NURIA VELA... (5)

"CON OTRAS MIRADAS" de nuestra amiga y contertulia PILAR AGUARON EZPELETA, en el Espacio Cultural Adolfo Dominguez de Plaza de España en Zaragoza.
Corto y pego desde el blog de Eugenio Mateo Otto:
http://eugeniomateo.blogspot.com/2011/01/nueva-exposicion-en-el-espacio-cultural_30.html
http://eugeniomateo.blogspot.com/2011/01/cronica-de-una-inauguracion-seven-loft.html
Nos complace invitarle a la inauguración de la exposición del
GRUPO SEVEN LOFT
Carmen Casas
Isabel Falcón
Mariela Garcia Vives
Juan C. Laporta
Mercedes Lopez Ramiro
Josefina Paricio
Antonio Royo
Que tendrá lugar el proximo martes 11 a las 19,30 en
Espacio Cultural Adolfo Domínguez
c.c. puerta cinegia. coso 35
Les esperamos en esta interesante muestra de la nueva programación para el 2011
Eugenio Mateo Otto
Coordinador E.C.A.D
Tu bebé (2)
Este es tu mundo, un mundo en el que la corteza sí que importa, es una y te la dieron desde el principio, “cuídala, te dijeron” como un huevo frágil, te dijeron, cuidado, no lo rompas... y así hasta la tumba, hasta que ruede como el cráneo de Yorick en las manos de Hamlet...
Cuando te asomaste a la tumba abierta, viste también otro cráneo desnudo y vacío, el resto era sólo humus, y antes gusanos, y antes materia gris y antes el motor del pensamiento y antes... huevo. El huevo primitivo, liso y desnudo te dio lástima, y quisiste vestirlo de corteza, desde fuera.
Todo está en tus manos, y fuiste añadiendo tierra y barro, le abriste la boca incluso y esbozaba una sonrisa, y los ojos ciegos que no sabían mirar hacia fuera, miraban hacia dentro, con un aire misterioso y siniestro, no quisiste cuencas vacías y le dotaste de párpados, cejas, le dibujaste pestañas, incluso.
No estabas satisfecho y, __como cuenta una leyenda __ a punto de gritarle ¡Habla! y asestarle un martillazo, te diste cuenta de que no tenía oído, que no podía oírte, que incluso los pabellones de las orejas no eran capaces de admitir el mínimo eco, ninguna vibración, incluso que su nariz incipiente no podía recoger tampoco en las fosas nasales la humedad del barro y el aroma de la tierra, te diste cuenta que ni la piel ni la corteza podían responder al tacto de tus manos, que no podría nunca articular palabra…
Y te sentiste derrotado; tu bebé, tu criatura no sería nunca viable, no podría llegar a término. No sabemos lo que ocurrió entonces en tu cabeza, pero te oímos decir palabrotas, te vimos golpear y patear el suelo con fuerza.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del autor, J.Ángel Lasa, corresponde al lugar de la exposición "Elkartropiak", el día 27 de diciembre de 2010, en el Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
Tu bebé (1)
*
“Llora y di palabrotas, patalea con fuerza, porque la superficie de la tierra es solo una corteza...”
Pero también tu cráneo es una corteza, un puñado de placas sueltas, un conjunto de huesos finamente soldados como en una cremallera, un conjunto de placas tectónicas que flotan sobre el magma frágil de tu cerebro y no sabemos si termina de estar soldado o es un conjunto flexible y dúctil como el de un niño, no sabemos si los huesos están consolidados, si todavía quedan por cerrar algunas fontanelas, si las calcificaciones necesarias le confieren la suficiente dureza, si las uniones soldadas son fiables, si entre los intersticios, además de la conjuntiva y el material de soldadura, quedan algunos poros, o restos de la oxidación o de la cascarilla, o de la soldadura, o restos de otros restos...
“Estos huesos, unidos entre sí por suturas, con una estrecha y sólida imbricación, en el recién nacido, estas suturas no están cerradas, quedando entre ellas espacios membranosos, no osificados “las fontanelas”.
