podrás alejarte de ti mismo

eres un alud de polvo,

un soplo disuelto en tolvanera

eres uno con la raíz del aire

y la brisa con el tiempo de  reposo te adensa

te amasa con las lluvias

te funde para renacer de nuevo

y ya no serás nunca lo que fuiste

sentirás el vértigo de la nada

y el soplo del vacío

y el desaparecer del tiempo,

no contarás ya las nuevas madrugadas

ni el color batido del ocaso

no serás ya sino que fuiste

y nadie lo escribió

no quedan huellas,

también las desdibujó la lluvia

y las sembró el viento

en los nuevos renglones

del desierto 

Mariano Ibeas 

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

V  

 refiérete a él con alabanzas 

sabes que tus pasos están señalados en la tierra

el ángel que escribe en el libro

guarda el secreto de tus sendas

pero no podrás huir ni esconderte

no temas

el futuro está en el libro

que se guarda desde la eternidad

y tus pasos están escritos

sobre la superficie de los renglones

de izquierd a derecha

tendida está tu vida

la tabla de tu pecho

guarda los secretos

desde siempre conocidos

el cálamo en tu mano

no duda en la escritura

todo está escrito

está desde siempre

desde antes de antes

y no podrás torcer

ni uno sólo de todos los caminos:

ahí está tu vida.

Mariano Ibeas

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

IV            

      Acógelo en tu pecho

 es el atardecer

 las voces del almuédano

 llegan a tu rostro en llamaradas

 es la hora de lo Alto

no sólo de las bombas

también es la hora del ocaso

el tiempo y el lugar de la plegaria

tómate tu tiempo

cierra al tiempo tus oídos

y tus ojos a la luz

y esconde el miedo

que te paraliza los huesos.

Mariano Ibeas  

CUADERNO DE VERANO

ES LA MÚSICA DEL SIGLO

III

      Acércate      

 Acércate y frota la puerta con tu rostro

 Acércate

 no llames todavía                   

 es más saludable que beses primero el umbral

 reposa un punto en el umbral

 apresta ya tus manos limpias

 no te precipites todavía

ahoga en tu garganta el grito de llamada 

detrás de las lamas de la puerta

no te espera nadie

no hay nadie

volaron los últimos cascotes y

cuando el polvo se depositó en la tierra

no quedaban piedra sobre piedra,

los muros de cemento cedieron

al empuje de las excavadoras

y tu casa es un desierto,

la viruela sucia de los impactos de bala

te recuerda otros días pasados

el ángel exterminador no pasó en vano

señaló con sangre los quicios de las puertas,

no se asoman a las cuencas vacías

de las ventanas los rayos de la tarde

la puerta no es ya ni un refugio ni un reparo

tras del cobertor del sueño

donde se encerraron sueños milenarios

donde se concibió el futurode tu pueblo

fecundo y numeroso como las estrellas del cielo

como las aguas del mar

como las arenas del desierto,

brillan a la luz las últimas ascuas del incendio

y sólo quedan humos y cenizas

y un cadáver que no termina de morir

un olor de destrucción y de carne quemada

polvo y ceniza en el aire

y un sabor acre en el fondo de la garganta.

Mariano Ibeas