No lo sabemos bien, ni nos das permiso para penetrar en tu cerebro, para invadirlo con instrumentos de cirugía __ no invasiva, ni violenta por supuesto __, no una trepanación, ni una radiografía ni un barrido, o un TAC, no, simplemente tu propio testimonio.
Tu cráneo, el cráneo de un bebé, a flote sobre el magma, difuso y confuso, circunvolucionado, ordenación del caos, sede de la anarquía, del desorden y de la confusión de las ideas, un reducto de magma primigenio, de materia incandescente, del fuego y las llamas del infierno.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
Kyoto
Sería fácil reducir el mar a un lago de petróleo pestilente; sería suficiente con abrir todas las espitas; hay petróleo suficiente para eso. Incluso se le podría pegar fuego y transformar así la superficie de la tierra en una enorme antorcha visible desde la luna.
Podrían colocarse neumáticos usados en el fondo de los mares, realizar barreras de coral y goma negra en torno a los continentes; hay suficientes neumáticos usados para eso, y también para sujetar la tierra a cualquier otro planeta, como si fuese una bola de condenado a trabajos forzados…
Sin embargo quiso construirse un arca, una nueva arca de Noé, hecha de latas de aceite y de petróleo, una nave vistosa con latas de todos los colores, todos los logotipos, las marcas y los nombres de las multinacionales que enlatan los derivados del petróleo, los lubricantes, los disolventes, los fabricantes de automóviles, los mensajeros del CO2…
La construyó en forma de globo, y no quiso introducir en ella ningún animal de ninguna especie. Esperó un tiempo, pensando que no tardaría mucho tiempo en llegar el nuevo diluvio. Abrió una puerta y se encerró en la esfera una vez construida. Los que pasan por delante preguntan de forma invariable:
__ ¿Y se está cómodo ahí dentro?
Él responde también con otra pregunta:
__ ¿Y se está cómodo ahí afuera?
De vez en cuando, como Diógenes, pide que no se paren delante de la puerta, que no le quiten el sol.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
Tuviera ella un caballo
*
“Si en lugar de nariz tuviera ella un caballo…”
Sólo disponía de un cuchillo, tomó un trozo de corteza de pino y comenzó a esculpir lo que le pareció un muñeco, luego otro y otro. Su hermana le miraba con envidia y le pidió que le hiciese un caballo.
Luego pensó en una barca, vació un pequeño tronco y con un trozo de papel fabricó una vela, la fijó en un mástil y consiguió llevarlo flotando, guiándolo con un palito a lo largo del arroyo; chocaba contra las piedras, pero pudo transportar cómodamente uno de sus muñecos…
Más tarde se fijó en las barcas…
“las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol”
(Manuel Altolaguirre “Las islas invitadas”)
Le dieron lástima las barcas semihundidas en el agua sucia del puerto, algunas arrumbadas en la orilla, acodadas a las rocas, volcadas en la arena, las quillas en el aire, comidas del orín y de la sal, desfondadas, rotas las cuadernas, roída la borda por el roce de los remos y las cuerdas de amarre, apenas superpuestas cien capas de pintura…
Y decidió que era necesario colocarlas de pie, darles una dignidad hierática de viejas estatuas y se aplicó de firme a la tarea…
Aguantó como pudo las risas y los guiños de los viejos pescadores, los que necesitan día a día el aire del mar, y el gusto de la sal y el olor de las algas podridas en las redes del paseo del puerto…
**
Comenzó con un viejo chinchorro, y no fue tarea fácil ponerlo de pie… la popa forma un ángulo inclinado respecto de la vertical, hizo un nuevo esfuerzo aprovechando un hueco en la arena pero se le derrumbó como castillo de naipes, completamente descuadernado.
Pero no se dio por vencido y lo intentó de nuevo, con la siguiente tuvo algo más de suerte, consiguió tras duros esfuerzos colocar de pie la vieja carcasa; esfuerzo inútil, la barca se partió en dos a lo largo de la quilla como una raja de melón
Entonces decidió que era eso lo que andaba buscando; era un problema de orientación; el destino de las viejas barcas era el regreso al bosque, el retorno al árbol, la vuelta de la materia, de la madera a sus orígenes, al árbol primitivo.
Y en la orilla de la playa empezó a crecer un bosque, un verdadero bosque de barcas, las quillas apuntadas al norte, esperando un ligero viento que les permitiese hinchar las velas y tomar el largo…
Sólo entonces se sintió satisfecho y se sentó a contemplarlas; pensó en su hermana:
“¡Si ella tuviera un caballo!”
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
Interrogatorio desnudo
__ ¿Mataste a alguien, o simplemente sucedió?
__ ¿Y para qué tantas escaleras?
__ ¿Trepó por la escalera?
__ ¿Cavaste un agujero, te metiste dentro y esperaste tu objetivo?
__ ¿A dónde te lleva una escalera sin peldaños?
__ ¿Qué pretendes alcanzar con semejante escalera?
__ ¿Eres zurdo o diestro?
__ ¿Pretendías subir o bajar?
__ ¿Usaste uno de Bellota, un Wolf, un Stihl, un Oregón o un Altuna?
__ Un simple serrucho manual, mis brazos son fuertes, nada de motores ni de innovaciones técnicas.
__ ¿Por qué serraste los peldaños?
__ ¿Después de cometer el crimen, qué hiciste luego con la sierra?
__ ¿Después de consumado, te pusiste de rodillas junto al cuerpo y le diste la vuelta?
__ Me daba miedo el silencio en la noche.
__ La noche era demasiado grande, me pareció inmensa, y después, no podía dejar de mirar al cielo.
__ ¿No podías haberla serrado como Dios manda?
__ ¿Y qué manda Dios en este caso?
__ ¿Y cómo haces para que se mantenga enhiesta?
__ El que trepa se encuentra dividido, no sabe si sube a derecha o a izquierda.
__ La escalera se escinde, cada banzo pesa en su raíz y queda en el aire, el aire es lo que trepa por la escalera abierta.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
V.- Los paisajes que atraviesan
( Y... tres)***
A partir de aquí, paso a paso, comienza la disgregación, la degradación y la descomposición. El arte da paso a la literatura, a la teoría, al trato mercantil, al comercio y, con suerte, a la comunión entre el autor/creador/oficiante/ y los fieles/comulgantes, clientes/ compradores/consumidores; algunos de los actores oficiantes, sellan un pacto o firman un contrato y algunas de las piezas cambian de destino y ocupan otros paisajes: un museo de nueva creación, una galería de arte, un restaurante, una sala de juntas, el salón de una casa particular, un fondo de reserva, una inversión rentable…
El resto, una vez concluida la exposición y embaladas las piezas con algo menos de cuidado, regresan al taller, al último paisaje, al reino de las sombras: es de nuevo “el tanatorio” o la muerte lenta, un tributo al olvido, a la desintegración, a la rueda de las reencarnaciones y al círculo de la existencia; quizás la auténtica tragedia sería la no consumación de los tiempos y la muerte eterna.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
V.- Los paisajes que atraviesan
(Dos) **
Están listos ya para su viaje definitivo, embaladas primorosamente y con sumo cuidado, hacia una galería de arte; una vez allí de nuevo colocados, situados, colgados o tendidos, separados, alineados, amontonados, iluminados… ordenados según un plan preconcebido, un determinado criterio de orden urdido en la mente del creador… hacia una nueva “hierofanía” en la que el espacio confinado deviene templo y un espacio sagrado para la liturgia y la ceremonia de lo que llaman arte… una transubstanciación: de la mente del creador a la materia creada y de ésta a la del espectador que la hace suya, que la asimila en una comunión posible o imposible.
Éste es el nuevo paisaje, el del “vernissage”, el de la liturgia y el de la consagración, la liturgia de la voz y la palabra, la de los visitantes y los críticos, los mirones, los curiosos, los que se refugian de la lluvia, del frío o del calor, los que ven y se dejan ver, los marchantes y los posibles compradores, el la liturgia de la voz y la palabra, de las imágenes y las reseñas de los periódicos, los folletos y los medios de comunicación.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
V.- Los paisajes que atraviesan
Los paisajes que atraviesan miden su existencia. Son raíz, tronco, ramas, hojas, y atraviesan numerosos inviernos, primaveras… hasta que cambian de posición.
Del eje vertical __ geotropía __ pasan a otros planos laterales en busca del sol__ fototropía__ y un buen día reciben el mordisco de los dientes de la sierra; primero dirigen su existencia hacia horizontes nuevos: el nuevo azote, pero no del viento, el arrastre, pero no del agua, la pérdida de la materia, pero no del otoño, que determina un viaje desconocido hasta ahora.
Abocados a nuevos paisajes móviles y cambiantes, en el tráfago y el ruido del transporte, tras un viaje corto y frenético, terminan en el suelo del almacén de secado o arrumbados en el taller recogiendo el aire cerrado, el polvo y el paso de los días, protegidos del viento y de la lluvia por un dosel nuevo…
La savia no circula ya, apenas fluye por las heridas abiertas, rezuma y gotea en los cortes de la sierra; pierden agua, la elasticidad de las células se torna en una celulosa muerta, la lignina se endurece, el corcho de las células muertas de la corteza se resquebraja y se desprende, algunos insectos xilófagos intentan la penetración, la puesta de huevos, los hongos aprovechan las últimas humedades y algunos líquenes prosperan todavía.
Pero eso será por poco tiempo; con unos nuevos cortes, limados de escofina, o abrasivos de radial terminan perdiendo la corteza, están desnudos, ya no son árbol ya, o tronco o rama, son materia / madera, un nuevo paisaje duro y desconocido.
Sometidos a un baño de imprimación, de antixilófagos, alisados con masa plástica, emplaste o masilla, limados de nuevo, lijados o cubiertos de pintura , de varias capas de pintura, de pintura mate o brillante, de pintura de colores, de pintura de carrocería de automóvil … son otros ya, “artefactos” ajenos al paisaje, objetos incluidos en un nuevo espacio aún por determinar.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
IV.- Me prohíben detenerme
De pasada contempla los últimos edificios de la ciudad, un polígono industrial, una larga tapia que encierra cultivos de invernadero y un rótulo imposible, desmesurado, una pintada que recorre buena parte de la pared con una sola palabra: “acontracorriente”.
Recordaba vagamente una historia de años atrás, años de lucha ingenua contra el sistema, de asambleas clandestinas, de largas sesiones de discusión política en medio del humo y el vino barato de las tabernas, las noches de confección de boletines y octavillas a golpe de “vietnamita”, el tiempo de las carreras ante los “grises”... y también los amigos y compañeros encerrados en la jefatura durante días.
Muchas horas de quemarse las pestañas con los cyclostil de la Gestetner, con la impresora de alcohol, muchos ejercicios de entrenamiento en la lectura inversa o especular y sobre todo la habilidad para la lectura o las interpretaciones “entre líneas”.
El tren seguía su rodar; volvió al libro de lectura: Erri de Luca, “Montedidio”. En una esquina del marcador de páginas escribió de forma mecánica la pintada de la tapia y la leyó al revés: “etneirrocartnoca”.
No le decía nada y regresó a la lectura.
Días más tarde en el taller intentó ordenar unos fragmentos de madera, ramas de haya pintados de azul intenso, brillante…; poco a poco empezó a situarlos como una línea de caracteres de escritura, a colocarlos de izquierda a derecha, de derecha a izquierda.
Eran en total dieciséis fragmentos, una línea apenas, una caja de composición de imprenta en la que se alineaban unos signos de escritura, unas letras que podían constituir palabras, una frase ordenada y coherente que podía leerse con facilidad.
No eran caracteres de imprenta, sin embargo, pero poco a poco las formas se fueron imponiendo; sobre el suelo de cemento terminó leyendo claramente y sin dudar “ACONTRACORRIENTE”.
Mariano Ibeas ("Veinte modelos de escultura para armar")
NOTA: La imagen del montaje de J.Ángel Lasa, corresponde a la exposición "Elkartropiak", Centro Cultural Aiete, San Sebastián.
Y parece que fue ayer... cuando escribía lo siguiente:
A partir de ahora,
señoras y señores,
dejaré de desnudarme:
ante ustedes...
¡un muñeco, un figurante!
No seré extraño ni extranjero,
seré un semejante,
y ustedes serán cómplices,
hipócritas conmigo.
Haremos como si
sin llamarnos a engaño,
porque ustedes y yo
sabemos
que sigue la tramoya
de la antigua farsa,
el trampantojo,
la trampa y el cartón...
no nos llamamos a engaño.
El poeta ya no se deja
la piel en los papeles,
el poeta está desdoblado
de sí mismo,
maneja los hilos
en las sombras
se disfraza
de payaso
o saltimbanqui,
o, mejor dicho,
ni se esconde ya siquiera;
se deja ver
y deja en el aire
la traza, el cañamazo...
la urdimbre
y la hilaza están presentes
en sus sedas;
tan sólo, alguna vez,
el poeta ejecuta sus
saltos mortales
en vivo y en directo,
pero no le va la vida en ello.
El poeta
es también
mortal de necesidad
declarado...
y no arriesga nada,
no se arriesga,
no pone nada en juego,
juega con ustedes...
el poeta payaso
¡que salga!
¡que empiece!
Mariano Ibeas
NOTA: La imagen corresponde a la exposición de José Ángel Lasa, "Elkartropiak"
VII.- Naturaleza muerta
Huele a cuero el aire, a cuero quemado, a cuero de caballo o de vaca, o de cabra, cuero sin curtir, cuero relleno de caballo o de vaca o de cabra, cuero de caballo joven, de potro o de ternero, o de vaca joven quemada en el monte entre carballos y eucaliptos … montes de granito de la España ácida, ácida y amarga, de la España húmeda, de la España irredenta de la del viento del noreste, o del sur que nos trae la muerte, el soplo de la España seca y árida, que concita a la muerte y a la orgía del fuego y las cenizas como una maldición atávica que ataca a la hora de la siesta y que no da tregua, como una maldición bíblica y recurrente a un paso de la nada, naturaleza viva olor de muerte, naturaleza muerta.
Huyen los insectos, sus corazas de quitina no les salvan de la muerte, estallan como fritos de sartén, los roedores que encontraban su refugio en los huecos y las cuevas ven sus guaridas convertidas en hornos de panadería, bajo las piedras los reptiles aguantan hasta que el infierno pasa, los que deciden huir apenas consiguen un inicio en su carrera, los pájaros, como alcanzados por el rayo, descienden bajo el fuego rompiendo la densidad del aire y caen como plomos, no se ven los anfibios, ni siquiera el agua o el barro de las charcas, ahora cuarteado como pieles de lagarto, les brinda protección; bajo la piel, las plumas o las escamas el olor a muerte se adensa; estallan las piedras, crepitan las piñas de los pinos dispersando las semillas… estalla el aire, se rompe la piedra…
Es la piel, la piel de la tierra, la tierra que se quema, que sufre como un cuerpo quemaduras de segundo o de tercer grado; y cuando las quemaduras superan una determinada proporción de la superficie del cuerpo, todos los doctores dicen que la vida es imposible, que cualquier cuerpo vivo estará abocado inevitablemente a la muerte, será un cuerpo muerto, una naturaleza muerta, una Tierra muerta.
Mariano Ibeas
NOTA:
La foto, tomada el lunes 11-12-2010, corresponde a la exposición de José Ángel Lasa, "Elkartropiak" en el Centro de Cultura de Ayete, "Aiete Kultur Etxea" , en San Sebastián.
ELKARTROPIAK
AIETE KULTUR ETXEA- CENTRO CULTURAL AYETE
Hoy se inaugura la exposición de esculturas de
JOSÉ ÁNGEL LASA GARIKANO
Estará abierta desde el día 20 de diciembre de 2010 hasta el 23 de Enero de 2011
San Sebastián, ciudad de la cultura.